Juliana Awada, cada vez con más alto perfil
Se mostró muy activa con Macri en Holanda; niegan que vaya a ser candidata
LA NACIONJaime Rosemberg
AMSTERDAM.- Acompañó a su esposo a sol y a sombra, pero también lució su sonrisa y su estilo de manera diferenciada, como para alimentar especulaciones políticas en un año muy especial para el Gobierno. La primera dama Juliana Awada no pasó desapercibida durante la visita de Estado del presidente Mauricio Macri a Holanda.
Una agenda cuidadosamente seleccionada mostró a Awada en todos los actos protocolares y en acciones diferenciadas: un refugio para madres víctimas de violencia doméstica, un centro de juventud y familia y en un museo de arte, en los tres casos acompañada por la reina Máxima, un verdadero "escudo" de popularidad y energía positiva que acompañó a la pareja presidencial en su paso por la quinta potencia de Europa.
No se trata de una casualidad. Awada ya viene subiendo su perfil de exposición. En el intenso reportaje de Mirtha Legrand, la primera dama salió en defensa del Gobierno e, incluso, interrumpió un par de veces al Presidente, todo un cambio de actitud en relación a su escena pública.
En el caso de Holanda, su agenda fue diseñada en consenso por las autoridades holandesas y su embajada en Buenos Aires, la Cancillería y la secretaría de Asuntos Estratégicos que encabeza Fulvio Pompeo.
"La violencia familiar es una realidad que duele y que debe llamarnos a la acción", sostuvo Awada en un comunicado, luego de recorrer con Máxima el centro Oranjehuis Amsterdam, una casa con comodidades y atención psíquica y física para mujeres que, en su mayoría, escapan con sus hijos de situaciones de extrema violencia. Al mejor estilo de la comunicación Pro, se refirió a un caso particular, el de Lorena, que vive en el refugio.
También recorrió junto a Máxima el museo de arte Mauritshuis, mientras Macri se reunía con el primer ministro Mark Rutte. Al salir, acompañó a la reina a saludar a la gente agolpada detrás de las vallas, siempre sonriente y desenvuelta.
"En cada una de las visitas fue aprendiendo más sobre su rol, y eso la para de una manera diferente en el compromiso siguiente", afirman a su lado. Agregan que hubo "mucha complicidad" con Máxima, quien en cada actividad "le iba contando sobre las experiencias de su país".
Semejante alto perfil lleva a buscar explicaciones. ¿El Gobierno la está midiendo? "Para nada. En política ella no se va a meter, eso no va a cambiar nunca", contestaron a LA NACION cerca de la primera dama. De todos modos, en el Gobierno no desconocen que, como ocurrió con Gabriela Michetti y María Eugenia Vidal, la imagen fresca y jovial de Juliana suma puntos a la imagen presidencial, y "ablanda" su imagen, en momentos en que necesita tirar toda la carne al asador, ante las próximas elecciones.
Por Jaime Rosemberg
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