Juntos por el Cambio, en trance de descomposición y con rol ambiguo en el inicio del ciclo de Milei
La coalición que agrupó a Pro, la UCR y la CC desde 2015 comenzó a disgregarse en el Congreso y enfrenta un futuro incierto por la crisis de identidad; los distintos caminos que eligen Macri y Bullrich frente a la nueva era
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El triunfo de Javier Milei provocó una implosión en Juntos por el Cambio. El futuro de la coalición que conformaron Pro, la UCR y la Coalición Cívica hace nueve años para desbancar al kirchnerismo del poder es una incógnita. Es que, sin conducción política ni un líder indiscutido, el espacio inició un proceso de reconfiguración con final incierto. No obstante, el formato de 2015 ya no subsiste a nivel nacional.
La asunción de Milei como presidente encuentra a JxC en un estado de trance. Sin un objetivo que los aglutine, las distintas tribus comenzaron a moverse con autonomía en el tablero tras la tormenta por la derrota en las urnas. El sector que responde a Patricia Bullrich, quien jurará hoy como ministra de Seguridad, formará parte de la nueva administración; los mandatarios de Pro, la UCR y partidos aliados buscarán preservar la unidad de la fuerza en el Congreso y en sus provincias para asegurarse la gobernabilidad; y el expresidente Mauricio Macri se mantendrá como un socio externo de Milei, para asistirlo o condicionarlo a la hora de aprobar reformas estructurales en el ámbito legislativo, donde el sucesor de Alberto Fernández se topará con un escenario fragmentado y escaso sustento político. Sabe que cuenta con legitimidad social y nota esperanza en la ciudadanía, pero duda de la viabilidad del nuevo esquema de poder.
En las últimas horas, Macri, que asistirá a la ceremonia en la que Milei se convertirá en el nuevo presidente de la Nación, volvió ayer a pedir “acompañamiento” para el líder de La Libertad Avanza. Lo hizo durante su participación en el encuentro de la Fundación Libertad, que preside Gerardo Bongiovanni. “Es un hombre con buenas intenciones, que dice la verdad, que no es poca cosa. Después habrá que ir viendo cómo se desarma esta maquiavélica herencia que han dejado. Ordenar el Estado, el lugar de la militancia, y los precios relativos no es fácil y requiere de mucho músculo. Hay que acompañar porque por el otro camino no había futuro”, puntualizó Macri, quien retomó el diálogo fluido con Milei tras el cortocircuito por la designación de Bullrich, una jugada que profundizó la crisis en Pro, y el acercamiento del libertario a un sector del peronismo.
A sabiendas de que Milei lidiará con una tormenta económica y financiera en sus primeros meses, dada la escalada inflacionaria y los desequilibrios que heredará de la gestión de Alberto Fernández, el expresidente tomó una distancia prudencial en las últimas semanas del gobierno en ciernes de los libertarios. Pese a que machacó con que no pidió puestos codiciados para sus leales ni vetó nombres para el Gabinete de Milei, el fundador de Pro tendrá representantes en distintos lugares de la nueva administración. Por caso, Javier Herrera Bravo, un exfuncionario de Cambiemos que orbita cerca de Pablo Clusellas, será el secretario de Legal y Técnica de Milei. Guillermo Dietrich, un dirigente de confianza de Macri, como Clusellas, no desembarcará en la gestión, pero sí ubicará hombres de su equipo en distintas áreas. Lo mismo ocurre con Jorge Triaca en Trabajo. En la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), por caso, recalaría Silvestre Sívori, un especialista en derecho administrativo que trabajó con Dietrich en Transporte. Sívori tiene un vínculo estrecho con Nicolás Posse, futuro jefe de Gabinete. ¿El número dos de Sívori podría ser Mariano Federici, extitular de la Unidad de Información Financiera (UIF) en la presidencia de Macri? Federici, sin embargo, prefirió declinar el ofrecimiento y permanecer en los Estados Unidos.
