Katopodis: "Hay dos líderes en la Argentina: Alberto Fernández y otro que encabeza la oposición, que es Macri"
El número que arroja la pantalla marca una cifra récord: 195. Así se cierra otra semana difícil para el Gobierno, pero Gabriel Katopodis no se detiene en el valor del dólar blue, termómetro de la realidad que complica al Gobierno. El ministro de Obras Públicas hace foco sobre la pulseada que se desarrolla con final abierto e identifica a los responsables. "La presión sobre el mercado cambiario no es neutral", dice y carga la responsabilidad sobre los que se beneficiaron durante el gobierno de Mauricio Macri.
En medio de la crisis económica y ante el reclamo sobre la necesidad de cambios en el equipo de gobierno, el intendente de San Martín –en uso de licencia–, que junto con el ministro del Interior, "Wado" De Pedro, tiene a su cargo la relación con gobernadores e intendentes, ensaya una cerrada defensa del equipo que integra. "Es el gabinete que garantizó con medidas preventivas que no nos peguemos esta pandemia de frente", describe.
En una entrevista con LA NACION, Katopodis anticipa que la "recuperación de la economía real" será progresiva y avisa: "Hay que cargarse de paciencia". A cargo de uno de los ministerios clave para lograr el objetivo de la "reconstrucción" –incrementó su presupuesto un 80% para 2021–, el ministro, uno de los funcionarios más cercanos al presidente Alberto Fernández, asegura que no existe un doble comando Cristina Kirchner. "Hay dos líderes en la Argentina: Alberto Fernández y otro que encabeza la oposición, que es Macri", explica.
-El Gobierno cierra otra semana difícil. ¿Cómo calificaría la situación económica?
-Lo primero que tenemos que analizar es que la situación económica del país se da en la situación extraordinaria. Me parece que hay algunos análisis de lo que está pasando sobre los resultados, sobre los indicadores, que no incorporan que hace apenas 10 meses recibimos un país quebrado, frágil, endeudado y defaulteado. Y que sobre esa realidad nos cayó la emergencia sanitaria más extraordinaria en la historia.
-El dólar blue cerró la semana a 195, ese es un dato de la realidad.
-No hay ninguna duda ni es una novedad que las reservas son un activo sensible. Para producir los dólares que necesita la Argentina requiere tiempo y una economía que se ponga en marcha. Hay una decisión del Gobierno de que los dólares que tenemos los usemos en función de poner en marcha la industria y la producción. El Gobierno entiende y advierte con mucha claridad que hay una pulseada, la presión sobre el mercado cambiario no es neutral.
-¿Quiénes son los que están pulseando contra el Gobierno?
-Son los mismos que se beneficiaron con la bicicleta financiera los últimos 4 años de Macri. Cada vez que se produjeron golpes del mercado lograron incorporar ganancias extraordinarias sobre el empobrecimiento de buena parte de los argentinos. Está claro cómo tenemos que administrar estas reservas y está claro qué hace falta para obtener los dólares que se necesitamos que la economía se ponga en marcha.
-Guzmán ratificó que no va a devaluar. ¿Cuál es la salida a esto?
-Está claro que esa puja va a requerir de nuestra parte de decisiones que se vienen tomando, como una conducción mucho más unificada de la política monetaria. Un proceso que permita ir mostrando señales claras de cómo vamos reconstruyendo la economía en la que la obra pública, sin duda, es un motor.
-¿Cómo se resuelve la crisis de confianza?
-Yo quiero poner en discusión eso: a mí me parece que hay niveles de actividad económica, reacción en distintos sectores, un nivel de consumo que me parece que pone en discusión cuál es el nivel de confianza. No hay dudas de que el tipo de cambio blue no tiene nada que ver con la economía real. Guzmán logró una negociación más que exitosa con los acreedores y ahora comenzamos una negociación con el FMI. Parte de esa estrategia también es la que nos va a ir dando mayor previsibilidad y certidumbre.
