La AFI admitió que tres agentes propios le pidieron datos al espía ilegal Ariel Zanchetta
Se lo informó oficialmente a los investigadores del caso; buscan determinar ahora qué trabajos encargaron; fuerzas de seguridad y el Congreso dijeron que el expolicía nunca visitó sus edificios
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La Agencia Federal de Inteligencia (AFI) reconoció oficialmente ante la Justicia que tres agentes que le pidieron al espía ilegal Ariel Zanchetta diversos informes trabajaban efectivamente para el organismo. Los investigadores del caso buscan ahora precisar qué tareas tercerizó la AFI al expolicía, que ofrecía información al dirigente de La Cámpora Fabián Conu Rodríguez, actual directivo de la AFIP, y al diputado kirchnerista Rodolfo Taihlade.
La Justicia intenta determinar hasta qué punto la inteligencia ilegal de Zanchetta, que remitía a dirigentes políticos, tenía vinculación con los organismos oficiales.
Este lunes se presentó para ser tenido como querellante el diputado Máximo Kirchner, ante la información de que su nombre aparece entre los espiados por Zanchetta. Lo mismo hizo el expresidente Mauricio Macri.
Kirchner presentó ante la Justicia un documento al que accedió LA NACION, en el que informa que lo patrocina Marcos Aldazábal, quien representa a su madre en otras investigaciones; y la exministra de las Mujeres, Elizabeth Gómez Alcorta.
Además pidieron ser querellantes el ministro del interior Eduardo “Wado” De Pedro, senador electo, el ministro y candidato presidencial Sergio Massa y su esposa Malena Galmarini, el otro candidato presidencial Javier Milei; y su ex candidata a gobernadora Carolina Píparo. Y se sumaron la diputada Myriam Bregman y el senador kirchnerista Martín Doñate.
El juez Martínez de Giorgi, antes de decidir si les da acceso al expediente como víctimas, de modo de conocer todo el contenido, pidió a la DAJUDECO, que e la oficina encargada de analizar la información de lo dispositivos electrónicos de Zanchetta, que elabore un informe sobre cada pretendido querellante para determinar si se efectuaron informes de inteligencia sobre ellos, o una simple consulta a una base de datos comercial.
En tanto, las fuerzas federales de seguridad y el Congreso de la Nación informaron oficialmente que nunca desde 2009 al presente el expolicía federal Zanchetta concurrió a sus edificios principales. La solicitud fue efectuada la semana pasa por el fiscal Gerardo Pollicita que le pidió esos datos a la Policía de Seguridad Aeroporturaria, a la Policía Federal, a la Gendarmería y al Congreso, en particular a la Comisión de Bicameral de Fiscalización de los organismos de inteligencia.
En cuanto a los tres espías de la AFI que le solicitaban informes a Zanchetta, el fiscal Pollicita enumeró en su dictamen de la semana pasada una lista de las tareas que le pidieron al espía. Los nombres de los tres agentes no son públicos, ya que sus identidades están protegidas por la ley de inteligencia.
Surge a allí que “se ha acreditado que Ariel Zanchetta, durante al menos seis años (2009-2015) realizó acciones de inteligencia -obtuvo, reunió, sistematizó y analizó información- bajo las órdenes de tres agentes de la Secretaría de Inteligencia (SIDE) / Agencia Federal de Inteligencia (AFI), en cuyo marco obtuvo claves de acceso a bancos de datos de organismos públicos, experiencia en la realización de tareas de inteligencia, vínculos con “informantes” en diversos ambientes y localidades y herramientas informáticas que le permitían ocultar su actividad y borrar los rastros de ella”, escribió el fiscal.
Las evidencias más antiguas obtenidas de su notebook Toshiba muestran que los espías se comunicaban con Zanchetta de la cuenta de correo que tenía bajo el nombre: elcurasedeja@gmail.com, que se encontraba activada en uno de los celulares incautados al espía y que estaba agendada como SI (Secretaría de Inteligencia).
Entre fines de 2009 y diciembre de 2015, Zanchetta envió 176 correos electrónicos a dos de los destinatarios, supuestamente agentes de la AFI, donde se adjuntan informes e investigaciones sobre personas, situaciones o asuntos -incluyendo datos comerciales, movimientos migratorios, vehículos o inmuebles, celulares, tareas de campo, averiguaciones, antecedentes penales o policiales.
Así, por ejemplo, pidieron detalles sobre las propiedades de un odontólogo que supuestamente atendía a Julio De Vido o sobre otro objetivo al que llaman “El turbante”. Y recaban datos personales, de su esposa y fotos de su vivienda, que visitó el propio Zanchetta. El espía redactó un “parte de información” en el que cuenta que se entrevistó con la esposa del este ciudadano marroquí al que investigaba. En otro caso piden anteceddentes penales y Zanchetta le responde: “Amigo, este chaboncito está limpio”.
Esto mismos clientes de la AFI le piden datos sobre el concejero de la magistratura Miguel Piedecasas, un abogado del radicalismo y quieren saber si algunos intendentes de la provincia apoyaban a Daniel Scioli en 2015.
Zanchetta recibía mensajes en su casilla bolddeblackberry@gmail.com, donde un tercer individuo de la AFI le solicitaba tareas de investigación sobre el extitular de la DAIA Rubén Beraja, por ejemplo, con sus direcciones y automóviles registrados a su nombre.
Más tarde, el mismo usuario le requiere la “solvencia” de un “objetivo” y del otro le dice “necesito todo, especialmente lo malo que hizo en su vida” a lo que Zanchetta responde acompañando un informe de inteligencia sobre cada “objetivo”.
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