Juan Zabaleta: “La Cámpora tiene que entender que se sienta en igualdad de condiciones en una mesa o el peronismo se rompe”
El exministro de Alberto Fernández habló con LA NACION desde el taller que montó en Hurlingham tras perder la intendencia; consideró que hay que ampliar el peronismo con otros dirigentes; reveló una exigencia que le hizo el camporismo
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El Taller Los Patos es un taller impoluto. No hay una gota de grasa, ni de aceite en el suelo. Está sobre la calle que tiene ese mismo nombre y desemboca en el Arroyo Morón, en Villa Alemania, Hurlingham. Adentro hay un Volkswagen Gol con una rueda menos pero casi que se pierde con el gris de las paredes. Ahí nomás sobresale “La Diabla”, el auto de TC rojo brillante de Luis “Patita” Minervino, que también tiene amarillo, azul, blanco y verde, y que reposa sobre apoyadores con rueditas para que no toquen el piso los neumáticos. Más atrás, tapados con telas como en un museo, hay una Chevy modelo ‘73 y una camioneta Chevrolet C10 de 1967. Acá alinean, balancean, cambian aceite y filtro, y reparan trenes delanteros. Son las diez de la mañana y cerca del panel bordó de las herramientas conversan tres muchachos: José, el encargado; y otros dos que trabajan en pintura. Arriba hay un quincho para hacer asados donde prevalece la imagen de Eva Perón.
“Un taller es reparar y al peronismo hay que repararlo”, dice el dueño de Los Patos. Con su frase devela que acá no solo importan los fierros, sino también -y tal vez más- la política. El que habla es Juan Zabaleta, el exintendente de Hurlingham, de 57 años, que cuando perdió el año pasado las elecciones con el camporista Damián Selci levantó este taller. Volvió así a la actividad privada y un poco a aquellos años, entre 1992 y 2001, en los que fue copiloto de Minervino, en La Diabla -que tiene estampado su nombre- y en otros autos de carrera. Mientras aclara que el local está tan limpio porque hasta “le pasa CIF al piso”, Zabaleta arremete contra el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner. Dice que el diputado nacional “es parte del fracaso” y plantea una construcción en la vereda de enfrente de la organización. La jubila también a su madre, la exvicepresidenta Cristina Kirchner.
Ladero del intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray -quien le avisó que le traerá su vehículo- y del sindicalista Facundo Moyano, Zabaleta se queja también de los desplantes de la agrupación K contra el gobernador bonaerense, Axel Kicillof. Cuenta que le hacen “cara de culo” y lo maltratan, como -según dice- ocurría con Alberto Fernández cuando era presidente y él se desempeñaba como ministro de Desarrollo Social. De esa época ahonda sobre el manejo de los planes, en medio del escándalo judicial por supuestas extorsiones, y asegura estar tranquilo de su tarea. Revela por primera vez que los camporistas le pidieron la renuncia antes de tomarse licencia en su municipio para irse a la Casa Rosada. “La Cámpora tiene que entender que se sienta en igualdad de condiciones en una mesa o el peronismo se rompe”, advierte sobre lo que viene.
-¿Qué está pasando en el PJ bonaerense? Máximo Kirchner ahora llamó a elecciones.
-Hoy Máximo Kirchner no puede convocar a una reunión del PJ de la Provincia con la totalidad de los presentes y de golpe llama a una elección interna, un año antes de lo que corresponde, en un momento complicado de la Argentina. ¿Alguien me pregunta en la esquina del taller por la interna del PJ? Nadie. Hay otra agenda en la cabeza de la sociedad. Un taller es reparar, tenemos que reparar el peronismo y la Argentina que viene.
-Pero perdieron las elecciones y hubo presión para que Máximo dejara la presidencia del PJ.
-Sí, pero siga, siga. Ya está. Es nuevamente sobre el paraguas de la unidad volver a hacer lo mismo. Y lo que no puede hacer el Frente de Todos, Unión por la Patria, o no sé cómo se va a llamar, es hacer lo mismo que hicimos en los últimos años y fundamentalmente gobernando la Argentina. Si la receta del bizcochuelo es la misma, se va a quemar. Tenemos que intentar que el bizcochuelo no se queme.
