Jorge Taiana: “Para tener un verdadero control del mar necesitamos submarinos”
El ministro de Defensa viajó a Francia y Alemania para avanzar en la posible adquisición de unidades; la Argentina no tiene ninguno en actividad tras el hundimiento del ARA San Juan
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PARÍS.– El ministro de Defensa, Jorge Taiana, viajó esta semana a Francia y Alemania con la intención de lanzar, antes de fin de año, la compra de más de un submarino, a los que juzgó “imprescindibles” para ejecutar la doctrina definida por el gobierno de Alberto Fernández.
“Después de la tragedia del ARA San Juan, nuestro país quedó sin esa capacidad. No tiene submarinos. Y la Argentina no tiene solo una plataforma continental, sino un mar territorial inmenso. No puede y no debe estar sin ese tipo de protección”, dijo el responsable de la cartera de Defensa a LA NACION en París.
Para Taiana, esa situación plantea varios problemas. “Si uno está sin submarinos, no cumple adecuadamente con la obligación de controlar su propio espacio marítimo. Nosotros tenemos ahora los patrulleros oceánicos OPV, que compramos a Francia. Estamos haciendo un buen control de la frontera marítima y este año, entre ellas y los aviones, hemos logrado que no entre nadie sin permiso a nuestra zona económica de exclusión. Que estén afuera, sí. Pero en las 200 millas este año no ha entrado nadie”, precisó.
El ministro destacó la constitución del Comando Conjunto Marítimo, que se puso en marcha en enero de este año y tiene el control de todos los barcos que circulan por el mar territorial. Y consideró esencial la creación del Fondo Nacional de la Defensa (Fondef), que asigna una parte de los ingresos a la reparación, modernización y equipamiento de las Fuerzas Armadas.
-¿Cuáles son los objetivos del Fondef?
-Lo que se pueda reparar, se repara y lo que se puede modernizar, se moderniza. Por ejemplo, tenemos los 74 tanques argentinos medianos con un nivel de tecnología de la Segunda Guerra Mundial que, para disparar, tienen que detenerse. La modernización se hace en la Argentina mediante un convenio con Israel, que se ocupa de la modernización de la torreta y la instalación de la electrónica. También reparamos aviones.
-¿Mientras tanto, con qué se entrenan los pilotos argentinos?
-Se entrenan con los A4 y con aviones más sencillos. Además estamos produciendo un avión de entrenamiento avanzado, el Pampa. Todo el material estaba muy desgastado.
-¿Hay que comprar material nuevo?
-Así es. Las OPV se pagan, en parte, con el Fondef. La Fuerza Aérea está comprando ahora a EE. UU. 12 aviones B-200, de transporte ligero para 12 o 14 personas. Son usados, hay que arreglarlos, pero se compran por menos de un millón de dólares y tenemos un avión que vuela. También estamos adquiriendo a la Saab sueca misiles de 10 kilómetros de distancia para el Ejército.
-¿Y el patrullaje aéreo del mar argentino con qué se hace?
-Con lo que hay. Con B-200, con Tracker, un avión muy antiguo, y con un P3-Orión. Uno de ellos está en reparaciones y queremos comprar otros dos. Es un avión de larga distancia, que es lo que se necesita en esa zona para no estar obligados a regresar en forma inmediata en cada misión. Y necesitamos helicópteros para los cuatro OPV.
-¿Hay que comprarlos en Francia?
-No necesariamente. Hay varias posibilidades en Francia y en Italia. Tampoco tienen que tener piezas británicas porque después no podemos obtenerlas. Pero para tener un verdadero control de nuestro mar territorial necesitamos submarinos.
-¿Cuántos?
-Más de uno. Dos o tres. Pero tenemos que tener uno circulando. Hay que recuperar esa capacidad. Nuestros vecinos la tienen. Chile tiene cinco. Perú tiene cuatro o cinco. Brasil está fabricando los Scorpène, que son excelentes submarinos.
