Juntos por el Cambio intensifica sus críticas por la herencia económica que dejará Sergio Massa al próximo gobierno
Los principales economistas de la oposición saldrán a advertir a la sociedad sobre las consecuencias de “estirar la mecha”; expondrán el tema este lunes ante la mesa nacional del espacio
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Los referentes económicos de Juntos por el Cambio (JxC) decidieron pasar a la ofensiva. Cuando faltan diez meses para el recambio presidencial y en la antesala de la campaña electoral para las PASO, los economistas más influyentes del principal espacio opositor acordaron salir a dar batalla para generar mayor conciencia en la opinión pública sobre las consecuencias que tendrán en el futuro próximo las “inconsistencias” que, a su juicio, entraña la política económica que lleva adelante Sergio Massa en el Palacio de Hacienda.
El último pronunciamiento de los jefes de JxC, en el que alertaron sobre la “extrema vulnerabilidad” en la que el Gobierno dejará la economía y el “delicado escenario de fragilidad financiera que eleva el riesgo de una salida caótica”, fue un anticipo de esa estrategia. Es más: está previsto que el tema sea uno de los ejes troncales de la reunión convocada para el lunes, a las 12, de la mesa nacional del espacio en La Escondida, un salón de eventos en Palermo. Hernán Lacunza (Pro), Luciano Laspina (Pro), Eduardo Levy Yeyati (UCR) y Matías Surt (CC) fueron invitados a exponer su diagnóstico ante la cúpula de JxC. El expresidente Mauricio Macri es uno de los impulsores de la idea de salir advertir sobre la gravedad del cuadro y la posibilidad de un tsunami financiero. Lo habló con Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta o Lacunza cuando lo visitaron en su refugio de Cumelén. De hecho, Macri aprovechó su reciente visita a La Pampa para cuestionar el rumbo de la Casa Rosada y reforzar el mensaje de presión: “A pesar de la bomba económica que está dejando este Gobierno, el país tiene un enorme futuro”, enfatizó.
La mayoría de los economistas más escuchados dentro de Pro, la UCR y la CC prefieren ser más prudentes que el expresidente y eluden hablar con terminología bélica. No quieren mostrar un perfil “apocalíptico” en público ni piensan “empujar” al Gobierno porque podrían precipitar una crisis, pero pretenden describir la situación con franqueza ante la opinión pública dada las chances de JxC de volver al poder. Entienden de que Massa posterga con “parches”, como el “dólar soja”, el endurecimiento del cepo, la intervención en la brecha cambiaria con bonos o la recompra de deuda por parte del Banco Central, la corrección de las variables económicas y las soluciones de fondo para minimizar las chances de un colapso.
De esa forma, sostienen, el ministro pretende evitar que el Frente de Todos pague menores costos políticos y pierda aún más capacidad electoral. Esas “medidas de corto plazo” y maniobras dilatorias, analizan, incuban un combo explosivo para el próximo gobierno y el riesgo de que se desate una crisis más profunda. Los economistas de JxC hacen hincapié en los peligros del desequilibrio fiscal; el atraso cambiario y tarifario; la agudización de la inflación o la falta de reservas en el Banco Central. Y les preocupa, sobre todo, el nivel del endeudamiento público. “Sin dudas, la deuda en pesos es la burbuja más grande: van a dejar en manos privadas ocho puntos del PBI. Es una barbaridad. No la pueden estirar porque el mercado no les compra bonos más allá de agosto o septiembre”, avisan en el equipo de Hernán Lacunza, quien diseña un programa económico. En 2023 vencen unos $16,7 billones, según consignó LA NACION. Es más, visualizan que el Gobierno atravesará varias turbulencias en el año electoral, luego de que la botonera de Massa mostrara los primeros chispazos.
Por esa razón, las espadas económicas de JxC quieren incidir en el debate público para generar un mayor convencimiento en la sociedad sobre “el daño que producirá estirar la mecha” y advertir sobre las poco alentadoras perspectivas futuras. Consideran que los remiendos de Massa “le meten más presión a la olla que tendrá que destapar la próxima administración para “solucionar los problemas”. La idea es explicar para que la sociedad reconozca “causas y efectos” de las medidas económicas y tenga una apreciación más realista de la coyuntura. “Si este Gobierno deja una bomba no se la deja al próximo o su adversario, sino a los argentinos que sufren las consecuencias, antes o después, de las incoherencias de la política. Por eso, tenemos que advertirle a la sociedad y decir la verdad sobre la situación”, sostiene Lacunza ante la consulta de LA NACION.
Está claro que en Pro piensan en el escenario del 11 de diciembre, tras el recambio presidencial. Macri suele recriminarse no haber descripto durante la campaña de 2015, en la que enfrentó a Daniel Scioli, los desequilibrios macroeconómicos que recibiría de Cristina Kirchner. Ahora optaron por sincerar el cuadro, como describió días atrás Pablo Fernández Blanco en este medio. “A veces en economía las consecuencias no son instantáneas. Queremos salir a advertir eso. Macri tuvo que subir las tarifas porque habían estado congeladas durante ocho años”, indica Lacunza, quien motorizó el último comunicado de JxC junto con Laspina, referente económico de Bullrich, y Guido Sandleris, extitular de la BCRA. Luego, contactaron a Levy Yeyati, consejero de la UCR, para que se sume a la redacción. Y, finalmente, buscaron el aval de Surt, alfil de Elisa Carrió (CC) en materia económica.
