Kirchner echó a un asesor clave de Bielsa
Pidió que renuncien el jefe de gabinete del ministerio y el embajador en Cuba por cómo se manejó la situación de la disidente
El canciller Rafael Bielsa quedó ayer en la más incómoda de las situaciones: el presidente Néstor Kirchner le pidió que echara a su principal asesor político y amigo personal por el escándalo originado a raíz del caso de la disidente cubana Hilda Molina.
Al final de un día de alta tensión en el Gobierno, uno de los hombres de mayor confianza del Presidente aseguró a LA NACION que no corre riesgo la continuidad de Bielsa en el Palacio San Martín.
Kirchner estuvo con el canciller en Belo Horizonte, Brasil, y le recriminó que se hubiera permitido a Molina entrar en la embajada argentina en La Habana, lo que puso a los dos países al borde de una crisis diplomática.
La orden concreta fue que no podían seguir en funciones el jefe de gabinete de la Cancillería, Eduardo Valdés, y el embajador en Cuba, Raúl Taleb.
Hasta la medianoche, ninguno de los funcionarios había presentado el texto de la renuncia.
La oficina de prensa de la Cancillería anunció anoche que Bielsa va a preparar durante el fin de semana un informe completo sobre cómo se manejó el caso Molina en las últimas horas.
Sería un intento por salvar a Valdés, un funcionario que organizó el partido político de Bielsa (Gesta) y que acompañó al ministro en casi todas sus misiones al exterior.
En la Casa Rosada consideran que Valdés, como principal negociador del caso Molina, es responsable de "graves errores" que causaron "un serio conflicto bilateral donde no lo había".
Molina entró en la embajada argentina el miércoles último a primera hora, poco después de enterarse de que Castro le había negado una vez más el permiso para salir de la isla y visitar a su hijo y a sus nietos, que viven en Buenos Aires.
La disidente había advertido a diplomáticos argentinos que pretendía hacer una protesta pública frente a la embajada. Desde Washington, y antes de embarcarse hacia Alemania, Bielsa y Valdés pidieron a sus colaboradores que la convencieran de no hacerlo. Y que en todo caso la invitaran a pasar al edificio con el máximo sigilo mientras seguían las negociaciones.
La estadía en terreno argentino de Molina –una prestigiosa neurocirujana– duró algo más de un día, cuando la Cancillería garantizó que el gobierno de Castro no tomaría represalias contra ella.
Pero al publicarse la noticia en LA NACION, Kirchner se enfureció con los funcionarios de la Cancillería: los acusa de haber trabado las negociaciones con La Habana para que la médica y su madre pudieran cumplir el sueño de ver a su familia argentina.
Disputa interna
Además, el manejo del caso desnudó las diferencias internas del Palacio San Martín. En especial el enfrentamiento entre Bielsa y el secretario de Política Exterior, Jorge Taiana. Este último es un funcionario de buena relación con Kirchner y que cuestionó desde un principio la política oficial en la negociación por Molina.
"Taiana sabía que esto no se solucionaba así y se lo hizo saber al Presidente", dijo una fuente de confianza del secretario de Estado, al confirmar una charla que éste mantuvo con Kirchner el miércoles pasado.
Un día después se conoció la renuncia de la funcionaria Alicia Oliveira, encargada de temas de derechos humanos en la Cancillería. Si bien adujo cansancio físico, sus allegados reconocen que estaba molesta por las peleas internas generadas a raíz del caso Molina. Tuvo fuertes roces con Taiana, que era su jefe directo.
¿Puede Bielsa seguir cuando le echan a su principal colaborador y queda en su órbita un funcionario con quien está peleado?
"No veo por qué Bielsa tenga que irse. Al menos no se lo dijo al Presidente", respondía anoche un ministro del Poder Ejecutivo. Según su visión, la situación está controlada.
"Bielsa admitió que Valdés no se podía quedar en la Cancillería y que fue una barbaridad haber dejado entrar a Molina en la embajada", dijo la fuente.
Ultimo intento
Cerca de Bielsa evitaban confirmar la renuncia de Valdés, aunque reconocían que sería muy difícil retenerlo. Los dos tienen previsto encontrarse para almorzar hoy, inform ó un colaborador del funcionario cuestionado.
Durante toda la crisis, Bielsa y Valdés estuvieron juntos, de avión en avión. La decisión de permitir el ingreso de la médica disidente en la embajada se tomó en el aeropuerto de Washington, sin tiempo para consultar al Presidente, indicó una fuente que participó de las negociaciones.
Kirchner se vio anteanoche en Brasil con Bielsa y le comunicó su decisión. Ayer volvieron juntos de la Cumbre del Mercosur pero no volvieron a discutir el tema, según fuentes relacionadas con uno y con otro.
Mientras seguía la incertidumbre, el Presidente estaba reunido anoche en Olivos con sus colaboradores más cercanos.
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