Jorge Macri hace su juego y estira su definición respecto de un apoyo a Milei para no complicar su futuro en la Ciudad
El jefe de gobierno porteño electo se diferencia de su primo para no romper con la UCR y cuidar el vínculo con el PJ; su Gabinete, atado al resultado del decisivo balotaje
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Jorge Macri juega su partida. Mientras su primo Mauricio y Patricia Bullrich redoblan la presión sobre sus socios en Pro y otras figuras opositoras para que abandonen la neutralidad y apoyen a Javier Milei en la disputa contra Sergio Massa, el jefe de gobierno porteño electo preserva la posición equidistante y evita pronunciarse a favor del postulante de La Libertad Avanza. Tampoco planea acelerar las definiciones en torno al Gabinete que lo acompañará en la gestión. Cuando faltan aún más de tres semanas para el balojate del 19 de noviembre, Jorge Macri quiere minimizar el riesgo de un error de evaluación y de cálculo. “Va a mantener la neutralidad lo máximo que pueda”, vislumbra uno de los integrantes del círculo de confianza del sucesor de Horacio Rodríguez Larreta.
Jorge Macri regresó el lunes a la Capital y retomó sus funciones como ministro de Gobierno porteño después de un viaje relámpago a Río de Janeiro, en Brasil, en donde se tomó unos días de descanso tras el renunciamiento de Leandro Santoro (Unión por la Patria) a competir en la segunda vuelta. De esa manera, el primo del expresidente se consagró como el alcalde sin necesidad de una nueva ronda ni de someterse a otra fase de desgastante campaña.
Antes de tomarse un vuelo a Brasil, participó de la cumbre de Pro en la casa de Bullrich en la que Macri y la excandidata presidencial les comunicaron a Larreta y el resto de los altos mandos de Pro su decisión de acompañar a Milei en su pelea con Massa por conquistar el poder nacional. Jorge Macri también se enteró en la reunión de que su primo había optado por sellar un pacto con Milei tras un encuentro con el libertario en su casa de Acassuso. “¿Es cierto esto? ¿Se juntaron con Milei? ¿Vas a dar una conferencia de prensa, Patricia?”, inquirió Larreta, visiblemente molesto por la decisión inconsulta de Macri y Bullrich, quien hace menos de quince días lo había nominado como su eventual jefe de Gabinete. “Voy a apoyar a Milei, pero lo voy a hacer a título personal”, se justificó la exministra.
Tanto Jorge Macri como Larreta o Diego Santilli, uno de los protagonistas del pacto de Acassuso, le sugirieron a Bullrich y al fundador de Pro que se tomaran unos días para reflexionar. Dicho de otro modo: les pidieron que no apuraran el anuncio para reacomodar sus piezas y profundizar el debate intramuros en Pro y JxC, para evitar una implosión. No obstante, Macri y Bullrich optaron por jugar a fondo para dar un golpe de efecto tras el inesperado triunfo de Massa y “primerear” a sus socios.
Jorge Macri salió del encuentro con la certeza de que no iba a precipitarse a tomar una decisión que podría complicar su futura gestión o, al menos, alterar el tablero de poder con el que desembarcará en Uspallata, sede del gobierno porteño. Encontró un artilugio para postergar cualquier definición: anticipó hace una semana que les enviará una carta a Milei y Massa con una serie de preguntas sobre su visión sobre la autonomía de la Ciudad. Todavía no escribió ni una línea de esa misiva.
“Siempre estuve del lado de enfrente del kirchnerismo y también hay cosas que me preocupan de Milei, como su relación con la Iglesia. Hay que encontrar un equilibrio y bajar dos cambios, aceleramos un montón. Yo tengo que defender a los porteños”, remarcó en declaraciones televisivas. De hecho, la semana pasada se alineó con la neutralidad de los gobernadores electos de JxC, pero no participó de la cumbre. Evitó encontrarse con Gerardo Morales, uno de los principales adversarios de su primo. El creador de Pro y exmandatario confía en que Ignacio Torres (Chubut) o Rogelio Frigerio (Entre Ríos) colaboren de manera subterránea para empujar la boleta de Milei en la compulsa con Massa.
