Juntos por el Cambio: los dilemas de la UCR complican su plan para disputarle el liderazgo a Pro
Tras las internas en Buenos Aires, Córdoba y la Capital, el radicalismo no logra generar candidatos “fuertes” para las legislativas; inquietud por la indefinición de Facundo Manes
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La antesala de las legislativas, una batalla que será clave para la oposición en su disputa con el kirchnerismo por el control del Congreso, encuentra a la UCR, uno de los pilares de Juntos por el Cambio, sin un liderazgo claro y en pleno proceso de introspección sobre su vínculo con Pro.
En marzo pasado, las distintas facciones de la UCR midieron fuerzas en las disputas por la conducción del partido en los tres distritos más poblados del país: la provincia de Buenos Aires, Córdoba y la Capital. Entusiasmados con el alto nivel de participación de sus afiliados en esas internas, los referentes del radicalismo consideraron que la fuerza había salido “fortalecida” de esos enfrentamientos y se pusieron como objetivo disputarle el liderazgo a Pro en Juntos por el Cambio.
Sin embargo, a dos meses de las contiendas, la UCR aún no logra conciliar posturas ni definir un conductor nacional. Y, cuando se acerca el cierre de listas para las legislativas, exhibe su principal “debilidad”: no consigue generar candidatos “fuertes”, sobre todo en la provincia, donde depende del neurólogo Facundo Manes para plantarse ante sus socios de la coalición en la negociación por la estrategia electoral. La raíz de ese déficit, coinciden en la cúpula del partido, es que el radicalismo tiene a la mayoría de sus referentes nacionales ocupando cargos de gestión o con la mira en la pelea por la Casa Rosada en 2023.
En el ecosistema radical hay múltiples proyectos presidenciales. El titular de la UCR, Alfredo Cornejo; el jefe del interbloque de Juntos por el Cambio en Diputados, Mario Negri; el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, quien intensificó durante los últimos días sus dardos hacia Horacio Rodríguez Larreta; ya se anotaron en la carrera por la sucesión de Alberto Fernández. Manes, a quien los caciques radicales buscan convencer para que compita este año en la provincia como candidato a diputado nacional, también anhela llegar al sillón de Rivadavia dentro de dos años.
El enigma Manes
Pese a la insistencia de Ernesto Sanz o Negri, el neurocientífico desoja la margarita y posterga su definición. “No es un no rotundo”, insisten desde la UCR bonaerense. Manes, quien tiene su “corazón” en el centenario partido, había generado entusiasmo en las filas del radicalismo por su involucramiento en la interna por la conducción de la UCR en la provincia. De hecho, Gastón Manes, hermano del médico, integró la lista del oficialismo.
Quienes lo frecuentan aseguran que Manes, un outsider que suele amagar con subirse al ring en años electorales, preferiría saltearse estos comicios de medio término y debutar como postulante recién en la pelea por la presidencia en 2023. “Quiere ser presidente o nada”, cuentan fuentes partidarias.
Referentes radicales le aconsejan al neurocirujano probarse el traje de candidato en estas elecciones legislativas antes de ir por la Casa Rosada. “Una legislativa no te hunde ni te hace presidente. Tenés que dar el combate”, lo alientan en la intimidad. Manes no se inquieta por las presiones y se dedica full time a atender a sus pacientes, dar clases o escribir papers, y preparar el lanzamiento de su nuevo libro. Síntoma desalentador para sus correligionarios.
Si Manes decide no jugar en estas legislativas, reconoce un referente de la UCR, el partido no tiene un candidato “fuerte” para poner sobre la mesa de negociación con el Pro y la CC. “Es una debilidad radical”, concede una fuente del partido. Autoridades de la fuerza señalan que el radicalismo bonaerense tiene un plan B en caso de que Manes confirme su negativa a competir, pero que evitará exhibir sus cartas ante la indefinición de Vidal. “No es lo mismo si viene María Eugenia o no. Está todo abierto”, remarca un dirigente radical.
