Lo que no se vio en TV: las miradas, gestos y posturas que marcaron el debate
Por las reglas de la televisación del debate, las cámaras solo tomaban a cada candidato cuando era su turno de hablar. Sin embargo, sus gestos y las direcciones de sus miradas estaban a la vista de los presentes en el salón de actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
LA NACION pudo registrar las posturas y reacciones de los principales candidatos presidenciales. Alberto Fernández se caracterizó por mirar fijamente a Mauricio Macri durante cada una de sus alocuciones, mientras que Presidente apenas le dirigió una mirada fugaz hacia el final. Y ambos mantuvieron restringidas las reacciones a las críticas del otro.
Los candidatos estaban ubicados uno junto al otro. Macri en el extremo derecho del escenario, Fernández a su lado, en la primera posición siguiente hacia el centro. Durante la primera parte del debate, Macri se mostró serio y rígido, manteniéndose de pie incluso cuando no era su turno de hablar. Alberto, en cambio, se sentó en su banqueta desde el comienzo. Luego, el Presidente se descontracturó y comenzó a sentarse cuando no le tocaba.
Al igual que el domingo pasado, cuando se celebró la primera etapa del debate, Fernández aprovechó cada uno de sus turnos para atacar a Macri. Mientras tanto, el Presidente permaneció inmutable, con la mirada fija al frente. Su única reacción fue anotar (de hecho, Macri fue uno de los candidatos que más anotaciones realizó durante el debate).
Incluso cuando Fernández lanzó su dardo más doloso contra Macri al mencionar a Franco, el Presidente permaneció serio. Luego, cuando Le tocó hablar nuevamente, le contestó con fuerza. Según pulbicó LA NACION, en uno de los cortes hubo un momento de máxima tensión.
La distancia se mantuvo hasta el final, cuando Macri evitó darle un apretón de manos.
Macri solo comenzó a mostrar ciertas reacciones corporales ante las críticas de su contrincante al comienzo del tercer bloque temático. Después del primer corte -cuando se reunió con sus asesores durante diez minutos- el mandatario dejó ver ciertos cambios gestuales al escuchar a Fernández: sonreía, alzaba las cejas y negaba levemente con la cabeza.
Fernández, en cambio, le dirigió largas miradas al Presidente desde el comienzo, al escuchar sus discursos. Con la cabeza girada hacia la derecha, mientras el primer mandatario hablaba, el exjefe de Gabinete lo observaba largamente. Y en ciertos pasajes, sobre todo ante los dichos de Macri sobre temas relacionados con su gestión, como obras, medidas económicas o sociales, Fernández esbozaba sonrisas burlonas, irónicas, con sorna.
Sin embargo, Fernández permanecía serio frente a las críticas. Quedó de manifiesto en varias ocasiones. La más notoria fue cuando Macri se ganó las risas solapadas de los presentes en el salón cuando dijo que se "ganaba el cielo" por "aguantar a los kirchneristas".
Los segundos destinados al cierre del debate parecieron un resumen de las dos horas anteriores en términos de la gestualidad durante los momentos de silencio. Mientras Macri hablaba, Alberto lo miraba, con las cejas alzadas e inclinando la cabeza. Quizá, como una forma de expresar sorpresa por lo que escuchaba. Y cuando fue el turno de Alberto, quien volvió a criticarlo, el Presidente evitó reaccionar, y volvió a hacer una anotación, a pesar de que su último turno para hablar ya se había agotado y el debate ya había terminado.
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