La alianza entre Milei y Macri abre nuevas incógnitas de cara a un futuro gobierno de coalición
El presidente electo deberá delinear su gabinete con vistas a la asunción del próximo 10 de diciembre; los 11 puntos desplegados por Patricia Bullrich adquieren una nueva connotación a la luz de la victoria libertaria
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El acuerdo electoral que sellaron Javier Milei y Mauricio Macri tras la primera vuelta marcó el mes de campaña previo al balotaje, que consagró este domingo al jefe de La Libertad Avanza como futuro presidente de la Argentina. Sin embargo, con el resultado puesto, la cuestión comienza a tomar otro cariz. A partir de ahora, el entendimiento entre el libertario y el ala dura de Pro podría derivar en un virtual gobierno de coalición en los próximos días, cuando Milei comience a delinear su gabinete con vistas a la asunción del próximo 10 de diciembre.
Aquel pacto inicial –que generó malestar en las filas libertarias y fue calificado como una genuflexión ante la “casta” política que el libertario tanto criticó– estuvo siempre rodeado de un halo de sospecha. ¿Cuál sería el alcance real de la injerencia de Pro en una virtual gestión de La Libertad Avanza? Desde el comienzo, arreciaron las versiones acerca de supuestos repartos de cargos, algo que fue negado sistemáticamente por el por entonces candidato en cada aparición pública que tuvo.
Así y todo, Milei se encargó de mencionar a figuras macristas que son de su agrado para que lo acompañen en su aventura presidencial, que contará con un gabinete nacional de ocho ministerios. Por ejemplo, en varias entrevistas, se deshizo en elogios hacia Federico Sturzenegger, expresidente del Banco Central (BCRA) de Macri, al que calificó como “excelente ser humano” y “un técnico excepcional de nivel intencional”. También comenzaron a sonar nombres como el del extitular de Vialidad y exministro de Energía, Javier Iguacel, o el del exministro de Trabajo, Jorge Triaca, quien estuvo reunido más de una vez con los equipos de La Libertad Avanza. No por casualidad, Milei anunció que su eventual secretario del área laboral será un hombre muy cercano al exfuncionario: Gustavo Morón, extitular de la superintendencia de Riesgos del Trabajo durante la gestión de Cambiemos.
En ese marco, el programa de gobierno de Milei será otro eje de discusión. Con medidas tan variadas como la de privatizar el sistema de salud o la educación, o la habilitar la desregulación del mercado de armas, la plataforma electoral de La Libertad Avanza –dada a conocer en abril– puso blanco sobre negro todo lo que el libertario desea para su “mundo ideal”, pero al que, como siempre aclara, no se podría llegar “dentro de tres días”. Sin embargo, el resultado de las generales hizo las veces de baño de realidad para sus aspiraciones de máxima. Y la viabilidad de su ambicioso plan, que abarca políticas que se extenderían a lo largo de más de tres décadas, comenzó a ser puesto en duda por sus nuevos aliados.
En la conferencia de prensa que dio para anunciar su respaldo “incondicional” a Milei, Bullrich desplegó una serie de ítems que hoy adquieren una nueva connotación a la luz de la victoria libertaria: suenan como un pliego de condiciones. Leyó un texto en el que enumeró 11 puntos “que la Argentina necesita para salir adelante”. Allí, Bullrich no solo revalorizó la “educación pública, gratuita y de calidad” y se expresó a favor de la “defensa de los Derechos Humanos y la democracia liberal”. También dedicó un apartado a reafirmar la necesidad de cumplir con la legislación vigente “en materia de armas, donación de órganos y la patria potestad compartida”.
Sin embargo, la eliminación del Banco Central –fundamental para avanzar hacia el corazón de la propuesta de campaña de Milei: la dolarización– no entra en ese menú de propuestas en reconsideración para Milei. “No es negociable”, repite el libertario, que rechaza de plano la posibilidad de impulsar como alternativa, por ejemplo, una ley que garantice la autonomía plena de esa entidad autárquica. “Después viene un gobierno de delincuentes que saca otra ley y se la lleva puesta”, graficó Milei alguna vez. En aquella exposición, que tuvo lugar el 25 de octubre, Bullrich no mencionó explícitamente al Banco Central, pero sí sostuvo que debe avanzarse hacia “el fin de la emisión monetaria para financiar el Tesoro”.
“Una de las cosas que dice el documento de la señora Bullrich es ‘no vamos a emitir más’. Pregunta: si no vas a emitir más, ¿para qué querés tener el Banco Central?”, le retrucó públicamente el libertario a su aliada, en relación a uno de los pocos puntos en el que no tienen coincidencias, lo que sí ocurre con temas como la baja de impuestos, las desregulaciones o la reforma laboral. “En el 90% de las cosas estamos de acuerdo”, aclaró Milei, una confluencia de intereses que parecía improbable hasta hace pocos meses, cuando el libertario acusaba duramente a Bullrich de haber sido responsable de poner bombas en los 70 y la dirigente de Pro se despachaba con definiciones que colocaban al flamante presidente electo casi al margen del sistema democrático. Asperezas que se limaron, pero que, de cara al futuro, también generan dudas.
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