-Hay mucha dirigencia de la Provincia disconforme con lo que pasa con Máximo pero cuando llega la hora de armar las listas, tiene mucha influencia.
-El problema no es el armado de las listas.
-Bueno, a veces sí.
-Bueno, el problema no es el armado de las listas solamente. El problema es entender qué les pasa a los argentinos. ¿Esto se va a volver a definir en una discusión de palacio encerrados tres dirigentes que no representan lo que dicen representar? No. Hay que animarse a discutir nuevos liderazgos.
-¿Pero por qué Máximo llega a ese lugar entonces? Fue jefe de la bancada, ahora es presidente del PJ de la Provincia. ¿Solo por su apellido?
-Hay una definición: la política no es hereditaria de prepo. Hay una etapa que fracasó y Máximo Kirchner es parte del fracaso. Frente al fracaso, una etapa nueva.
-¿Es una construcción con La Cámpora o sin La Cámpora?
-Algunos dirigentes planteamos que donde esté La Cámpora, vamos a estar enfrente.
-O sea, es sin La Cámpora.
-Donde esté La Cámpora, vamos a estar enfrente. Eso será un debate público en una primaria, o también hay mucho riesgo de que si se sigue de la misma forma, el peronismo se rompa. Que el año que viene el peronismo se rompa.
-¿Cómo?
-El peronismo se puede romper. La Cámpora tiene que entender que, o se sienta en igualdad de condiciones en una mesa, o el peronismo se rompe.
-¿Y quién puede encarar una nueva conducción del PJ?
-Hoy no hay perfiles que sinteticen.
-¿Tiene que haber una conducción de Kicillof?
-A Kicillof primero hay que acompañarlo para que pueda gobernar la Provincia como corresponde y dar respuestas. Y después dar un debate sobre el liderazgo de una fuerza. No lo miremos a Kicillof solamente para que se haga cargo de lo que viene, sino para que le vaya bien gobernando. Nuestra fuerza política tiene que plantear una nueva propuesta. ¿Es con los mismos de siempre, con las mismas formas? ¿Es haciendo lo que hacen con el gobernador, que viene a distritos que gobierna La Cámpora, como Hurlingham y Quilmes, y le ponen cara de culo y lo maltratan?
-¿Quiénes lo maltratan?
-Mayra Mendoza y el intendente de Hurlingham, mirá los videos. Ponerle cara de culo: es lo que hicieron en el gobierno nacional. Estaban en desacuerdo pero no renunciaba nadie a PAMI, a Anses, ni a YPF. Todo eso hizo que Milei fuera presidente. No le quito méritos a la campaña de Milei, pero eso hizo que la sociedad mirara para otro lado.
-¿Y Kicillof va a tener que elegir?
-Kicillof tiene que gobernar y hay que acompañarlo. Lo veo ubicado.
-¿Cómo analiza su acercamiento con gobernadores que no son peronistas?
-Me parece muy bien porque la etapa que viene del peronismo tiene que animarse a ampliar con los que piensan el rol del Estado que viene. Si Nacho Torres [de Pro, de Chubut] o Maxi Pullaro [radical, de Santa Fe] piensan lo mismo, ¿por qué no hay que animarse a eso? ¿Por qué no hay que debatir con ellos?
-Entonces ve bien que para 2025 o 2027 se pueda generar un frente “anti-Milei” que una al peronismo con dirigentes del radicalismo, de Pro, que no estén de acuerdo con este gobierno.
-Yo creo que un frente “anti” a la sociedad le rompe mucho los quinotos. Hay que animarse a ampliar, no cerrarse. Para eso hay que hablarles a otros sectores, dejar de hablarles a los dirigentes. Hay un planteo claro de La Cámpora que es hablarle a Cristina. La Cámpora le habla a Cristina y está muy bien, algo representan. Ahora, ¿con eso se ganan elecciones? No.
-¿Y Cristina a quién le habla?