-¿Y la Argentina no puede reutilizar el gemelo del ARA San Juan?
-No. Hay que pasar a otra cosa. Y hasta el momento, los dos países con quienes estamos en contacto son Francia y Alemania. Francia nos propone el Scorpène, el mismo submarino que tenía que venderle a Australia (compra que Canberra anuló para comprar submarinos nucleares a Estados Unidos), el mismo que tiene Chile y que está construyendo Brasil. Buen submarino, muy moderno.
-¿Y cuánto cuesta?
-Ahí comienza la discusión. Todo depende de los términos del contrato, obviamente. No solo hay que decidir qué tendrán esos submarinos, sino el entrenamiento del personal. Y después, ver la transferencia de tecnología.
-¿Se construirían en Francia o en la Argentina?
-Nosotros querríamos que fuera en el país, que ya tuvo una experiencia en ese terreno. Para que mantenga esa capacidad y nos dé mano de obra. No solo se trata de una compra. El mantenimiento y el entrenamiento son caros. Y si la Argentina no toma la decisión rápidamente, perderemos ese know-how. Porque la gente se jubila y mientras no haya renovación, ese conocimiento desaparece. Aunque sea difícil de creer, en este momento los submarinistas argentinos van a entrenarse a Perú.
-¿Además del know-how, hay otras ventajas por construir en el país?
-Es importante porque el Fondef, que es un fondo plurianual, permite la creación de clusters de pequeñas y medianas empresas que trabajan en la industria militar. Por ejemplo, la Universidad del Centro, con sede en Tandil, hará para la Marina el simulador de submarinos. Al garantizar que tendrán trabajo a largo plazo, el Fondef otorga seguridad a las empresas para tomar personal y hacer proyectos. Pero también necesitamos darle una perspectiva de futuro a los hombres de las Fuerzas Armadas. El piloto tiene que pensar que va a volar un avión. El marino que podrá navegar. En todo caso, para ejecutar la doctrina de defensa definida por el Presidente, son imprescindibles los aviones, los submarinos y un buen equipamiento. Estamos en un proceso de reequipamiento a largo plazo de las Fuerzas Armadas.
-¿Qué tan largo es ese plazo?
-Cuando uno manda a hacer un submarino son seis, siete o diez años. Francia no tiene un submarino para decirnos: “llévenselo”. Veremos qué pasa con Alemania. De todos modos, son instrumentos que duran años. Es necesario que le sirvan al país, que no sean productos terminados que nos impongan dependencia tecnológica y de mantenimiento, y que la financiación sea accesible, en momentos en que los mercados son escasos.
-¿Una compra de esta naturaleza debe pasar por el Congreso?
-No necesariamente. La Argentina y Francia tienen un acuerdo de cooperación, en el que se podría incluir este nuevo programa. Tanto Francia como, tal vez, Alemania podrían darnos crédito para comprar esos submarinos sin tener que recurrir al mercado.
Retraso salarial de los militares
El titular de Defensa tenía pensado hablar con el exministro Martín Guzmán en París, donde debían estudiar la posibilidad de mejorar los salarios de las Fuerzas Armadas. La crisis política decidió otra cosa.
“Es imprescindible mejorar los sueldos de las Fuerzas Armadas. El Estado ha invertido en sus formaciones y no puede permitirse el lujo de perder a esos hombres porque, desalentados, parten al sector privado”, advirtió.
Taiana partió a Alemania, para visitar los astilleros de ThyssenKrupp, antes de viajar a Berlín a reunirse con su homóloga alemana, Christine Lambrecht.
-¿Se ha fijado una fecha límite para decidir la compra de submarinos?
-Yo quisiera que fuera antes de fin de año. Aunque no veré nada de todo eso, creo que el mensaje político es importante: las Fuerzas Armadas necesitan ser reequipadas. Y ese mensaje tiene que instalarse en la opinión pública.
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