Juntos por el Cambio suma aliados para disputarle a Cristina el control del Senado
Negocia una alianza con peronistas disidentes y fuerzas provinciales con el objetivo de igualar las fuerzas del Frente de Todos; podría equiparar el reparto de las comisiones
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Mientras termina de acomodar sus piezas, en una sorda batalla de alianzas políticas internas, Juntos por el Cambio (JxC) busca sumar aliados para ampliar su interbloque en el Senado con el objetivo de pelearle palmo a palmo a Cristina Kirchner el control del Senado y, lo más importante, la integración de las comisiones legislativas.
A los 31 senadores que ya tiene asegurados, tras ganar cinco escaños en las últimas elecciones, el principal conglomerado opositor pretende sumar a los integrantes del desperdigado interbloque Federal, la neuquina Lucila Crexell y los peronistas disidentes Juan Carlos Romero (Salta) y Clara Vega (La Rioja). Con esto, Juntos por el Cambio busca llegar a 34 escaños y quedar apenas con uno menos que los que tendrá el oficialista Frente de Todos a partir del próximo 10 de diciembre.
El dato no es menor: con esas cifras, las comisiones integradas por 17 miembros quedarían igualadas en 8 senadores por bando.
En este escenario, será clave quién ocupe la última poltrona, que saldrá de los tres legisladores que, por el momento, van quedando en el medio de la grieta. Se trata de los provinciales Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro) y Magdalena Solari Quintana (Frente Renovador de Misiones), habituales aliados hasta ahora del oficialismo, y de la peronista cordobesa Alejandra Vigo, esposa del gobernador Juan Schiaretti, enfrentado con la Casa Rosada y el kirchnerismo.
Según confiaron voceros de Juntos por el Cambio, las tratativas están avanzadas. Las llevan adelante los jefes de los principales bloques que integran la coalición opositora: Luis Naidenoff (UCRFormosa) y Humberto Schiavoni (Pro-Misiones).
La más difícil de convencer parece ser Crexell, quien mantiene un duro enfrentamiento con el radicalismo desde 2019, cuando el centenario partido llevó a la Justicia su reclamo por la banca que hoy ocupa la legisladora. En aquella elección, el primero de la lista de Juntos por el Cambio era Horacio Quiroga, pero el exintendente de Neuquén falleció antes de las elecciones y el radicalismo le exigió a Crexell, que iba segunda en la lista y ascendió así a cabeza de la nómina, que le dejara su lugar a otro candidato de la UCR.
Los tribunales terminaron dándole la razón a Crexell, que nunca perdonó las presiones del radicalismo por arrebatarle su banca. Dos años después, Naidenoff y Schiavoni intentan revertir esa situación en una negociación que no parece sencilla. Lo de Romero y Vega, en tanto, estaría casi sellado, aunque en los despachos de la alianza opositora no quieren dar nada por seguro hasta que esté plasmada en los papeles.
La intención del comando opositor es tener cerrado los acuerdos esta semana para poder presentar la conformación del interbloque ampliado antes de que empiecen a discutirse las comisiones. En esa mesa deberán rediseñarse tanto las presidencias –el Frente de Todos tendrá que ceder algunas al haber perdido bancas– como la integración de los cuerpos de trabajo legislativo.
Las presidencias
Mientras tanto, en el conglomerado opositor todavía se discute las presidencias de sus dos principales bloques, aunque parece una cuestión definida y que sólo falta el anuncio oficial, al tiempo que empieza a delinearse cómo quedará conformado el futuro interbloque.
En la UCR, el mendocino Alfredo Cornejo pretende convertirse en presidente del interbloque, cargo que ocupa Naidenoff. El exgobernador quiere ese cargo para no perder el protagonismo que le da el sitial en la mesa de conducción nacional de Juntos por el Cambio. Pero en los próximos meses tendrá que dejar la presidencia del Comité Nacional de la UCR, por lo que, si no se convierte en autoridad legislativa, también debería abandonar la silla que ocupa junto a los popes de la alianza. Sin embargo, el poroteo previo es adverso a Cornejo, que apenas tendría el apoyo de cuatro de 16 legisladores, entre ellos Martín Lousteau. El porteño intentó en los últimos dos años liderar una masa crítica en el bloque radical, pero su personalidad y su estilo de armado político no son muy queridos para muchos de sus correligionarios.
Naidenoff, por su parte, tiene el respaldo de Gerardo Morales, quien mantiene desde hace años un buen armado político en el radicalismo del Senado, y eso le permitiría continuar como jefe del bloque radical y del interbloque de Juntos por el Cambio, que le corresponde a la UCR por tener mayor cantidad de bancas que su socio.
En el bloque Pro, en tanto, el misionero Schiavoni no tendría competidor para continuar como jefe de la bancada.
El chubutense Ignacio Torres, ganador de la elección en su distrito y a quien muchos veían con aspiraciones, ya decidió que, a pesar de su afiliación macrista, se integrará a Juntos por el Cambio pero por el nuevo Bloque Chubut, que compartirá con su compañera de lista, la radical Edith Terenzi.
Los que sí se sumarán al bloque Pro serán el cordobés Luis Juez, siempre enfrentado con el radicalismo de su provincia, y la tucumana Beatriz Ávila. De esta manera, la legisladora alejaría, al menos por ahora, el temor a que repita la historia y, como ya hizo en Diputados, abandone Juntos por el Cambio.
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