Desde el 22 de octubre, cuando Bullrich quedó relegada al tercer lugar, JxC atravesó dos instancias de ruptura. El pacto de Acassuso, cuando Macri y la excandidata presidencial definieron respaldar a Milei de cara al balotaje, y la decisión de Bullrich de regresar al Ministerio de Seguridad y cogobernar con LLA. Macri no estuvo de acuerdo con la apuesta de su expupila, ya que prefería explorar un acuerdo institucional y garantizar la gobernabilidad de Milei desde el Congreso.
Distanciada de Macri, la titular de Pro se alista para el desafío de retomar las riendas de la Seguridad. Confiada de que no necesita adquirir el know-how del Estado, aspira a exhibir de inmediato resultados en la lucha contra el delito y el narcotráfico. Mientras se amolda al Gabinete heterogéneo de Milei, la exministra intenta preservar influencia en Pro. Pese a que optó por no buscar la reelección como presidenta del partido, sigue en la puja de poder. De hecho, viajó ayer a Chubut para acompañar a Ignacio Torres en su asunción como gobernador. Un gesto en plena crisis interna por su enfrentamiento con Macri.
“Está entusiasmada”, sintetizan cerca de la exministra sobre el inicio de la era de Milei. Ella no solo tendrá el control de su cartera, sino que tendrá injerencia en Defensa, donde colocó al radical Luis Petri. En el entorno de Bullrich se jactan, además, de tener leales en áreas clave como la Superintendencia de Servicios de Salud, donde asumirá Enrique Rodríguez Chiantore. Y destacan los lazos de Bullrich con Florencia Misrahi, quien irá a la AFIP y formó parte del estudio del tributarista César Litvin, que trabajó en los equipos de la exministra. Creen que Bullrich consiguió para los suyos casilleros más preciados que los que obtuvo Macri.
Concluido el proceso electoral, JxC comenzó a descomponerse en el Congreso. Por caso, ya no habrá un conductor de las bancadas en el Senado -habrá cierta coordinación, pero sin designar a un presidente- ni un interbloque en Diputados que aglutinen a Pro, la UCR, la CC o la fuerza de Miguel Pichetto. La crisis de JxC decantó, sobre todo, en la Cámara baja. El Pro, pese a que quedó dividido virtualmente en tres líneas internas, preservó la unidad del bloque bajo el mando de Ritondo, que controlará entre 37 y 40 legisladores. Aunaron fuerzas para no perder influencia en las comisiones, pero esa unidad quedó atada con alambres y pasará un test de durabilidad en los primeros noventa días de gestión de Milei.
Pichetto, en tanto, comandará a Cambio Federal, que reúne a Emilio Monzó, Nicolás Massot, Ricardo López Murphy y Margarita Stolbizer, entre otros. Aspiran a actuar en sintonía con gobernadores como Rogelio Frigerio y Torres. Tras una tensa disputa, la UCR logró reunificar su bancada bajo el liderazgo de Rodrigo de Loredo, que peleó con Facundo Manes por la presidencia. ¿Martín Lousteau apoyó al médico y no a su socio? El senador se encamina a suceder a Gerardo Morales al frente del radicalismo, una discusión que se reavivará en los próximos días.
Ayer, el comité nacional de la UCR emitió un comunicado para desearle a Milei una “gestión exitosa en beneficio de la patria”. “Ante este nuevo desafío, cooperaremos desde una oposición constructiva, acompañando las iniciativas que mejoren la calidad de vida de los argentinos y nos opondremos y ofreceremos alternativas a aquellas medidas que no lo hagan”, apuntaron. Es la misma línea que marcaron los referentes de la liga de gobernadores, como Alfredo Cornejo (Mendoza) o Gustavo Valdés (Corrientes) y Maximiliano Pullaro (Santa Fe).
El bloque de Pichetto intentará coordinar con la CC, que lidera Juan Manuel López, y los radicales para consensuar posturas frente a las medidas o proyectos de Milei. Aspiran a aglutinar unos 50 diputados para marginar a Pro.
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