Kirchner apoyó a Santa Cruz, pero paró el ataque a la Corte
Focalizó sus críticas en la oposición y anunció que volverá a fijar su residencia legal en Río Gallegos
RIO GALLEGOS.-El ex presidente Néstor Kirchner dio anoche un fuerte respaldo a la rebelión santacruceña ante el incumplimiento del fallo de la Corte, pero intentó frenar el enfrentamiento entre el Gobierno y la Justicia, que marcó la agenda política reciente. Lo hizo al destacar la independencia del tribunal y focalizar su enojo en la oposición política en el Congreso y los medios.
Fuera de ello, en su ciudad natal, Kirch- ner sorprendió a todos con el anuncio de volver a establecer su domicilio aquí, que había modificado en 2009 para ser diputado por Buenos Aires. Así, en un claro gesto al gobernador Daniel Scioli, dejó de lado la posibilidad de competir por la gobernación bonaerense en 2011.
Ante el anuncio, Scioli mantuvo la sonrisa. El dato lo debe haber conocido de primera mano, durante el vuelo en el jet privado que compartió con Néstor Kirchner y que los dejó en el área militar del aeropuerto de Río Gallegos.
La denuncia de la Corte Suprema contra Peralta por el incumplimiento del fallo que ordena reponer al ex procurador Eduardo Sosa como agente fiscal marcó uno de los puntos de mayor enfrentamiento entre la Corte, presidida por Ricardo Lorenzetti, y los Kirchner.
En un giro brusco al discurso de confrontación, el ex presidente intentó mostrarse conciliador con el Poder Judicial. "Podemos tener acuerdos o diferencias con la actual Corte Suprema, pero quien les habla es respetuoso de la independencia de la Justicia", afirmó Kirchner, quien se nombró como "uno de los responsables morales" de construir una justicia independiente en el país. "Es un poder independiente y esperamos que realmente se consolide la independencia", afirmó Kirchner en un mensaje pleno de guiños a los militantes locales.
El acto en Santa Cruz empezó a gestarse a poco de conocerse los proyectos de intervención generados desde el Congreso nacional. La convocatoria a los gobernadores estuvo centrada a rechazar cualquier intervención a Santa Cruz y, en ese sentido, Kirchner fustigó a los legisladores nacionales. "No podemos aceptar que representantes del pueblo de la Argentina sean capaces de preparar un proyecto de intervención", dijo, al considerar que se trató de una equivocación.
El gobernador anfitrión, Daniel Peralta, tuvo el tono mas duro de los discursos de ayer y calificó a la intervención como "una forma de patotear las instituciones lisa y llanamente". Aseguró que no iba a permitir que con el uso de la fuerza sacaran del cargo al fiscal Claudio Espinosa para reponer a Eduardo Sosa. Desde el sector de invitados y funcionarios, el fiscal Espinosa asentía a cada palabra de Peralta.
Respaldo en la Patagonia
En cuatro vuelos privados llegaron los 14 gobernadores comprometidos a partir de las 16 y se concentraron en el hotel Patagonia, el mas elegante de la ciudad, donde fueron recibidos por el vicegobernador Hernán Martínez Crespo y el gabinete provincial. Anoche, en el mismo hotel, los gobernadores cenaban junto con Peralta y Kirchner.
"Venimos a defender la institucionalidad de Santa Cruz ante un fallo de imposible incumplimiento", afirmó el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, al ingresar al hotel Patagonia. Después recibiría los aplausos que Kirchner pidió para él y Peralta le aseguró que enviaría mas energía para que el pueda "combatir la pobreza en el conurbano bonaerense".
En esa misma línea se expresaron Maurice Cross (Misiones), Jorge Capitanich (Chaco) y Gildo Insfrán (Formosa). El escenario se completaba con Jorge Sapag (Neuquén), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), José Alperovich (Tucumán), Oscar Jorge (La Pampa), Sergio Urribarri (Entre Ríos), José Luis Gioja (San Juan), Walter Barrionuevo (Jujuy), Celso Jaque (Mendoza), Luis Beder Herrera (La Rioja) y Juan Manuel Urtubey (Salta). Antes de los discursos Kirchner logró la foto buscada, e hizo que todos los gobernadores, tomados de la mano, levantaran los brazos ante un Boxing colmado por unos 7000 militantes.
Los gobernadores recibieron una ovación. Todos mostraron moderación, en sus gestos y en sus aplausos, como testigos de un acto ajeno, para el cual algunos recorrieron más de 5000 km, como Urtubey y Barrionuevo. A ellos, Kirchner les prodigó: "Estos gobernadores vienen a defender la institucionalidad y el federalismo". E insistió en que no era un acto "contra nadie".
Lo que nadie esperaba fue la frase con la que inició el ex presidente el discurso, "Quiero decirles que he decidido traer mi domicilio a la ciudad de Río Gallegos, a la provincia de Santa Cruz, para venir a pelear y a luchar junto a ustedes". Y el estadio estalló. A un costado, La Cámpora, que llegó encabezada por su hijo Máximo, cantaba por el "no a la intervención". Revertía así la decisión de "hacerse bonaerense", que tomó en 2009 para ser candidato a diputado por el mayor distrito del país.
En el entorno de Peralta descartaron que Kirchner se presente como candidato a gobernador. "Me van a tener trabajando en la provincia, me van a tener trabajando en la ciudad de Rio Gallegos, para construir la gran victoria de 2011, que no se confundan, podemos haber estado distraídos un ratito". Y agregó: "Volvemos por nuestros fueros, volvemos por la victoria, volvemos por nuestras banderas".
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