Axel Kicillof busca destrabar la reforma impositiva en un día clave de reuniones
Recibe a los intendentes de la oposición y en la Legislatura se aceleran las gestiones para sesionar el jueves que viene; habría una reducción en la escala máxima del impuesto inmobiliario
La negociación por la reforma impositiva en la provincia de Buenos Aires tendrá hoy un día decisivo. Axel Kicillof recibirá este mediodía a los intendentes opositores en la sede de la gobernación, mientras en la Legislatura avanzan gestiones para sesionar el jueves de la semana que viene.
Lo más probable, según el escenario que describen fuentes de los sectores en pugna, es que haya modificaciones en el proyecto enviado por Kicillof y que se reduzca la escala máxima del aumento al impuesto inmobiliario, fijado en un 75 por ciento en la iniciativa del Poder Ejecutivo.
En la gobernación advierten que no será fruto de un acuerdo, sino que el oficialismo insistirá en su propio proyecto, al menos en lo que hace a los porcentajes de aumentos, y que solo se resignará a los cambios como último recurso para evitar que fracase el trámite de aprobación de la ley, como ocurrió el viernes de la semana pasada.
La fórmula para avanzar sin ceder sería iniciar el debate por la Cámara de Diputados, donde tiene mayoría el oficialismo, y aprobar ahí el proyecto sin cambios. Las modificaciones serían introducidas después por el Senado, con mayoría de Juntos por el Cambio. Diputados aceptaría los cambios. "Cada uno votaría su propio proyecto", explicó un diputados del oficialismo.
La diferencia no tiene efectos prácticos: el camino parece hoy más allanado para que la semana que viene se apruebe la reforma, con cambios que introduzca la oposición.
Se trata de una diferencia simbólica. El Frente de Todos se dispone a contrariar la máxima legislativa que indica que para dirimir las disputas parlamentarias el oficialismo debe priorizar la sanción de las leyes y ceder en la batalla discursiva frente a la oposición.
El gobernador se muestra convencido de que debe mantenerse la progresividad del aumento y de que la oposición debería decir cómo reemplazar los recursos que dejarán de recaudarse con las modificaciones propuestas. "Dejaron la provincia quebrada y ahora pretenden desfinanciarla. Es una irresponsabilidad manifiesta", dijo a LA NACION un ministro bonaerense.
En la oposición reniegan de la estrategia oficialista. "Ellos necesitan la ley para gobernar, no para hacer política", dijo a LA NACION un diputado de Juntos por el Cambio. Un diputado del Frente de Todos defendió el camino elegido. "Queremos poner en blanco sobre negro lo que defiende cada uno", dijo a LA NACION.
Toda la reforma impositiva representa un ingreso adicional de unos 30.000 millones de pesos para las arcas de la provincia de Buenos Aires, un 4 por ciento del total, según los cálculos del titular de ARBA, Cristian Girard.
La escala máxima del aumento del impuesto inmobiliario se convirtió en el emblema de la batalla. Es el único punto en el que las posiciones parecen irreconciliables. En el oficialismo insisten en que debe mantenerse en un 75 por ciento, tanto para el inmobiliario urbano como en el inmobiliario rural.
La oposición reclama una reducción de al menos 5 puntos porcentuales en las propiedades rurales y de al menos 15 puntos porcentuales en las urbanas. Es decir, que la escala máxima de aumento quede por debajo del 70 por ciento en el inmobiliario rural y por debajo del 60 por ciento en el inmobiliario urbano.
Según el proyecto, deben pagar ese aumento los propietarios de inmuebles rurales de más de 2000 hectáreas y con un valor fiscal de más de 3 millones de pesos. Son unos 300 propietarios, según el cálculo del gobierno provincial.
En los inmuebles urbanos alcanza a las propiedades con una valuación fiscal superior a los 680.877 pesos. La oposición advierte que afecta a 2.500.000 inmuebles. En el gobierno provincial destacan que el aumento en términos reales (descontando la inflación) es del 13 por ciento y que si se paga de una sola vez el incremento se mantiene por debajo de la inflación.
Estos argumentos serán puestos sobre la mesa hoy en el encuentro de Kicillof con los intendentes opositores, la gran mayoría de Juntos por el Cambio. El ala dura estará representada por el intendente de Vicente López, Jorge Macri, uno de los que se opusieron la semana pasada a la aprobación de la reforma.
A esa cumbre seguirá a la tarde una reunión de los presidentes de las cámaras, Verónica Magario (Senado) y Federico Otermín (Diputados), con referentes legislativos de la oposición.
La intención del oficialismo es seguir con el punteado de los nueve cambios propuestos por la oposición. Sin acuerdo sobre la escala de aumentos en el inmobiliario, el camino parece allanado para avanzar en el resto de los puntos. La oposición pidió atenuar los aumentos en Ingresos Brutos y la eliminación del artículo 100 del proyecto, que estipula un impuesto extraordinario para 2020 para actividades vinculadas a la explotación de terminales portuarias de la provincia de Buenos Aires.