José Luis Espert: el nuevo guardián de Milei en Diputados suma protagonismo y exaspera a opositores
Flamante socio del oficialismo, el titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda tuvo enfrentamientos con legisladores del kirchnerismo y la izquierda por su controvertida decisión de cerrarles el micrófono
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La figura de José Luis Espert ejerce de pararrayos de Javier Milei y cobra un fuerte protagonismo en el inicio del debate del proyecto de ley ómnibus que plantea desregular la economía y una amplia reforma del Estado. Dueño de un tono provocativo y autor de frases con aire altivo, el economista se mueve en el plenario de comisiones en la Cámara de Diputados como si fuera una pieza más del engranaje de La Libertad Avanza, pese a que hace pocos meses sostenía que Milei era un liberal “poco serio” y un “populista más”. Pero, tras el triunfo libertario en el balotaje, Espert se reposicionó en el tablero y se convirtió en un guardián de Milei en el Congreso.
Así como la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, hizo “tabula rasa” y logró poco a poco ser una voz influyente en el Gabinete, Espert, que integra un monobloque y compitió en las últimas elecciones como candidato a senador de Horacio Rodríguez Larreta, exponente del ala moderada de Pro, es una suerte de frontman del oficialismo desde que Milei, quien lo llama “profe”, lo propuso para presidir la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Sin un referente excluyente en el bloque de LLA que lidera Oscar Zago, Espert encabeza la ofensiva contra los detractores de las reformas de Milei. No obstante, su alto perfil y su controvertido manejo escénico en el rol de conductor del plenario despierta rechazos en la oposición y ya genera ruidos, incluso, en el esquema libertario. Es que Espert tuvo duros enfrentamientos con representantes del kirchnerismo y de la izquierda durante las primeras jornadas de debate en el plenario de comisiones, donde el oficialismo debe lidiar con un escenario incómodo y complejo para las ambiciones de Milei. Por un lado, los libertarios no tienen los votos y, a su vez, conviven con airados reclamos de la oposición, que pide mayor tiempo para discutir la ley ómnibus, que tiene más de 600 artículos y deroga decenas de leyes.
En las últimas 72 horas, Espert protagonizó una serie de escándalos con diputados opositores, como los peronistas Santiago Cafiero y Carlos Castagneto y los trotskistas Myriam Bregman, Nicolás del Caño y Christian Castillo, entre otros, a quienes les dedicó chicanas filosas, ironías e incluso hizo enardecer con una decisión repetida: apagarles el micrófono con la excusa de que habían extendido su tiempo de exposición.
“Hay un cambio de época. Si hay un reglamento y acuerdos previos, eso se cumple. No hago más que aplicar las reglas de juego históricas de la Cámara. Estamos en un plenario con 115 diputados y son sesiones informativas”, aseguró Espert ante la consulta de LA NACION. El economista no recibió pedidos de la Casa Rosada ni de espadas del oficialismo para bajar el tono confrontativo.
Esos choques, advierten en los bloques aliados del oficialismo, son riesgosos, porque provocan desgaste y dificultan la misión de LLA de ordenar y acelerar el tratamiento del megaproyecto y, sobre todo, garantizarse un colchón de apoyos para firmar el dictamen. Sin embargo, Espert tensiona y juega al límite.
Es más: este jueves quedó envuelto en una situación más complicada y extravagante en medio de la exposición del secretario de Educación, Carlos Torrendell. El funcionario de Milei y la diputada Romina del Plá (FIT) discutían sobre las evaluaciones educativas en países como Cuba o Venezuela, cuando Espert se acercó a Torrendell para susurrarle una sugerencia: “No dialogues porque, si no, no terminás más, y menos con la izquierda”, musitó el economista, mientras apoyaba su mano en el hombro del funcionario. Ese comentario de Espert se filtró en la transmisión oficial ya que el micrófono estaba encendido y provocó un fuerte revuelo entre los legisladores. Incluso hubo libertarios que cuestionaron su actitud: “Era mejor que no esté”.
Sin embargo, Espert se defiende: dice que le aconsejó a Torrendell que “no se preste” al juego del kirchnerismo y la izquierda. “Siempre violan el reglamento”. Y se muestra optimista respecto de las chances de que el oficialismo consiga reunir los votos para obtener un dictamen mayoritario. Esa misión, admiten en LLA, será difícil concretarla la semana próxima, como pretenden en la Casa Rosada. El lunes y martes próximo asistirán representantes de ONG’s y sectores de la sociedad civil afectados por las reformas.
