Junto a Villarruel, Milei escenificó su apoyo a Israel en un nuevo aniversario del atentado a la embajada
El Presidente estuvo en la ceremonia de recordación, junto a su vice; no habló, pero se llevó un agradecimiento de los representantes israelíes
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Javier Milei escuchaba, con las manos entrelazadas y sentado junto a su vicepresidenta Victoria Villarruel, al embajador israelí en Buenos Aires, Eyal Sela, quien miró al Presidente y le dijo lo que, seguramente, vino a escuchar. “No estamos solos, y el Presidente Milei lo expresó meses atrás al salir de Yad Vashem (Museo del Holocausto). Hay que saber estar del lado correcto de la historia. Gracias, señor Presidente”, dijo el diplomático israelí, mientras el primer mandatario asentía, muy serio.
El acto por el trigésimo segundo aniversario del atentado a la sede de la embajada de Israel en Buenos Aires se convirtió, aún sin la palabra del Presidente, en un nuevo gesto de Milei hacia el Estado hebreo, quien desarrolla desde hace más de cinco meses su respuesta militar al ataque terrorista del grupo proiraní Hamas contra su territorio, el 7 de octubre pasado. Fue el primer presidente en ejercicio en participar de un acto en la esquina de Arroyo y Suipacha, donde murieron al menos 22 personas y dos centenares resultaron heridas, desde que Fernando de la Rúa lo hiciera, como presidente por la Alianza, en el ya lejano marzo de 2000.
Llegado más de media hora antes del comienzo del acto, junto a su hermana y secretaria general, Karina Milei, y el portavoz Manuel Adorni, el Presidente conversó animadamente con distintos dirigentes comunitarios y diplomáticos que se acercaban a saludarlo, e incluso con algunos de ellos se tomó selfies. Cuando llegó Villarruel se saludaron con un abrazo afectuoso, y se mantuvieron juntos mientras se desarrollaba el acto, en la plaza seca que recuerda el atentado del 17 de marzo de 1992. Una postal de unidad, luego de los chisporroteos entre ambos (desmentidos por la Casa Rosada), por la decisión de Villarruel de habilitar el tratamiento del mega DNU, finalmente rechazado por la Cámara alta.
Junto a Villarruel, Milei escuchó las campanadas de la Iglesia Madre Admirable, cuyo párroco Juan Carlos Brumana también falleció en el atentado. Luego llegaron el minuto de silencio, los himnos nacionales de Argentina e Israel, y la lectura de los nombres de las 22 víctimas identificadas del ataque (otras siete víctimas no pudieron ser identificadas).
El rabino y guía espiritual de Milei, Axel Wahnish, leyó la oración por los difuntos, el Kadish, y afirmó que “la bomba atentó contra el corazón del alma humana”. Lo siguió el padre Alberto Bochatey, quien en nombre de la Iglesia Católica expresó su “dolor por tanta muerte injusta”.
Como otra muestra de cercanía, el Presidente fue invitado a depositar la primera ofrenda floral, acompañado por familiares de rehenes israelíes secuestrados por Hamas y que continúan cautivos en la franja de Gaza. Otro de los encargados de rendir homenaje a las víctimas del atentado fue el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, quien también dejó una ofrenda junto a Enrique Klein, sobreviviente del atentado.
A la hora de los discursos, sólo hablaron Alberto Kupersmid, en nombre de sobrevivientes y víctimas, y el embajador Sela. Desde la Presidencia informaron que Milei no habló porque “no estaba previsto”, aunque fuentes de la organización y otros invitados dieron por hecho que daría un discurso, en representación del Estado argentino.
Los dos oradores pidieron, a su manera, por el esclarecimiento del hecho, y apuntaron sus cañones hacia Irán como responsable de aquel y otros ataques, como el de la AMIA (julio de 1994) y el de Hamas contra Israel, de octubre pasado.
“No hay espacio para el diálogo con el terrorismo y el 7 de octubre quedó demostrado”, dijo Kupersmid, quien se permitió preguntarle al Presidente si “podrá despertar a la Justicia” para que “se ponga de pie y actúe en consecuencia”. Sela, en tanto, apuntó a Irán, a través del grupo Hezbollah, “que sembró el terror en esta tierra”. Según el fallo de la Corte Suprema de fines de 1999, fue la Jihad Islámica (brazo armado del grupo proiraní Hezbollah) la responsable del ataque que redujo a escombros la señorial sede diplomática de Arroyo 910, hace treinta y dos años.
“Irán volvió a planificar otro atentado dos años después, en la AMIA, y el 7 de octubre volvió a escribir con sangre la historia de argentinos e israelíes”, en referencia a ciudadanos israelíes nacidos en Argentina que fallecieron en el ataque o aún permanecen secuestrados en la franja de Gaza. “Quieren que nos demos por vencidos, pero es al mismo terrorismo al que vamos a vencer”, dijo Sela antes de agradecer al Presidente el renovado gesto de apoyo.
No hubo tiempo para más. Luego de los acordes de la canción israelí Tajzor (“Vuelve”), Milei partió de modo raudo y sin hacer declaraciones. El guiño a Israel en su pelea contra el terrorismo había sido escenificado.
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