Kirchner reclamó a Blair por las Malvinas
Pidió retomar la negociación por la soberanía de las islas
LONDRES.- Fiel a su concepción de abordar con crudeza los temas más allá de la importancia o la sensibilidad que provoquen, el presidente Néstor Kirchner pudo anoche plantear al primer ministro británico, Tony Blair, su intención de volver a negociar la soberanía de las islas Malvinas. Y lo hizo aquí, en Gran Bretaña.
Se convirtió, de este modo, en el único presidente argentino que dice la palabra "soberanía" en suelo británico y ante las máximas autoridades del gobierno local luego de la guerra de 1982.
Blair y Kirchner conversaron durante 25 minutos, traductor de por medio. Kirchner no tardó en llegar a la cuestión que considera uno de los puntos vitales de su paso por Europa, por lo menos el más importante de su visita a Inglaterra.
Fue una charla informal, fuera de agenda, prólogo de la reunión oficial prevista para hoy, tras el cierre de la cumbre de presidentes progresistas que comenzó a desarrollarse ayer en Penny Hill, condado de Surrey, al sur de esta ciudad.
Kirchner fue a la médula de la cuestión sin rodeos, relató a los periodistas que cubren la visita el vocero presidencial, Miguel Núñez. Comentó a Blair que era hijo de una de las provincias de la Patagonia, la más cercana a las islas Malvinas, y que para él era un tema ineludible, muy cercano y sensible.
Mientras el anfitrión asentía y sonreía, el Presidente fue más explícito: "Yo viví muy de cerca la locura de Galtieri", en referencia al general entonces a cargo de la presidencia de la Nación, ya fallecido, que tomó la decisión de recuperar por la fuerza el archipiélago austral. Aprovechó entonces el momento para contarle a su par inglés que había estado preso durante el último gobierno militar.
Acto seguido le habló de soberanía. Claro que no hubo respuesta alguna de Blair. Tampoco se esperaba porque fue una conversación informal, luego de la cena de trabajo del grupo de líderes que participa del encuentro.
Un café para conocerse
No bien se levantaron de la mesa, contó Núñez, los dos presidentes salieron a una de las terrazas del hotel de estilo victoriano construido en 1849 a tomar un café y continuar las conversaciones. Allí, frente al campo de golf, en la más que agradable noche veraniega, Blair se acercó a Kirchner para cumplir una promesa que le había hecho más temprano, durante la presentación de los asistentes al cónclave: conocerlo y charlar.
Blair dijo al Presidente que había seguido de cerca las elecciones y que lo felicitaba por el triunfo.
Siempre según el relato del vocero presidencial, los primeros momentos de la charla mostraron la sorpresa de Kirchner. Esperaba un solo encuentro bilateral, el agendado para la jornada de clausura de la cumbre de la que participan, entre otros jefes de Estado, el alemán Gerhard Schršder, el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y el chileno Ricardo Lagos.
Para argumentar la necesidad de poner de nuevo el tema Malvinas en la agenda, Kirchner no ciñó la cuestión sólo a la soberanía. Dio como ejemplo a Blair que los malvinenses aumentaron considerablemente su nivel de vida y su ingreso per cápita gracias a los permisos de pesca que venden a países asiáticos.
Le habló del perjuicio que eso causa en la economía argentina, que ve limitada su acción en la plataforma continental debido a que rige una zona de exclusión que se comparte, pero que sólo puede explotar el gobierno de Puerto Argentino.
Todo lo escuchó con atención Blair, indicó la fuente. Incluso, el presidente Kirchner mandó llamar al actual director de Europa Occidental de la Cancillería, Federico Mirré, y se lo presentó como el futuro embajador argentino en Londres. "Hablar con él -le dijo al premier británico- es como hablar conmigo."
El encuentro inesperado causó una muy buena impresión y fue calificado de excelente por el Presidente. Lo considera un gesto político central en la primera parte de la gira, siempre con la vista puesta en que para Kirchner la cuestión Malvinas es un eje central de su gobierno.
Pero ésa no sería la única sorpresa de ayer para el presidente argentino. Anoche, a poco de que se aprobó la petición argentina de incluir el tema de la exclusión social y la extrema pobreza en el documento final de la cumbre, tras un celebrado discurso de la senadora y primera dama, Cristina Fernández, el Presidente recibió la noticia de que fue designado por Blair (con el aval de los demás presidentes) para ofrecer el discurso inaugural de la cumbre de gobiernos progresistas. Desde el Gobierno se leyó como otra señal de respaldo a la Argentina.
Un día redondo para Kirchner.
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