“Burbujas económicas”
En ese texto de alto voltaje político desglosaron sus críticas a la política económica de Massa. “El déficit fiscal bajó, pero gracias al atraso de jubilaciones y salarios por inflación; el déficit cuasi-fiscal del BCRA aumentó y el financiamiento monetario al Tesoro continuó por canales poco transparentes, alcanzando en el último trimestre del año casi $ 800 mil millones, equivalentes a casi 20% de la base monetaria o al 1% del PIB”, puntualizaron.
Al desmenuzar su diagnóstico, los economistas de JxC advierten que la deuda del Banco Central quebró la barrera de los $10 billones (o el 12% del PIB): “El pago de sus intereses obliga a imprimir billetes por el equivalente a una base monetaria cada seis meses, Así, la expansión fenomenal de la cantidad de pesos continúa”, apuntaron. También alertaron sobre la “dudosa recompra de deuda pública con vencimientos lejanos que compromete las pocas reservas netas remanentes a expensas de la producción, el trabajo y el crecimiento en 2023″.
En rigor, denuncian que el Tesoro Nacional “comenzó a ejecutar sucesivos canjes de deuda que maquillan la falta de financiamiento genuino, a fin de evitar un nuevo default o una mayor monetización de la deuda pública”.
Lacunza, exministro de Hacienda de Macri, visualiza que Massa “administra una inconsistencia que el gobierno fue reprimiendo bajo presión, con el cepo y el control de precios”. “Las dos válvulas de escape de estas incoherencias con la brecha cambiaria y la inflación”, dice. En Pro creen que Massa “patea” gastos e infla la deuda a futuro. “El problema hoy es que sobran pesos. Está dejando burbujas para el próximo gobierno en pesos y dólares”, señalan desde el macrismo.
En la UCR coinciden en que JxC debe prevenir políticas que “hipotequen la solvencia fiscal del próximo gobierno”, como “la contabilidad creativa que disfraza gastos y oculta deudas a pagar” o la “dolarización de la deuda en pesos –bonos duales-” o el “endeudamiento corto en dólares a tasas usurarias”. En las filas del equipo de la Fundación Alem, el think tank del radicalismo, preocupan tres burbujas: el déficit fiscal “en un contexto de estancamiento económico”, los atrasos cambiarios, tarifarios y de ingresos y la falta de financiamiento, que “hace insostenible cualquier deuda”. “La deuda en pesos es muy corta; y se sostiene gracias al BCRA y a los ahorros acorralados por el cepo, lo que conspira contra la política antiinflacionaria y la unificación cambiaria”, describen en la Fundación Alem.
Quienes tratan a menudo a Levy Yeyati lo notan preocupado por la situación financiera. “La falta de ancla nominal y de financiamiento pueden derivar en una inflación más alta y en un evento de crédito, respectivamente, que comprometerían la posibilidad de salir de la crisis en 2024. Después de casi cinco años de crisis, no hay margen para jugar al límite”, advierten cerca del economista de la UCR.
“Evitar una catástrofe”
Inquietos por la inestabilidad macroeconómica y el estancamiento, descuentan que el kirchnerismo dejará una herencia a la próxima administración mucho peor a la que recibió Macri en 2015 o la que tuvo Fernández, desde el punto de vista financiero, inflacionario y social. “Habrá más deuda, más inflación (100%), más pobreza (arriba de 40% y en 2015 era 30%) y los bancos serán más acreedores del Estado”, describen.
A Surt le inquieta el desequilibrio fiscal. “El gobierno del 2024 va a heredar, si todo sigue más o menos como hasta ahora, un déficit fiscal primario bien medido (contabilizando cosas que hoy están debajo de la alfombra) del 3% del PBI o superior; y contando los intereses, un déficit total en el orden de 5,5% del PBI”, indica el economista de la fuerza de Carrió a LA NACION.
En caso de reconquistar el poder en las próximas elecciones, JxC avizora que asumirá con una economía deteriorada, con desequilibrios en todos los frentes, y una lista de insatisfacciones de distintos sectores. Sus referentes económicos aventuran que el margen de maniobra será mínimo y que será necesario impulsar profundas reformas en materia cambiaria, fiscal y monetaria. “No habrá tiempo para hacer algo más gradual porque, a diferencia de 2015, esta vez no habrá crédito”, aventuran en la mesa de economistas de Pro.
Según Surt, la Argentina tiene “la macroeconomía más desordenada desde los años 80″. “El desafío principal en los próximos años no va a ser que la economía crezca, sino que se evite una nueva crisis que ponga a la economía en un ritmo inflacionario hoy desconocido, que golpee nuevamente a la actividad y que empeore las condiciones de vida de toda la sociedad”, remarca. Para la espada económica de Carrió, el próximo gobierno deberá enfocarse en “evitar una catástrofe”. “Luego, se podrá pensar en retomar la senda de crecimiento. No es un escenario que seduzca, evitar una crisis es algo que poca gente va a reconocer y valorar, pero es así”, subraya.
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