Jorge Sarghini: "Consenso Federal no apoya la expropiación de Vicentin; no votaremos nada que vulnere la Constitución"
Jorge Sarghini, exsecretario de Hacienda durante el gobierno de Eduardo Duhalde, supo capear la peor debacle económica de la Argentina en su historia reciente y sabe, por lo tanto, lo que significa la palabra emergencia. El ahora diputado nacional de Consenso Federal y hombre de confianza de Roberto Lavagna admite su preocupación por la falta de señales del Gobierno para marcar un rumbo de salida a la crisis actual y, si bien mostró moderación desde que asumió el presidente Alberto Fernández, su voz es firme cuando afirma que él y su bloque no votarán nada que vulnere la Constitución.
La advertencia viene a cuento de la posible expropiación de la empresa Vicentin, alternativa que el presidente Fernández no descartó si el llamado "plan Perotti"-que propone una intervención tripartita de la compañía con presencia de la Nación y la provincia de Santa Fe- fracasa. Sarghini confirmó, en diálogo con LA NACION, que los 11 diputados que integran el interbloque Federal, que preside Eduardo "Bali" Bucca, no apoyarán la expropiación de la compañía.
-¿Qué opina sobre este plan alternativo que propone Perotti que puso en suspenso la posible expropiación de Vicentin?
-Por de pronto, me pareció correcto el fallo del juez (federal de Reconquista Fabián) Lorenzini, que rechazó la intervención dispuesta por el Gobierno. Sobre el "plan Perotti" no lo conozco en detalle, veremos qué resuelve el juez. Nosotros estamos convencidos de que el tema Vicentin tiene solución en el marco de la convocatoria del concurso de acreedores, lo que no significa que no pueda haber leyes que refuercen una mejor salida para la empresa.
-El bloque que usted integra estaba trabajando en una propuesta alternativa a la expropiación de Vicentin. ¿En qué consiste?
-Nosotros fuimos claros desde el principio al decir que el problema de Vicentin tiene solución y esa solución no es la expropiación. Queremos proponer iniciativas que trasciendan la cuestión de Vicentin, porque esta crisis va a traer situaciones muy complejas a todo el sector empresarial. Tenemos que proteger muy especialmente al sector alimentario, al sector energético pero no a una empresa en particular; hay que tener una visión más integral y abarcadora para resolución de los problemas que esta crisis trae. Puede haber muchos "vicentines", por lo que sería un reduccionismo absurdo limitar el problema a lo que ocurre con esta empresa en particular. Lo que sí estamos convencidos es que la solución del tema Vicentin está dentro de las posibilidades que ofrece el concurso. No es cierto que no haya alternativas a la expropiación, aún para preservar determinados objetivos que el Gobierno ha expresado.
-Por ejemplo, que Vicentin caiga en manos extranjeras. Esa es la preocupación que expresó el Gobierno. Roberto Lavagna propuso que el Estado tenga una acción de oro en la empresa. ¿Es posible?
-Es algo absolutamente posible en el marco de los acuerdos que se puedan llevar en el concurso. Pero esas son cosas que debe decidir el juez y la mayoría de los acreedores. Eso no quita que no pueda haber leyes específicas que ayuden a un mejor acuerdo. Cuando nosotros planteamos propuestas lo vamos a hacer en un sentido de protección sectorial y no de casos específicos. Porque, además, tampoco dispuestos a plantear soluciones que defiendan empresas y empresarios que tienen cosas para explicar. Por algo están siendo investigados por la Justicia.
-¿Por qué cree que el Presidente arremetió con la idea de expropiar Vicentin cuando hay herramientas alternativas?
-No lo sé, yo a los gobiernos los juzgo por sus hechos, y creo que se equivocó rotundamente al elegir este camino. Las soluciones alternativas están, pero estas surgen de los diálogos políticos con los sectores que tienen representación parlamentaria. La salida exige institucionalidad, diálogo y consenso. Por lo tanto, nosotros siempre vamos a estar parados en contra de cualquier medida que vulnere la Constitución. Estaremos, sí, del lado del diálogo, máxime en esta coyuntura de derrumbe de la economía en el mundo y en nuestro país: aquí la situación es más grave luego de 10 años de estancamiento tendencial y de dos años (2018 y 2019) de caída de la actividad económica. Una caída se agrava con cada día que se extiende la cuarentena: hoy cualquier estimación pronostica una caída del 10 por ciento del PBI.
A nivel local, observo que el Gobierno no ha mostrado el rumbo de salida de esta decadencia que nos viene arrastrando desde hace mucho tiempo""
-¿Esta crisis es peor que la de 2001/2002?
-Es muy distinta la crisis actual a la de 2001. En aquel momento fue una crisis de raíz económica tras haber estallado la convertibilidad. (Jorge) Remes y su equipo no improvisaron; venían trabajando en el diseño de las bases de una nueva organización económica, después vino Lavagna y condujo de manera excelente la salida de la crisis. Esta nueva organización económica se apoyó en un contexto internacional fue favorable. Hoy no veo ninguna de esas condiciones para que se produzca ese rebote: a nivel mundial la crisis golpea muy fuerte y no se avizora en el futuro inmediato un contexto internacional favorable. A nivel local, observo que el Gobierno no ha mostrado el rumbo de salida de esta decadencia que nos viene arrastrando desde hace mucho tiempo.
-El presidente Fernández dice que tiene un plan económico de salida a la crisis. ¿Por qué entonces no lo muestra?
-Vuelvo a lo que dije antes: yo juzgo al Gobierno por lo que hace. Cuando arrancó la gestión dijo que tenía un rumbo económico pero lo supeditó a la resolución del problema de la deuda. Luego se desató la pandemia y parece que el plan quedó supeditado a la resolución de la crisis sanitaria. En el medio se toman decisiones que no son alentadoras de cuál sería el rumbo una vez superada la pandemia.
-¿Hasta cuándo puede aguantar la economía si, como se insinúa, se vuelve hacia una cuarentena estricta?
-No sé, lo que sí sé es que el derrumbe de la economía que provoca este aislamiento debería exigir al Gobierno medir esas consecuencias y actuar sobre ellas. Eso es lo que no se ve. En el inicio estaban claras las medidas: socorrer familias y empresas. Cuando esto se extiende en el tiempo, hay que ir pensando en otras medidas porque esta asistencia no se puede sostener. Esto exige un amplio consenso político. Yo creo que sería una enorme irresponsabilidad política de la dirigencia en su conjunto -me incluyo- dejar para el día después pensar en el día después y no tener dimensión de que las decisiones que hoy se toman van a influir en el futuro.
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