José Manuel de la Sota: el hombre que definió al peronismo cordobés y marcó la renovación
En poco más de un año, Córdoba perdió a sus dos grandes caudillos desde el retorno de la democracia. Ayer murió José Manuel de la Sota . En agosto de 2017 había fallecido Eduardo Angeloz.
De la Sota, el "Gallego" , como lo llamaron toda la vida, tenía 25 años cuando inició su carrera política como secretario de Gobierno de la intendencia de Córdoba, a cargo de José Domingo Coronel, entre 1973 y 1976. En 1982 fue candidato a intendente y perdió con Ramón Bautista Mestre. Fue la primera de una serie de derrotas que cruzarían su trayectoria, pero no la definirían. Porque si algo le reconocían a De la Sota hasta sus rivales más acérrimos era la perseverancia con la que no una ni dos, sino tres veces intentó acceder a la gobernación, en una provincia que, primero con Angeloz, en 1987, y luego con Mestre, en 1991, parecía destinada a décadas de radicalismo. En 1987 llevó como candidato a diputado nacional a Domingo Cavallo, que ese año accedió a una banca.
Pese a las derrotas en las elecciones a gobernador, desde 1985 y como parte de la renovación peronista, De la Sota fue el líder del PJ cordobés y referente del partido en la provincia. En 1985 fue diputado nacional y en 1995 ocupó una banca en el Senado.
En 1988 fue precandidato a vicepresidente de Antonio Cafiero en las elecciones internas del PJ, en las que fue derrotado por Carlos Menem. Pese al enfrentamiento con el riojano, en 1990 fue embajador en Brasil, país con el que consolidó sólidos vínculos con políticos y empresarios.
En el tercer intento por la gobernación de Córdoba, en diciembre de 1998 y enfrentando una vez más a Mestre, llegó a la victoria, de la mano de una moderna campaña ideada por el gurú brasileño Duda Mendonça, que prometía una rebaja del 30% de los impuestos. Asumió en julio del año siguiente. El desgaste del radicalismo, más la construcción del frente Unión por Córdoba, que conjugaba a peronistas con conservadores, menemistas y desclasados, le terminó dando la victoria.
Desde entonces, esa alianza no volvió a dejar el poder, gracias a la sociedad que De la Sota conformó con el actual gobernador, Juan Schiaretti: un binomio que se tensó y se dobló varias veces en las últimas dos décadas, pero que así logró convivir, combatiendo o confluyendo, con el kirchnerismo primero y ahora con el macrismo.
De la Sota y Schiaretti se alternaron en el poder durante años, sin confluir nunca en el mismo sector del peronismo. El Gallego volvió a la gobernación en 2007 y fue reelecto en 2011, pero su obsesión siempre fue ser presidente. En 2003, Eduardo Duhalde lo testeó como candidato para enfrentar a Menem, pero terminó reemplazándolo por Néstor Kirchner porque no despegaba en las encuestas. En un discurso de 2011 acuñó el término "cordobesismo", como una forma de caracterizar al peronismo de su provincia.
Volvió a disputar la presidencia en 2015. Trabó una alianza con Sergio Massa, al que enfrentó en las PASO del frente UNA. Pese a que perdió y fue tentado por el sciolismo para que se volcara en favor de la fórmula de Daniel Scioli y Carlos Zannini, el cordobés se mantuvo junto al exintendente de Tigre hasta las elecciones generales. Fue un gesto que Massa valora hasta estos días.
Después de aquella elección, sin embargo, De la Sota imprimió una pausa en su carrera política. Nunca abandonó las reuniones políticas en sus frecuentes viajes a Buenos Aires, incluso con sectores del kirchnerismo en las últimas semanas. Y su nombre volvió a correr como eventual postulante para la presidencia en 2019. Pero el Gallego prefería, en público, mostrarse enfocado en sus nuevos emprendimientos, que incluían una marca de ropa propia: El Hombre, y un próximo debut televisivo con un programa de actualidad en Crónica TV.
En el terreno personal, vivió una tragedia familiar. Una de sus tres hijas, Agustina, murió ahogada en la casa que compartía con su primera mujer, Silvia Zanichelli, hija del exgobernador Arturo Zanichelli. Luego se casó con Olga Riutort, su mano derecha durante su primer mandato como gobernador, de quien se separó en malos términos. Su tercera pareja fue su ministra de Producción y hoy diputada nacional Adriana Nazario, con quien vivía en Río Cuarto.
Había nacido el 28 de noviembre de 1949. Tenía 68 años.
Un dirigente histórico, siempre vigente
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