Kirchner admitió la derrota; De Narváez ganó en la provincia y el oficialismo perdió control en el nuevo Congreso
"Fue una elección muy ajustada; ahora hay que hacer una autocrítica y profundizar la gobernabilidad", dijo el ex presidente; además, pidió "responsabilidad" a la oposición; aceptó preguntas de los periodistas y no confirmó si asumirá su banca; el Gobierno tendrá alrededor de 15 diputados y 4 senadores menos; el candidato de Unión Pro prometió medidas para el campo y apuntaló a Macri de cara a 2011; empiezan a definirse los presidenciables
Con poco más del 90 por ciento de las mesas escrutadas, Francisco De Narváez se imponía sobre Néstor Kirchner por casi dos puntos de diferencia en la provincia de Buenos Aires. El candidato de Unión Pro obtenía 34,5 por ciento de los votos, mientras que el ex presidente lograba 32,1%.
Con esos resultados, el Gobierno, que además sufrió derrotas de distinto tenor en los principales distritos del país, pierde el control sobre ambas cámaras y la hegemonía que tuvo en el Congreso en los últimos años.
Pasadas las 2, y tras horas de silencio oficial, Néstor Kirchner finalmente reconoció la derrota. Habló de una diferencia "mínima", llamó a "fortalecer la gobernabilidad" y lanzó advertencias a la oposición.
"Hemos perdido por muy poquito, hemos luchado con toda dignidad en la provincia de Buenos Aires y estamos muy satisfechos. Ahora vamos a tomar la iniciativa y profundizar la gobernabilidad", señaló Kirchner visiblemente abatido.
En este punto, intentó ubicar el discurso en el futuro. "Estamos absolutamente preparados para seguir trabajando, construyendo y administrando la Argentina", destacó mientras los militantes que lo esperaron estoicos en el Hotel Intercontinental cantaban "Pingüino corazon / Acá tenemos pibes para la renovación".
Autocrítica. Ya más distendido, Kirchner aceptó responder preguntas de los periodistas y mantuvo el misterio sobre si asumirá o no la banca que ganó en la Cámara de Diputados. "Vamos a tener que evaluarlo muy bien y tomar la decisión que más le convenga al país", dijo.
Y añadió: "Con mas ganas que nunca vamos a trabajar con la Argentina, todo el amor, sin bronca, con fuerza y aceptando como buenos demócratas los resultados".
Ante la primera pregunta, admitió que la derrota obligará a replantear algunos ejes del gobierno de Cristina Kirchner, aunque no precisó cuáles. "Haré las correcciones y las autocríticas que tenga que hacer", deslizó.
No perdió la oportunidad de atacar a la prensa. "Los que escribieron durante tanto tiempo sobre el tema del fraude ahora ven que volvimos a demostrar la cristalinidad que tenemos. Hemos perdido por un punto y medio o por dos puntos, y no recurrimos al fraude", apuntó.
Antes de retirarse, se dirigió a la oposición, aunque evitó nombres. "Los que ganaron, tendrán que tener serenidad para profundizar la gobernabilidad y dar la tranquilidad y seguridad que necesitan los argentinos ante la crisis internacional", advirtió.
Medido en bancas, el Frente para la Victoria perdería alrededor de 15 bancas en la Cámara de Diputados y cuatro escaños en el Senado.
El festejo. Pasadas las 23.30 y con más del 40 por ciento de las mesas de Buenos Aires escrutadas, De Narváez aseguró que los resultados demustran que "se ha derrotado a la vieja y mala política".
"Varias veces dije que si no nos dividíamos, un día íbamos a cambiar la historia, y ese día es hoy", dijo un exultante De Narváez mientras los militantes reunidos en Costa Salguero lo vivaban al grito de "Colorado, colorado".
Enseguida, habló a futuro. "Vamos a trabajar con nuestra convicción, seremos inflexibles sosteniendo lo que hemos dicho a lo largo de la campaña", aseguró. Y completó con una alusión al campo: "Vamos a trabajar para bajar a esos precios, generar ese primer empleo para esos jóvenes que los están buscando, vamos a defender al verdadero capital nacional y a todos los productores del campo. Vamos a trabajar para que cada delito tenga un castigo", completó.
Tras las diferencias con Felipe Solá que dominaron la primera parte de la campaña, De Narváez elogió al ex gobernador. "Ha sido una larga campaña. Quiero agradecerle a Felipe el haber sumado en la forma en la que lo hizo".
Cuando llegaron los halagos para Mauricio Macri, el grito de los militantes no se hizo esperar. "Se siente se siente, Mauricio presidente" cantaron eufóricos. De Narváez habló del jefe de gobierno ya como un presidenciable. "Gracias a Mauricio por liderar un espacio que aspira a comprometernos con el futuro", exclamó.
A su turno, el jefe de gobierno se dirigió a Cristina Kirchner. "A nuestra Presidenta, con todo respeto, quiero decirle que espero que haya escuchado el mensaje de los argentinos, y que convoque a partir de mañana a dialogar", pidió.
