Karina Milei consolida su poder, pero al Gobierno no le alcanza
Ya no solo se dedica a la construcción partidaria sino también a la política grande del oficialismo; contactos con Pro y el círculo rojo y bronca por el fracaso del Pacto de Mayo
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A veces, solo por un instante, Karina Milei extraña su vida anterior. Quienes la tratan a diario cuentan que reniega bastante del dispositivo de custodia que la sigue y que está con pocas horas de sueño. Que casi no tiene tiempo personal. Muchas veces termina paseando al perro durante la madrugada en los alrededores del complejo de departamentos de Vicente López, donde vive. Como su hermano, es “perrera” y sintoniza con quienes sienten amor de familia por esos animales.
Ningún sinsabor cotidiano, sin embargo, interfiere con la construcción política de la hermana del Presidente. En las últimas semanas, Karina culminó su proceso de empoderamiento. Su figura pública tuvo un salto evolutivo. Ya no se ocupa solo de la agenda del jefe de Estado y de armar el vehículo partidario de La Libertad Avanza. Ahora también se dedica a la política grande, a relacionarse con los actores y trazar estrategias en pos de la gestión de gobierno. “Todos sienten que la que está decidiendo es ella y quieren hablar directo con ella”, confiesa un diputado de Pro.
La secretaria General de la Presidencia primero intercedió para ordenar el bloque propio en Diputados. Luego empezó a llevar las riendas de la relación con Pro. Ahora habla seguido con Cristian Ritondo y tiene vínculo con diputados como Hernán Lombardi y Damián Arabia. La reunión que encabezó días atrás con ellos en la Casa Rosada fue estratégica. Primero, porque premió a los legisladores que apoyan al Gobierno sin “peros” al habilitar su agenda parlamentaria. Los presentes cuentan que, a modo de mimo, la secretaria de la Presidencia había estudiado al dedillo los proyectos de Boleta Única y ficha limpia. Segundo, porque coronó todo con una foto, con ella en la cabecera, para que la imagen hablara por sí misma.
Menos publicitado fue su interés por tender un puente con el jefe del bloque de la UCR en el Senado, Eduardo “Peteco” Vischi. Fue luego de que se filtrara que el ministro del Interior, Guillermo Francos, se reunió en un coqueto estudio jurídico de Recoleta con Martín Lousteau. El cónclave secreto con el presidente de la UCR alborotó al resto de los senadores correligionarios y en Balcarce 50 hicieron un intento de contención. Vischi y el senador radical Víctor Zimmermann fueron convocados a la Casa Rosada el miércoles a una reunión con Francos y Eduardo “Lule” Menem, mano derecha de Karina. A otro senador radical, Maximiliano Abad -que es presidente de la UCR bonaerense- “Lule” lo había recibido a solas, días antes, en la sede de gobierno.
A esta altura, ni propios ni ajenos ponen en duda que Karina es la jefa política del Gobierno. “La dirigencia ve que es la dueña del espacio y que llegar a ella es como llegar al Presidente. Es que, Javier jamás se va a sentar con nadie”, dijo a LA NACION un colaborador muy estrecho de los Milei.
El jefe del Estado pasa largas jornadas en Olivos y mantiene contacto con pocos dirigentes. Allí entran los intercambios telefónicos con Mauricio Macri y Ritondo y los almuerzos con José Luis Espert. No mucho más.
La teoría más benévola es que la “magia” de Milei radica en no contaminarse con la “casta” y que por eso delega la tarea política en su hermana, su otro yo. Otra explicación es que al Presidente no le importa otra cosa que la economía. “Karina logró avisarle al mundo que Milei está con lo económico y ella con todo lo demás”, dijo un libertario de peso.
La agenda de la hermana del Presidente también incluye al círculo rojo. En los últimos días recibió a Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA). Y en el viaje a España, en el que Milei se codeará con el partido ultraderechista Vox, ella tendrá una reunión con CEOs de empresas españolas. La secretaria de la Presidencia voló al viejo continente con Bettina Bulgheroni, íntima amiga suya, empresaria y esposa del dueño de Pan American Energy (PAE).
