Kicillof redobla su campaña mientras prepara la gestión

Si la victoria del Frente de Todos colocó a Alberto Fernández a un paso de la presidencia, el triunfo de Axel Kicillof en la provincia lo dejó con un pie y medio en la gobernación bonaerense, evaluaban esta madrugada en el búnker del barrio de Chacarita. "Tenemos que seguir como hasta ahora, sin caer en la soberbia y mostrándonos más autocríticos que nunca", dijeron, a modo de receta, en el entorno del candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires.

El mensaje que el propio Kicillof se encargó de enviar a su equipo en la intimidad se repitió también en el escenario. "Cuando decimos que aprendimos es porque escuchamos a todos. Queremos representar a todos, no tengan ninguna duda", dijo el candidato, en un concepto que reiteró varias veces en su discurso.

"Tenemos que gobernar la provincia con los que nos votaron y con los que no nos votaron. Eso es lo que hemos aprendido. Necesitamos a todos", sostuvo Kicillof, marcando cuál será el tono de su campaña hasta las elecciones de octubre, mientras que a su lado remarcaron que sacó buenos resultados en el interior, territorio del predominio del oficialismo.

El comando montado en la calle Piedras e Hipólito Yrigoyen, sede de las oficinas porteñas de Kicillof y su equipo, se convertirá desde ahora en un centro para preparar un eventual futuro gobierno. En el entorno del candidato se destaca Carlos Bianco, quien fue secretario de Relaciones Económicas de la Cancillería durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Ahora es el jefe de campaña de Kicillof y el coordinador de sus cuadros técnicos.

Otro dirigente que ganará visibilidad es Augusto Costa, quien se desempeñó como secretario de Comercio durante la gestión de Kicillof en el Ministerio de Economía, mientras que Jesica Rey, vocera del candidato desde sus días como ministro, es otra de las figuras que cumplen un papel clave en la campaña.

Si gana Kicillof, ¿va a gobernar La Cámpora? Lo más probable es que gobierne el "kicillofismo", si acaso ya se acuñó esa denominación política. Es decir, una rama del kirchnerismo que mantiene buenos vínculos, pero que no forma la agrupación que lidera Máximo Kirchner.

Kicillof dedicará esta nueva etapa de la campaña bonaerense a formular propuestas concretas en áreas que considera claves para los bonaerenses: educación, salud y producción. Sus equipos técnicos trabajan también en un proyecto de regionalización de la administración de la provincia. Es una apuesta para mejorar la gestión burocrática del distrito más habitado y de mayor poderío económico de la Argentina, explican en el entorno del candidato.

Otros dos temas calientes ocupan la cabeza de Kicillof. El candidato del Frente de Todos trabaja en una propuesta para moderar los aumentos de tarifas. Sostiene que los niveles tarifarios explican el cierre de buena parte de los comercios y de las pequeñas y medianas empresas (pymes).

Para reactivar la economía bonaerense, Kicillof también tiene en carpeta un plan de créditos blandos a cargo del Banco Provincia. Dependerá, por supuesto, de una política nacional que avance por la misma senda. Pero está decidido a hacer su parte, si gana en octubre.

Otra cuestión en la que pretende instrumentar una reforma es el combate de la inseguridad. Los salarios de los policías y la necesidad de una reforma profunda en el sistema penitenciario están ya bajo estudio en el búnker de la calle Piedras.

Kicillof seguirá recorriendo la provincia por tierra, como hizo en los meses previos a las elecciones primarias. Por cábala y para mantener la imagen de austeridad, seguirá viajando en el "Kicimóvil", como se conoció el Renault Clio en el que sumó más de 80.000 kilómetros como candidato a gobernador. "Es el alma de este triunfo", festejaban anoche en el círculo íntimo del candidato, en referencia al Clio. También en esa dimensión de la campaña, Carli Bianco desempeña un papel clave: es el dueño y el chofer del auto.

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