Juliana Awada volvió de Punta del Este en el helicóptero presidencial
La primera dama argentina y su hija pasaron unos días en Uruguay; la respuesta de la Casa Rosada ante la polémica por el uso de la aeronave oficial
PUNTA DEL ESTE.- De Chapadmalal al coqueto balneario esteño. La primera dama argentina, Juliana Awada, descansó unos días en Punta del Este y compartió ese tiempo con su hija Antonia.
Es que la familia Macri tiene larga tradición esteña y cuenta con uno de los complejos turísticos más importantes de la zona de Manantiales, ubicado entre La Barra de Maldonado y José Ignacio: Terrazas de Manantiales.
En la tarde de este jueves, el Aeropuerto de Laguna del Sauce se sacudió con el arribo de un helicóptero presidencial. En la terminal comentaban que el presidente argentino Mauricio Macri lo había enviado para recoger a su familia por la localidad uruguaya.
El helicóptero aterrizó en la terminal internacional de Punta del Este sobre las cuatro y media de la tarde y esperó la llegada de Awada y Antonia Macri, quienes llegaron al aeropuerto poco después de las seis de la tarde, en una camioneta. El personal cargó las valijas de la familia presidencial y otros equipajes y sobre las 18.20, el helicóptero H002 salió de Punta del Este hacia Buenos Aires.
Ante la polémica en las redes sociales por el uso del helicóptero presidencial, en la Casa Rosada explicaron que corresponde que la familia presidencial use la aeronave asignada al mandatario. "La familia está ajustada a un protocolo de seguridad, por una cuestión de Estado", se indicó.
Otras noticias de Juliana Awada
Más leídas de Política
Violencia de género. El fiscal pidió citar a indagatoria a Fernández por golpes y amenazas contra Fabiola Yañez
Por tiempo indeterminado. El Gobierno aplicó una severa restricción a Di Zeo en medio del enfrentamiento con Bullrich
Milei, con Yuyito. El Presidente acusó a Mondino de cometer un “imperdonable error” y anticipó: "Todos los responsables van a ser echados"
¿Trump o Kamala? Uno de los hijos de Moyano fue invitado a Washington como “observador” de las elecciones