El Presidente, en tanto, se viene ausentando sistemáticamente a las reuniones de gabinete. “Ahí, aunque (el jefe de Gabinete, Nicolás) Posse se siente en la punta, la que manda es ella”, asegura un importante colaborador de la Casa Rosada. En el Gobierno dicen que Posse tiene cada vez menos peso en las designaciones de funcionarios. La secretaria de la Presidencia, en cambio, crece en términos de números: las sucesivas modificaciones presupuestarias incrementaron su caja de $21.000 millones a $69.000 millones, más del 300%.
Clima de derrota
En este contexto, que el “karinismo” naciera en las banderas libertarias, como pasó hace una semana en Rosario, era de esperarse. La hermana del Presidente sigue con el armado del partido violeta en todo el país. Su idea es presentar los papeles del sello nacional en julio o agosto. Probablemente lo logre. Luego de que los partidos chicos que conformaron la alianza en 2023 reclamaran por el branding, el asunto comenzó a ordenarse. Cuentan que en la audiencia que se hizo en la justicia electoral de Mendoza esta semana ya no se presentó nadie para hacer objeciones.
La ceremonia de coronación de Karina Milei de las últimas semanas, sin embargo, terminó opacada por la derrota política del Gobierno. Finalmente Javier Milei no va a tener la ley Bases para el 25 de Mayo, mojón que había fijado para encabezar un acuerdo nacional épico en Córdoba. El líder libertario deberá echar mano otra vez de la narrativa anti casta para convertir el fracaso en victoria retórica.
Después de versiones encontradas en torno a si el evento de Córdoba seguía en pie o no -el propio Milei dijo que quedaba para “junio o julio”- Karina impuso la idea de mudar el acto al cabildo de esa ciudad. Un aura de “cabildo abierto” para que el Presidente firme su “pacto con la ciudadanía”.
El amateurismo y los problemas internos en el Gobierno colaboraron mucho para frustrar el plan original. A tal punto que, mientras Posse el miércoles debutaba en el Senado con su informe de gestión, en Casa Rosada despotricaban por el día de debate perdido.
En Balcarce 50 apuntaron (otra vez) a Victoria Villarruel por el mal timing de la presentación de Posse. Marginada de las negociaciones de las leyes, la vice adujo que no había forma de cambiar una fecha que fue votada en una reunión de labor. El jefe de Gabinete tampoco tuvo intenciones de correr la cita que fue definida de forma institucional.
Evidentemente, el almuerzo de la vicepresidenta con Karina Milei el 30 de abril -un hecho único dado el mal vínculo que tienen- no sirvió demasiado. Las dos “bravas” se habían juntado, agenda en mano, para ver cómo encajar las piezas de mayo y llegar a tiempo con la sanción de las leyes. Villarruel le aclaró que cuando Milei viaja al exterior ella no puede presidir sesiones porque está a cargo del Poder Ejecutivo. Trago amargo para la secretaria de la Presidencia, que quiere encapsular a Villarruel en el Senado.
Nadie sabe si la vice también aprovechó para enrostrarle su enojo por no haber sido incluida en el “mapa del Estado” que el Gobierno subió a la web oficial. “Es una falta institucional gravísima. La gente va a terminar empatizando con Victoria”, dijeron cerca de Villarruel.
En aquel almuerzo, las funcionarias hablaron algo más. Villarruel le marcó a Karina que está haciendo un armado en la Ciudad sin tenerla en cuenta. La vice, que alguna vez amagó con construir en la provincia, volvió a poner la mira en la Capital Federal. La hermana del Presidente le respondió que solo está armando la estructura. No eligiendo a los candidatos del 2025.
Varios dirigentes se agarran de la cabeza porque notan que, al igual que en 2023, la hermana del Presidente cosecha referentes que le pueden prometer fidelidad pero que tienen nulo volumen político. Un viejo lobo de Pro se indignó esta semana al ver la foto de Sebastián Pareja, armador libertario en Buenos Aires, con un staff de ignotos. “Fondo de olla. Tienen que sumar cuadros. No puede ser que los mejores oradores que tienen seamos nosotros”, se indignó.
La irritación por el armado también se palpa entre algunas figuras libertarias. Cerca de una de ellas apuntaron: “Este espacio se estructuró detrás de Javier. Él ahora se corrió de la jefatura política y la dejó a ella. Pero ojo, entre los libertarios, lo que hoy es miedo mañana puede ser rebeldía”. Los “fundadores” relegados todavía tienen esperanza de que el propio Presidente retome la batuta. Suelen resaltar que, como todos los hermanos, ellos dos también tienen diferencias.