La Argentina congela su vínculo con Nicaragua con una tibia crítica al régimen de Daniel Ortega
Alberto Fernández sostiene al embajador Capitanich fuera de Managua y retuiteó un video de Lula en el que le advierten al gobierno sandinista que “no abandone la democracia”
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Mateo Daniel Capitanich pasa sus días en Resistencia, Chaco, ansioso y a la espera de una señal de la Casa Rosada para regresar a su puesto diplomático en Managua. Está cerca de su hermano, el gobernador chaqueño Jorge Capitanich. “Si no hay señales en contra de lo que (Daniel) Ortega viene haciendo no va a volver”, contestan desde el Gobierno. La decisión de Alberto Fernández se concreta después de que el presidente de Nicaragua presentara su postulación, por octava vez y con su mujer, Rosario Castillo, como candidata a vice, para la próxima elección, mientras los principales opositores han sido encarcelados u obligados a dejar el país, amenazados por las fuerzas que responden al sandinismo.
Mientras el embajador Capitanich sigue, desde Chaco y desde mediados de junio, intentando anudar lazos comerciales con Nicaragua a través de gobernadores del Norte grande, la respuesta política del gobierno de Fernández es la de “congelar” todo vínculo con Ortega, aunque reaccionó con otro criterio sobre las repetidas protestas en Cuba contra el régimen de Miguel Díaz-Canel o sobre los acontecimientos en la Venezuela de Nicolás Maduro. Fernández la semana pasada cuestionó el “bloqueo” norteamericano contra Cuba y Venezuela.
En una muestra de ese distanciamiento, el Presidente retuiteó un fragmento de una entrevista al expresidente brasileño Luis Inacio Lula da Silva, en la que recomienda “a Ortega o cualquier gobernante” que “no se sienta insustituible o imprescindible” porque eso trae “un poco de dictadura” en aquel país. Lula define a Ortega como “un gran presidente” en su primer período en el gobierno, y le sugiere “no abandonar la democracia, la libertad de expresión, porque eso es lo que fortalece la democracia”, sin abordar puntualmente las denuncias por graves violaciones a los derechos humanos que recaen sobre el régimen en Nicaragua.
Esto que dijo Lula sobre Nicaragua, con un mensaje directo para Ortega, es muy importante para la izquierda y el progresismo latinoamericanos, que vienen mirando para otro lado: “No abandone la democracia”. pic.twitter.com/VBxXGrltxb
— Bruno Bimbi (@bbimbi) August 3, 2021
En relación a la estrategia con Nicaragua, fuentes oficiales agregan que “lo que se decida se va a hacer en conjunto con México, lo van a a decidir Alberto y (Andrés Manuel López Obrador)”, que también retiró su embajador en Nicaragua el mismo día que Argentina. Según conversaciones de las que participaron el embajador Capitanich y la Cancillería, las recientes y nuevas sanciones de la Unión Europea contra Ortega y Murillo, que incluyen la prohibición de entrada de ambos al continente y el congelamiento de sus bienes si los tuvieran, “solo tira más leña al fuego” y no contribuye a estabilizar la situación ni al bienestar de los 6,5 millones de nicaragüenses. “Es un tema entre Ortega y los gringos, no podemos hacer mucho”, expresó otra fuente que conoce el extenso conflicto entre el sandinismo y el gobierno norteamericano.
Más allá del discurso y la efectiva medida de retener a su embajador en Nicaragua, el Gobierno acaba de compartir con ese país, Cuba y Venezuela una reunión de cancilleres de la Celac, organización con claro tinte antinorteamericano, en la que el canciller Felipe Solá pidió para Fernández la presidencia del organismo. “En nombre de la Argentina quiero agradecer a todas y todos los cancilleres que en la 21° Reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) brindaron su apoyo a nuestra candidatura para asumir la presidencia en 2022”, destacó Solá junto a los cancilleres que componen ese organismo, dónde no participa Brasil y que no integran Estados Unidos ni Canadá.
La semana pasada, el Gobierno evitó suscribir una condena originada en Estados Unidos contra Cuba, mientras días después, en la OEA, bloqueaba (junto a México, Perú y Bolivia) una sesión especial que el titular de ese organismo, Luis Almagro, preparaba para condenar las violaciones a los derechos humanos en la isla caribeña.
Desde el Gobierno aseguran, de todos modos, que dentro y fuera de la Celac Fernández podrá seguir cumpliendo su rol de “mediador” con aquellos países con los que la administración de Joe Biden no tiene diálogo. Y dan como muestras recientes de ese buen vínculo las felicitaciones del secretario de Estado, Tony Blinken, a Solá, por su compromiso ambiental durante su participación en la cumbre de cancilleres del G20, o la inminente visita del asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., Jake Sullivan, que estará en Buenos Aires el jueves.
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