En un sector del larretismo, donde preparan la candidatura bonaerense del vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli, por si Vidal decide no competir en la provincia, creen que el radicalismo se “animaría” a desafiar a Pro en una interna en la provincia si el candidato fuera Jorge Macri, intendente de Vicente López.
En la UCR no hay una postura unificada sobre si deben forzar una interna o consensuar listas. Hasta ahora miran con mucha preocupación la falta de coordinación en el armado bonaerense de Juntos por el Cambio. En la intimidad varios dirigentes de la fuerza transmiten su inquietud por la “anarquía” que exhibe la coalición opositora en el distrito más poblado del país, a pocos meses de los comicios.
El principal factor de tensión es la indefinición de Vidal, quien duda entre volver a competir en la provincia o regresar a la ciudad de Buenos Aires. La eventual postulación de la exgobernadora lograría alinear la tropa, ya que reúne un amplio consenso entre los socios de Pro. Pero la situación de Vidal no es el único enigma que debe resolver el conglomerado opositor. “Todavía sabemos si Manes va a ser candidato o no, si Lilita va a encabezar o si va a acompañar y si Emilio Monzó va a estar adentro o afuera”, lanza, con fastidio, un alfil del radicalismo.
Tras asumir la semana pasada como nuevo jefe de la UCR bonaerense, Maximiliano Abad, quien superó en las internas de marzo pasado a Gustavo Posse, propuso “institucionalizar” una mesa de conducción de la coalición para coordinar la estrategia de la fuerza en la provincia. “El panorama es preocupante”, reconoce un referente radical que recorre la provincia de Buenos Aires.
Tensiones en Córdoba
El nerviosismo de los referentes radicales por la ausencia de una estrategia electoral coordinada y por la incapacidad de la coalición para articular un relato uniforme también se refleja en Córdoba. Después de las fricciones por la interna de marzo pasado, en la que se impuso la lista de Negri y Ramón Mestre frente a Rodrigo de Loredo, apalancado por Martín Lousteau, los alfiles del espacio conviven en un estado de permanente tensión.
Con mandato como diputado hasta 2023, Negri, un equilibrista dentro del ecosistema radical, no descarta ser candidato a senador nacional en 2021 si reúne consenso en la fuerza. Al legislador le preocupa blindar la unidad y evitar que el kirchnerismo acceda al quorum propio en la Cámara baja. “Estamos poniendo un montón de energía en 2023 y la madre de todas las batallas es 2021”, repite.
En su último paso por Córdoba, Mauricio Macri agitó las aguas en el tablero opositor con sus elogios al gobernador peronista Juan Schiaretti y su apoyo a su exministro de Turismo Gustavo Santos, quien también fue funcionario de Schiaretti y es uno de los dirigentes cambiemistas que aspiran a pelear por la gobernación en 2023. Además, sugirió que dirigentes como Negri no tenían un perfil de gestión. “Macri tiene derecho a tener su candidato, pero debería saber que el peronismo de Córdoba aprobó la quita de coparticipación a la Ciudad y ayuda al kirchnerismo para sacar las principales leyes”, replicaron desde la UCR local.
En la Ciudad, el radicalismo transita la antesala electoral bajo la conducción de Martín Lousteau. El líder de Evolución, quien rivaliza con la estructura tradicional del partido y jugó a fondo en las internas radicales, desea heredar la Capital, el bastión de Pro, en 2023. Aliado de Larreta desde hace dos años, el economista apuesta al proyecto presidencial del alcalde, pero no descarta ir por la Casa Rosada si el plan de Larreta se trunca.
Otros referentes del radicalismo nacional, como los gobernadores Morales (Jujuy) y Gustavo Valdés (Corrientes), quienes trabajan en tándem con Negri y Luis Naidenoff, también reclaman actitud en la UCR para disputarle el liderazgo de la coalición a Pro. Cornejo, otro aspirante presidencial, relativiza las tensiones en Juntos por el Cambio y pide firmeza para frenar al kirchnerismo.
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