-Yo quiero resumirlo con dos palabras: gracias Cristina.
-¿Ya fue Cristina para usted?
-Gracias Cristina. Gracias de verdad. Con ella no hablo.
-Dice que sí habla con la gente, ¿qué le dicen de Milei? Porque sigue muy alta la aceptación al Gobierno.
-¿Qué me dicen de Milei? Que tienen esperanzas todavía. Y cuando les explicás que la receta del bizcochuelo de Milei es la misma que la de Macri, que se va a quemar, te dicen: ‘Pero ustedes no hablen, eh, ustedes no hablen’. Nosotros le dejamos a la sociedad un quilombo en la cabeza tremendo. A Milei lo veo muy enfocado en las variables financieras y el dólar, pero poco enfocado en la calidad de vida de los argentinos.
-Sin embargo caló hondo en una base de votantes del peronismo. ¿No la vieron venir?
-Sí, se veía venir. El ejemplo mío era en William Morris. Les dabas las boletas de la PASO y te las tiraban a media cuadra. El error de la oposición ahora es buscar el arrepentimiento del votante de Milei.
-Entonces si la gente todavía confía en este gobierno y el peronismo se puede romper, el panorama no es muy alentador para ustedes.
-Está claro, si no hay una discusión muy franca el peronismo se puede romper. Y veo en algún sector volver a hacer lo mismo. Es lo que pasa contra el gobierno de la provincia de Buenos Aires, igual que fue contra el gobierno nacional: a los microfonazos públicos, con charlas con militantes. No es por ahí.
-¿El peronismo está desencajado?
-Sí, está a los banquinazos. Claramente. Hay que sentarse y reflexionar sobre eso. ¿Es llamando a internas de afiliados? Es no entender. Es todo a los futazos, a los rebencazos. Te aparece un fenómeno como este, Milei, que te cambió un paradigma de relación con la sociedad. Mi hijo Juan Bautista tiene 13 años y estaba azorado de la foto de Milei con Elon Musk. Me dice: ‘Mirá, papá. Milei con Elon Musk’. Entonces hay que adecuarse.
-¿Para Massa es: ‘Gracias, Sergio’?
-No hablo desde hace mucho con Massa. Depende de Massa.
-¿Y qué le pasa con Alberto Fernández ahora?
-Nada.
-¿Habla?
-Sí, por supuesto hablo, lo saludo.
-¿Cómo ve que haya vuelto a aparecer?
-Es una decisión de él.
-¿Pero también le dice: ‘Gracias Alberto’?
-Sí, por supuesto.
-¿Y cómo analiza haber sido ministro de esa gestión ahora que pasó el tiempo?
-No me arrepiento un solo minuto de haber sido ministro, pero no estaban las condiciones dadas para salir de Hurlingham. Te voy a contar algo: dos días antes de asumir el ministerio, el 11 de agosto, vino el Cuervo Larroque en nombre de Máximo Kirchner a pedirme la renuncia como intendente. Cuando está claro que a los intendentes que fueron ministros como yo, a ninguno le pidieron la renuncia.
-¿Le decían: ‘Si vas a ir a ministro, renunciá’?
-Renunciá. Dos días antes de asumir, en el Banco Provincia. Esto es algo que no lo conté, pero desde el taller mecánico hay que hablar muchas cosas para que no vuelva a pasar lo mismo.
-Una vez Cristina en un acto comentó que se había barajado la posibilidad de que Larroque fuera el ministro y Máximo le dijo: “Ponelo a Juanchi”.
-Sí, fue más o menos así. Fue así.
-¿Pero dice que lo querían poner en el ministerio para sacarle la intendencia?
-Y, con el diario del lunes, no tengas dudas. Ese es el estilo de La Cámpora, llevarse todo por delante. Máximo Kirchner busca disciplinar dirigentes. “Si te animás a pelear conmigo, te vuelco el aparato”. Perdió Santa Cruz para ganar Hurlingham.
