José Glinski, el jefe de la PSA que ahora está en el ojo de la tormenta
Antes del incidente con el avión iraní-venezolano, el nombre del funcionario fue mencionado para ocupar la embajada argentina en Israel; es un kirchnerista cercano a La Cámpora
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En medio de la trama política y judicial por el avión de Emtrasur de origen venezolano-iraní que aterrizó hace casi dos semanas en suelo argentino, un nombre quedó marcado por un inusual protagonismo: el de José Glinski, titular de la Policía Seguridad Aeroportuaria (PSA). No solo por su papel relevante una vez que el avión fue impedido de aterrizar en Uruguay, sino porque fue denunciado en las últimas horas por Víctor Pérez Gómez, uno de los 19 tripulantes de la aeronave sospechada de tener vínculos con el terrorismo internacional.
En su contraataque, Pérez Gómez acusó a Glinski de haber sido el responsable de un “allanamiento ilegal” a la aeronave, cuando el Boeing 747 llevaba cuatro días en el Aeropuerto de Ezeiza, pero el caso todavía no se había judicializado. “Lo están denunciando porque hizo bien las cosas”, aseguran cerca suyo, desde donde también refieren al comunicado emitido en la tarde del jueves por la Embajada de Israel en la Argentina, en la que destacaban el accionar “rápido y efectivo” de las fuerzas de seguridad.
“Es un espaldarazo a su trabajo”, agregan. La referencia tiene además una segunda lectura ineludible, en especial por estos días: el nombre de Glinski sonó en distintas terminales del oficialismo hace semanas, como un posible candidato a la embajada argentina en Israel, vacante desde la salida de Sergio Urribarri, luego de ser condenado por corrupción. En esa área su nombre se cruza con el de la flamante exinterventora de la AFI, Cristina Caamaño, quien recibió la invitación para el cargo por parte del presidente Alberto Fernández. Caamaño deberá lograr el acuerdo del Senado para el cargo, una parada señalada como “difícil” en el propio oficialismo. Glinski deberá superar desconfianzas de la Cancillería.
Definido desde su entorno como “un cuadro de la comunidad judía”, Glinski nació en Comodoro Rivadavia hace 42 años y vivió allí hasta que terminó el colegio, cuando se mudó un año a Israel. A su vuelta recaló en Buenos Aires para estudiar Ciencias Políticas en la UBA. Cercano a las filas de La Cámpora, aunque nunca integró la agrupación liderada por Máximo Kirchner, tiene varios amigos allí. Además del peronismo, su filiación política fue en la agrupación kirchnerista GPS. Además, sus lazos con el titular del Consejo Federal de Inversiones (CFI), Ignacio Lamothe, lo llevaron a conocer al ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro.
Glinski entró a la PSA en 2009 y ocupó distintos cargos hasta que en 2014 volvió a su provincia para trabajar en la gestión del gobernador de Martín Buzzi. Primero lo hizo como secretario y luego como ministro de Seguridad. Tras el recambio de gestión, en diciembre de 2015, volvió a las filas de la PSA local. Al mismo tiempo incursionó en el mundo de los medios de comunicación, con una radio propia en Comodoro. No son pocos los que insisten en sus vínculos en la ciudad con el empresario kirchnerista Cristóbal López, algo que cerca suyo desmienten. Solo admiten que “lo conoce”.
Tras esos años en su ciudad natal, en enero de 2020 Glinski volvió a Buenos Aires convocado por la secretaria de Seguridad, Cecilia Rodríguez, en la gestión de Sabina Frederic. Allí quedó a cargo de la dirección de la PSA. De estrechas relaciones con la comunidad israelí, Glinski es señalado como un hombre cercano a Mario Montoto, el empresario que hasta fines de septiembre ejerce también como presidente de la Cámara de Comercio Argentino-Israelí. }
En medio del cruce de versiones sobre la verdadera trama del avión, Glinski mantiene avales en distintas terminales del oficialismo, desde donde coinciden en que su nombre fue sugerido al Presidente por Aníbal Fernández, una versión que dicen desconocer en el entorno del titular de la cartera de Seguridad. Tras la denuncia de Pérez Gómez, cerca de Glinski aseguran que “está tranquilo porque se vio el trabajo que se hizo”. “Primero decían que no hizo nada y ahora que hizo de todo, esto lo beneficia”, aseguran. Tras lo que resaltan que, además de pasajero, Pérez Gómez es gerente general de operaciones de Emtrasur, que es parte de Conviasa y está sancionada en EE.UU. desde febrero de 2020.
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