Cruces y polémica
El miércoles, Espert protagonizó una tensa pelea con el excanciller y legislador de Unión por la Patria Santiago Cafiero, a quien le cortó el micrófono por haberse excedido el tiempo que tiene cada diputado para hacerles preguntas a los funcionarios que exponen sobre la ley ómnibus. Cafiero se levantó, lo increpó a centímetros y se fue del salón tras la tensa discusión. Diputados experimentados temieron por unos segundos estar frente a una suerte de revival del célebre cachetazo de Graciela Camaño a Carlos Kunkel. En tiempos donde crece el rechazo social a la dirigencia tradicional –”la casta”, según Milei– los políticos con ambiciones preferirían bajar el nivel de confrontación en las comisiones.
“Que un excanciller se levante así de su silla, que estaba como a 30 metros de mi lugar, y amenace con sacarme el micrófono es de muy mala educación”, sostuvo Espert horas después del episodio. Durante la madrugada, ironizó cuando el cristinista Castagneto (UP) le pidió extender la reunión. “Quiero seguir trabajando”, le planteó el extitular de la AFIP, pasadas las 1.20. “¡Qué bárbaro! Siga, siga”, le respondió Espert.
Durante la extenuante jornada del miércoles, Del Caño y Bregman lo trataron de “dictador” por cortarles la palabra. Él los calificó de “copitos de nieve” [N. de la R: porque asegura que sus discursos se “evaporan”]. Los referentes de izquierda denuncian que los amenaza públicamente con “cárcel o bala”. Espert repite que solo pide aplicar la ley ante los piquetes y les pide que se “relajen”.
El estilo provocador de Espert fue muy cuestionado por las autoridades de Unión por la Patria y los sectores de la oposición más intransigente. Lo acusan de tensionar el clima en las reuniones de plenario y advierten que, con ese accionar, no facilita el tratamiento de los temas: “Nos prohíbe la palabra”, despotrican.
La actitud de Espert también provoca “incomodidad” en otras bancadas opositoras, como Hacemos Coalición Federal o en el radicalismo. “Hay que tener flexibilidad. Hace ruido que se manejen así. Les gusta el show”, deslizan desde la Coalición Cívica, la fuerza de Elisa Carrió. Nicolás Massot les aconsejó a los oficialistas que se dediquen a juntar los votos, más que confrontar. Emilio Monzó y él se movían con una máxima en el gobierno de Cambiemos: “El discurso es de la oposición, pero nosotros nos llevamos las leyes”.
En rigor, Espert alterna en el rol de conductor de la reunión del plenario con el cordobés Gabriel Bornoroni (LLA), presidente de la Comisión de Legislación General. Martín Menem, titular de la Cámara baja, se jacta de haber acertado con la designación de Bornoroni, un novato en la rosca parlamentaria que despierta elogios y críticas en el arco no oficialista. “Hay tensión porque muchos usan el tiempo para hacer show y salir en los medios, no hacer preguntas sobre el proyecto”, resumen cerca de Menem.
A diferencia de Espert, Bornoroni apenas se cruzó con Sergio Palazzo, quien le recordó que el Presidente había tratado de “coimeros” a los diputados que demoraban el tratamiento de la ley ómnibus y ponían objeciones a las reformas. En cambio, Espert optó por un estilo confrontativo y jugó al fleje a la hora de contratacar.
A lo largo de un raid mediático, Espert hizo una defensa de las reformas impulsadas por Milei, advirtió sobre la herencia que dejó Sergio Massa y se vanaglorió de haber “normalizado” el funcionamiento del debate en comisiones. Dijo que le daba “vergüenza” tener que cortar el micrófono, pero argumentó que los diputados deben respetar los tiempos para plantear sus inquietudes. Adujo que los debates por la ley ómnibus aglutinan a más de cien diputados, por lo que es necesario acotar el margen de las ponencias.
“Hay gente, particularmente del kirchnerismo y de la izquierda, que no respeta a sus pares, que hablan de cualquier cosa. Parecen adolescentes, es una cosa triste”, aseguró Espert en diálogo con Radio Continental.
Pese a que sus formas y su papel protagónico provocan rechazos y críticas en la oposición, Espert difunde sus controvertidas intervenciones en las redes sociales, donde recibe aplausos de los suyos. Incluso la cuenta de la vocería presidencial compartió un video con la reacción de Cafiero ante la decisión de Espert de cerrarle el micrófono.
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