Planes
El exintendente tilda como “crónica de un final anunciado” la polémica desatada desde que el gobierno de Milei fue a la Justicia y denunció una supuesta red de extorsión que hacía malos manejos con el Potenciar Trabajo. Zabaleta dice que él arrancó con los controles cuando diez días después de asumir escuchó por televisión los testimonios de militantes de la Organización Clasista Revolucionaria (OCR) que denunciaban que les quitaban el plan si no iban a marchar. Alega que después promovió la libertad para que cada beneficiario eligiera dónde realizar sus horas de trabajo, que encabezó auditorías con las universidades públicas y que pidió cruce de datos con la AFIP. De acuerdo a lo que explica Zabaleta, todo eso derivó en las 200.000 bajas que se dieron durante la administración de Victoria Tolosa Paz, que lo sucedió en el cargo en Desarrollo Social. Se muestra convencido, también, de que se debe terminar con la intermediación e ir a programas directos, como la AUH y la Tarjeta Alimentar.
-¿En su época esas irregularidades se judicializaron?
-Hay denuncias en Comodoro Py de todo tipo.
-¿Y por qué el tema aparece ahora?
-Hay distintos contextos políticos. Me parece bien que se avance, pero me parecería mucho mejor que sigan entregando mercadería a comedores y merenderos porque hace cinco meses que no entregan. También es un momento para que las organizaciones no sean corporativas. Ese famoso cajón de manzanas donde se pudre una y, si no la sacás, se pudren todas. Es un momento para mostrar que no son todas iguales.
-¿En qué organizaciones sociales encontró irregularidades cuando era ministro?
-Era en general.
-¿Y había posibilidades de avanzar con las denuncias dentro de un ministerio loteado con dirigentes de distintas agrupaciones?
-Avanzábamos con las auditorías. ¿Siempre había tensión? Sí, siempre. Pero avanzábamos. Lo contaba, pero no le pedía permiso a nadie. Nosotros avanzábamos y si había resistencias, se enteraban tarde.
-Entonces la resistencia estaba.
-Siempre había discusiones en la forma y la metodología. Todo esto lo trabajamos en el contexto político de nuestro gobierno, que tenía muchos quilombos internos.
-Desde el gobierno de Milei trasciende que pedirán investigar a los funcionarios que dejaron que ocurrieran las supuestas extorsiones. ¿En eso está tranquilo?
-Que avancen. Hay una investigación judicial, hay que dejar que la Justicia avance hacia donde tenga que avanzar.
-Dicen que hubo una famosa conversación suya con Cristina Kirchner por el tema de los planes.
-Yo hablaba con el Presidente, con la vicepresidenta, con todos los que tenía que hablar. Y yo tomaba las decisiones, no iba a consultar lo que tenía que hacer.
-¿Pero los puso al tanto de lo que veía?
-Había charlas, hasta informales. Pero yo tomaba decisiones.
-¿Con Sandra Pettovello, la ministra de Capital Humano, habla?
-No, no hablo con nadie de este gobierno.
-¿Y qué pasa con ese 50% de comedores fantasmas que plantean desde la Casa Rosada?
-Creo que seguramente hay comedores que al no tener mercadería, cierran.
-Me acordé de Grabois...
-Tengo buena relación con Juan.
-¿Entonces cree que este gobierno es muy agresivo con él?
-No tengo dudas de que en un punto eligen mal los enemigos. Juan tiene un trabajo vinculado al tema cartoneros que es enorme.
-¿Es honesto Grabois?
-No tengas ninguna duda. Es enorme.
-¿Y Belliboni? ¿No le parece tan honesto?
-Yo hablé de la manzana podrida. Creo que cuando aparecen estos personajes que la sociedad los denuncia, los apunta, no hay que ser corporativos. Siempre tenés algún loco, chorro, que hace las cosas que no corresponden. Correlo, sacalo.
-¿Qué pasa con Emilio Pérsico, Daniel Menéndez y Fernando “Chino” Navarro, que trabajaron con usted en el Gobierno?
-He trabajado en el ministerio con ellos pero tomando las decisiones que tenía que tomar. Muchas caían bien y muchas caían mal, pero tomamos las decisiones.
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