Silencio y caras largas. Cerca de las 22, se supo que Daniel Scioli había suspendido una conferencia de prensa que se esperaba en el Hotel Intercontinental, donde se montó el comando oficialista. El dato coincidió con un brusco cambio de ánimo en el búnker, que pasó de los festejos a la preocupación. En este clima, trascendió que el Gobierno habría pedido al correo que se empezaran a ingresar datos de zonas más favorables al oficialismo.
Justamente, a las 22.30, voceros de la Casa Rosada consultados por lanacion.com intentaron justificar la diferencia en favor de De Narváez en que los primeros datos procesados corresponden a los distritos rurales, en los que se daba por descontado un triunfo de Unión Pro. Pasada la medianoche, reinaba el silencio en el comando oficialista.
Antes, alrededor de las 20, cuando todavía no había números oficiales, Aníbal Fernández había sido el portavoz del triunfalismo de la Casa Rosada. "Los resultados son positivos. Creo que la diferencia se va a ampliar. Para nosotros fue una excelente elección", aseguró el ministro de Justicia.
Todos adentro. Poco antes de las 20, Kirchner llegó al Intercontinental fuertemente custodiado. Antes lo había hecho el piquetero Luis D´Elía, a pie y en medio de un enjambre de cámaras y micrófonos. La Presidenta, que esta mañana votó en Santa Cruz, se reunió con su marido en el hotel unos minutos más tarde.
En números. En la Cámara baja se ponen en juego 127 bancas, 76 de las cuales corresponden al oficialismo y sus aliados. En el Senado, ocho provincias renovarán a sus representantes, es decir, 24 del total de 72 senadores.
El Gobierno podría perder entre 14 y 16 bancas en Diputados y entre 4 y 6 en el Senado. Así, quedaría obligado a negociar la sanción de leyes con la oposición, algo que casi nunca ocurrió en los seis años de hegemonía kirchnerista.
Buenos Aires es el escenario de la pelea más reñida de los últimos seis años: por primera vez desde 2003, y muy lejos del amplio respaldo que el kirchnerismo logró en territorio bonaerense en las legislativas del 2005 con el 43% de los votos, se espera en la provincia una definición cabeza a cabeza.
La provincia es además el distrito donde el oficialismo sufrirá la mayor sangría de bancas. Gane o pierda, a Kirchner le resultará imposible renovar las 20 diputaciones que pone en juego. Aún ganando, es poco probable que coseche más de 14. De Narváez peleará ese mismo número y Stolbizer podría luchar entre 6 o 7 bancas.
"Duplicamos las bancas". Margarita Stolbizer, que, tal como previeron las encuestas, ocupa el tercer lugar, embistió contra Kirchner. "Si alguna vez pasó por la cabeza del ex presidente la idea de plebiscitar su gestión, fracasó el discurso y también esa posibilidad", asrguró poco después de las 23. La primera candidata a diputda del Acuerdo Cívico y Social destacó que ese espacio "duplicó sus bancas" en la provincia de Buenos Aires.
"Estamos ganando en todas las secciones del interior de la provincia y hemos crecido en el conurbano. Los dos aparatos mostraron todo su potencial, su desprejuicio y su falta de límite", embistió en alusión al oficilismo y a Unión Pro.
Mejor que lo esperado. Martín Sabbatella, que aspira al cuarto puesto, no ocultó su satisfacción. "Estamos muy contentos", afirmó el candidato a diputado de Nuevo Encuentro. "Nuestros datos superan las perspectivas que teníamos. Estamos alegres porque está naciendo una nueva fuerza política en la provincia de Buenos Aires", agregó.
Las claves del interior. Además de Buenos Aires y la Capital, se espera de Córdoba , Santa Fe , Entre Ríos y La Pampa la mayor sangría de legisladores.
En Santa Fe, el kirchnerismo mira desde un lejano tercer lugar la disputa voto a voto entre Carlos Reutemann, candidato a senador del PJ, y el socialista Rubén Giustiniani, hombre del gobernador Hermes Binner. Reutemann, que después de las 23 superaba al socialista, y Binner buscan un lugar entre los presidenciables.
También en Córdoba, donde se impone Luis Juez, están rezagados los candidatos del Gobierno, y en Mendoza el frente que lidera Julio Cobos araña el 50 por ciento de los votos y deja en un lejano segundo lugar a los postulantes que impulsa la Casa Rosada. En Santa Cruz, el kirchnerismo sufrió la primera derrota desde el retorno de la democracia.
El panorama era complicado para el kirchnerismo en Corrientes y Catamarca, dos provincias que eligieron senadores. El oficialismo logró mejores resultados en Chubut y La Pampa.
En Tucumán, en cambio, el Frente para la Victoria lograba las cuatro bancas para diputado y dos de las tres en el Senado.
Próximo destino
Según pudo constatar lanacion.com, a la salida del búnker de Unión Pro, en medio de los festejos por el desempeño de De Narváez, se repartían remeras con la leyenda "Faltan 895 días para que Francisco sea gobernador".
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