Kicillof y Rodríguez Larreta: la segunda ola reedita el contraste de estilos
Las restricciones vigentes son similares de un lado y del otro de la General Paz, pero hay diferencias en el tono del mensaje y en la actitud
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Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta hablaron por teléfono apenas sintieron el azote de la segunda ola, sorprendidos por la velocidad que adquirió el ascenso de los contagios. Fanáticos de los números y los datos, los funcionarios y sus administraciones siempre mantuvieron una vía de comunicación abierta para gestionar la pandemia. Sin embargo, hacia afuera, el nuevo rebrote de los contagios los encuentra con actitudes disímiles: mientras que en la Ciudad advierten que no evalúan tomar nuevas medidas restrictivas, en la provincia ya funciona una mesa de trabajo que analiza escenarios y alternativas.
El tono del mensaje también es dispar. Los funcionarios bonaerenses expresaron en las últimas horas un estado de alarma para hacer reaccionar a la población. “Los casos escalan a una velocidad nunca vista hasta el momento. El sistema de salud tiene un límite”, publicó en Twitter el viceministro de salud de la provincia, Nicolás Kreplak, al apuntar a los viajeros por Semana Santa. En la Ciudad, en cambio, el acento está en preservar la actividad económica y educativa. “El 2020 fue durísimo y recién estamos empezando a levantar cabeza”, dijo hoy el jefe de gabinete porteño, Felipe Miguel.
Es el día con más casos de #coronavirus desde que empezó la pandemia y volviendo de #MarDelPlata me encuentro con esta imagen. ¡Por favor! Reforcemos al máximo los cuidados. Los casos escalan a una velocidad nunca vista hasta el momento. El sistema de salud tiene un límite pic.twitter.com/xD7FyzKyda
— Nicolás Kreplak (@nkreplak) March 31, 2021
Se reedita, así, el mismo contraste de estilos que se había evidenciado en 2020. Pero en lo que refiere a las medidas concretas, no se observan grandes diferencias. Esta semana, la provincia restringió la actividad nocturna de 2 a 6 de la mañana. Pero ese coto ya estaba vigente del otro lado de la General Paz.
Fuentes oficiales recuerdan que cuando se inició febrero, el sector de la nocturnidad le pidió al gobierno bonaerense “aire” para su actividad. El jefe de gabinete bonaerense, Carlos Bianco, le avisó a su par de la ciudad, Felipe Miguel, que por algunas semanas la provincia habilitaría a los locales nocturnos a funcionar durante toda la madrugada. Ahora Kicillof volvió a restringir los horarios y ambos territorios quedaron uniformes.
Según señalaron en La Plata, los equipos de salud de la provincia vienen evaluando junto a funcionarios de educación y producción tres “puntos sensibles”: la circulación en transporte público, las actividades recreativas y las actividades que implican una gran concentración de personas (como los shoppings).
La cuestión del transporte público requiere, sí o sí, una coordinación con la Ciudad. La provincia baraja la alternativa de reservar colectivos y trenes solo para los trabajadores esenciales más la comunidad educativa.
En la Ciudad recuerdan que, en los papeles, “el transporte público se encuentra habilitado únicamente para trabajadores esenciales, para alumnos y sus respectivos acompañantes y personal docente y no docente”. En los colectivos se permiten que viajen diez personas paradas como máximo.
“El problema no es solo tomar una medida, que puede dormir en un decreto. Lo central es generar el acatamiento de la población y reforzar los controles para que las medidas se cumplan”, señaló a LA NACION un estrecho colaborador de Kicillof. En la Ciudad coinciden: más que pensar en restricciones adicionales, hay que garantizar que se cumplan las que están vigentes.
Otro punto de contraste es la mirada sobre la eventual saturación del sistema de salud. Mañana, cuando Rodríguez Larreta se reúna con Alberto Fernández en Olivos le expondrá las cifras de camas intermedias y unidades de terapia intensiva. Según fuentes porteñas, el nivel de ocupación está muy por debajo que el peor momento de la pandemia, en agosto del año pasado.
En provincia lo miran con mayor preocupación. “La diferencia es que durante la cuarentena las camas iban casi exclusivamente a Covid. Hoy en día, las UTI se ocupan por otras enfermedades, no solo por coronavirus”, advirtió una fuente del gobierno bonaerense.
¿Y las clases presenciales? Rodríguez Larreta defiende a capa y espada la presencia de los alumnos en las aulas. Kicillof tampoco quiere interrumpir el ciclo lectivo. Pero tiene un ojo puesto en las actividades que orbitan alrededor de la escuela. “El problema no está en el aula, sino en el cumpleaños que se festeja después”, señalan en La Plata.
Hay también un poder de fuego distinto de uno y otro lado de la General Paz. Mientras que en la Ciudad apuestan a reforzar los controles, en la provincia necesitan de los intendentes para hacer una vigilancia efectiva sobre el comportamiento social.
A pesar de las diferencias de estilos, las líneas de comunicación entre el jefe de gobierno porteño y el gobernador bonaerense siguen abiertas: nadie descarta una reunión la semana próxima. Caso contrario, siempre estará el teléfono o el WhatsApp.
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