-En la previa y después de ese acuerdo, el Gobierno sostuvo que esa negociación daría certidumbre, pero continuó la inestabilidad. ¿Por qué esta vez sería distinto?
-Es un proceso que la Argentina tenía que resolver. Siempre dijimos que poner de pie la Argentina no era negociar la deuda. Siempre dijimos que negociar la deuda servía para recuperar la inversión en la obra pública. Era negociar la deuda para tener mayores recursos para la inversión en educación y salud.
-¿Hacen falta cambios en el gabinete?
-No, para nada. Este es un gabinete que en tiempo récord implementó el IFE para 9 millones de argentinos, que en tiempo récord implementó el ATP para 260.000 empresas en la Argentina y casi dos millones de trabajadores. Es el gabinete que construyó hospitales y reconstruyó el sistema de salud estaba diezmado. Es el gabinete que garantizó con medidas preventivas que no nos peguemos esta pandemia de frente.
-¿No cree que hay un desgaste por la extensión de la crisis?
-Este es el gabinete que todos los días toma decisiones 20 o 30 decisiones por día. Bueno, corrigiendo todo lo que tenemos que corregir, pero muy cohesionado en la línea y en las directivas que nos marca el Presidente.
-Al igual que sucedió con Guzmán, a quien el Presidente empoderó esta semana, ¿no cree que falta lo mismo con otros ministros?
-No, hay un proceso de recuperación de la economía real que va a ser progresivo, hay que cargarse de paciencia. No es con un solo golpe o una sola jugada, que es lo que algunos pretenden. El camino es largo.
-El Presidente le dará 330.000 millones para administrar el año próximo. ¿Qué representa la obra pública para el Gobierno?
-Es dar el primer paso para que la inversión privada pueda ir reaccionando. Es el principal aliado que tiene el país con la defensa de la industria nacional para salir de esta crisis. La obra pública ya es la palanca de la recuperación.
-¿Hay doble comando?
-Es muy claro que hay dos líderes en la Argentina: Alberto Fernández y otro que encabeza la oposición, que es Macri.
-Entonces, para usted no hay doble comando.
-No, no. El líder del Gobierno es Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner es la vicepresidenta de una coalición que representa lo mejor de las tradiciones de las fuerzas populares. El reconocimiento de Cristina está dado por los votos, los ocho años como presidenta y el cariño que le tiene la gente.
-¿No cree que la agenda de la vicepresidenta, sobretodo la judicial, pone al Presidente en un lugar incómodo?
-La agenda que lleva adelante el Gobierno está clara, tiene que ver con cuidar la salud y comenzar a reconstruir la economía. Frente a eso nos encontramos con una oposición que se presentó con la promesa de cumplir un rol responsable, pero que a meses de haber comenzado el gobierno nos denunciaban como parte de una infectadura. El expresidente se fue de vacaciones en pandemia… Ahora rompió el silencio. Nosotros imaginábamos que lo haría para pedir disculpas o para preguntarnos en qué podía ayudar.
-¿En este escenario pensar un acuerdo con la oposición es posible?
-Es posible construir un acuerdo social y económico con todos los sectores de la Argentina. La grieta se resuelve gobernando mejor.
-Pero hasta ahora, para los acuerdos, el Gobierno citó a empresarios, sindicatos y organizaciones sociales. A la oposición la dejó afuera.
-Hay un ámbito natural para ese tipo de acuerdos que es el Congreso.
-¿La cuarentena se instauró antes de tiempo?
-Es una crisis que la vamos administrando sin manual de consulta. Con el diario del lunes uno resuelve la jugada de otra manera, tal vez. Pero es un proceso que el Gobierno viene llevando con mucha responsabilidad. No es justo ni es cierto que esta cuarentena no haya servido. Sirvió para construir hospitales o abrir los que estaban terminados y que el macrismo no terminó.
-¿Cuál es su postura frente a las tomas?
-Es un conflicto complejo que expresa una realidad social y déficit habitacional muy importante. Está claro que el Gobierno va a proteger la propiedad privada y va a buscar siempre canales de diálogo para resolver estos conflictos.
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