El Gobierno le adjudicó la fuerte movilización piquetera a la campaña de la izquierda
Aseguran que no hubo un pedido de reunión con las autoridades; “Es una marcha partidaria, porque el Polo Obrero participa de una interna dentro del Frente de Izquierda”, alegaron en Casa Rosada
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El Gobierno sabía que hoy las organizaciones sociales de izquierda más combativas harían una demostración de poder de movilización sin precedentes en lo que va de la gestión de Alberto Fernández. Para ello se había preparado el equipo de Asistencia Crítica, la subsecretaría del Ministerio de Desarrollo Social que oficia de primera ventanilla cuando las protestas tocan la puerta del edificio en la 9 de Julio. Pero no hubo pedido de reunión de parte de los movilizados (sí presentaron un petitorio formal) y el encuentro cara a cara nunca se produjo.
“Es una marcha política y partidaria, porque el Polo Obrero (PO) participa de una interna dentro del Frente de Izquierda. Ni siquiera solicitaron una reunión para ser atendidos”, fue la reacción que tuvieron en el Ministerio de Desarrollo Social, que ahora conduce Juan Zabaleta, consultados por los encendidos reclamos y el clima de crispación social que se viene evidenciando en la calle.
En la Casa Rosada también le adjudicaron una motivación “política” a las cada vez más frecuentes movilizaciones callejeras en reclamo de políticas sociales y trabajo. “No decimos que no haya una necesidad social y económica. Pero hay grupos de izquierda que politizan esas demandas y las aprovechan para sus objetivos partidarios”, dijo a LA NACION un importante portavoz con despacho en Balcarce 50. Otro colaborador agregó: “La campaña electoral del Frente de Izquierda es esta. Si no lo hacen ahora que estamos cerca de las elecciones no lo hacen más”.
En el Gobierno aseguran que la movilización de hoy se gestó antes de que se conociera el desembarco de Zabaleta en la cartera de Desarrollo Social. Lo cierto es que desde que anunció el recambio de ministro se sucedieron dos de las marchas más convocantes en lo que va de la gestión: la de San Cayetano -que movilizó a los grupos más afines al Frente de Todos- y la de hoy, encabezada por el PO con la adhesión de otras organizaciones, entre las que se destacan el Frente de Organización en Lucha (FOL), el Bloque Piquetero Nacional, el MTL Rebelde, el MST, el PTS, algunas facciones del Frente Popular Darío Santillán.
El mismo día que juró como ministro, Zabaleta, dijo que su principal objetivo será “transformar los planes sociales en trabajo” y manifestó: “No va a hacer falta con este ministro cortar calles para poder dialogar, va a ser un ministerio de puertas abiertas”. Cerca suyo hoy matizaban esa definición y advertían: “Juanchi no los va a recibir con el Puente Pueyrredón y la 9 de Julio cortada”.
Según explicaron fuentes oficiales, para recibir a los manifestantes en este tipo de circunstancias está el equipo de la subsecretaría de Asistencia Crítica que depende de la Secretaría de Articulación de Política Social, la dependencia más “política” del ministerio. Tras su asunción, Zabaleta ascendió al frente de esa secretaría a Gustavo Aguilera, que actúa como virtual viceministro. Se trata de un referente del PJ de San Fernando, cercano al exintendente de Hurlingham.
“Nos sorprendió que no pidieran una reunión con los funcionarios. Solo dejaron un petitorio que es un paso administrativo y formal, no busca un camino de diálogo para llegar a una resolución”, replicaron cerca de Zabaleta.
Reclamo de trabajo
Eduardo Belliboni, dirigente del Polo Obrero, planteó hoy: “El cambio de ministro nos trae viejas recetas que ya le oímos, pero sin respuestas concretas, son palabras huecas si no hay trabajo, que es nuestro reclamo central”.
Tal como publicó LA NACION, el Gobierno no tiene previsto por ahora lanzar nuevos programas, ni impulsar un “salario universal” como reclaman distintos movimientos sociales, más o menos afines al Frente de Todos. En carpeta figura el relanzamiento del Potenciar Trabajo, el programa que busca hacer un empalme entre la asistencia estatal y la inclusión laboral. Heredado de la gestión de Daniel Arroyo, el plan tiene a unos 890.000 inscriptos que perciben medio Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM), un ingreso que exige como contraprestación jornadas de cuatro horas de trabajo en proyectos productivos, comunitarios o sociolaborales.
Ayer, la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, confirmó en El Diario Ar: “Nosotros somos de la idea de que esta economía puede generar más trabajo y mejor trabajo. Somos muy defensores de Potenciar Trabajo. No tenemos hoy un estudio que nos indique que el ingreso universal sea la solución”.
Beliboni dijo ayer a LA NACION: “Lo de generar trabajo es lo que dicen todos los ministros de Desarrollo Social cuando asumen. El trabajo se consigue abriendo fábricas, con planes de vivienda, y no con planes de empalme que fracasaron. El que tiene que anunciar planes de empleo es el Presidente o su ministro de Economía”.
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