Mientras patea la definición, Jorge Macri se arma para gobernar en un escenario complejo. Se mueve como un acróbata y construye entre los escombros de JxC. En los últimos días logró abrir una vía de negociación con los radicales porteños, pese a las fuertes tensiones entre eje Martín Lousteau-Emiliano Yacobitti con Macri. El principal interlocutor con ese sector del radicalismo es Daniel “Tano” Angelici, omnipresente en la política porteña, quien el lunes anticipó que mantendrá la neutralidad y adherirá a la posición de la UCR.
Lousteau y Yacobitti miran con atención los movimientos de Jorge Macri. Está claro que su eventual pronunciamiento a favor de Milei terminaría de erosionar ese vínculo y empujaría a los radicales a romper. Según los cálculos de los armadores de Jorge Macri, tendría garantizados unos 15 legisladores entre Pro y Republicanos Unidos. Los apoyos de la UCR -Angelici y Lousteau tienen legisladores propios-, Confianza Pública, la CC y el Partido Socialista serán cruciales para arañar la mayoría simple de 31 votos. En caso de una ruptura, deberá mirar a los nueve integrantes de La Libertad Avanza. Y para llegar a los 40, el número mágico para aprobar las iniciativas que necesitan una mayoría especial, deberá negociar con el peronismo, que responde a Juan Manuel Olmos, Mariano Recalde y Víctor Santa María.
La decisión de Massa de pedirle a Santoro que se bajara del balotaje para no movilizar al Pro el día de la segunda vuelta nacional generó especulaciones en JxC sobre un presunto pacto entre Jorge Macri y el tigrense. Cerca del ministro porteño niegan que haya hablado con Massa. Sí existieron conversaciones entre los equipos de Santoro y el primo del expresidente. “Ni nos pidieron ni ofrecimos ninguna negociación por la bajada”, asegura a LA NACION Fernando de Andreis, quien fue el jefe de campaña de Jorge Macri.
Otros interlocutores habituales del primo del fundador de Pro coinciden en que no hubo un compromiso con Massa, pero admiten que sería imprudente responderle con un rápido aval de Jorge Macri a Milei con vistas a balotaje. “Deberíamos ser neutrales, porque después tenemos que gobernar. ¿Qué hacemos si gana Massa?”, remarca un consejero del alcalde electo, quien en las últimas horas tenía previsto realizar una ronda de consultas informales para evaluar los diversos escenarios.
En el campamento de Mauricio Macri no esperan una jugada inmediata del jefe porteño electo. Deslizan que desde el comando de campaña del libertario llegan señales de que no esperan una ola de fotos ni apoyos políticos de Pro, ya que procuran no desperfilarse ni perder el discurso anticasta de Milei. Allegados a Macri se entusiasman con las encuestas que vieron tras el apoyo del exmandatario al libertario y ponen en duda que JxC se encamine a una fractura definitiva. Creen que el futuro del espacio, tanto a nivel nacional como en la ciudad, dependerá del resultado del balotaje del 19 de noviembre. ¿Se dobla pero no se rompe? La mayoría de los jefes del conglomerado opositor son pesimistas y ya anticipan una fragmentación.
Jorge Macri también observa con atención el desenlace de esa compulsa para seleccionar los nombres de su Gabinete. En primer lugar, el exintendente de Vicente López considera que requerirá otro volumen político, sobre todo en áreas estratégicas, en caso de que gane Milei. Además, si el libertario llega a la Casa Rosada, el liderazgo de su primo saldrá fortalecido. En cambio, si Massa sale vencedor, Mauricio Macri tendría menos margen de maniobra o capacidad para presionar al sucesor de Larreta y colocar hombres de su confianza en la gestión. En Pro trasciende que el exmandatario impulsa a Darío Nieto para comandar la Legislatura porteña. En tanto, Larreta pediría por la continuidad de Emmanuel Ferrario.
“Si Mauricio se potencia después del 19, va a poder imponer cosas. Pero si pierde, Jorge va a tener mayor autonomía. No hay que apresurarse”, analiza uno de los articuladores del jefe porteño electo. Por caso, los intendentes de Pro que responden a Jorge Macri en Buenos Aires, como Soledad Martínez (Vicente López), Pablo Petrecca (Junín) o Javier Martínez (Pergamino), entre otros, aún no se pronunciaron.
¿Santilli también lo espera antes de mover? En el larretismo provoca intriga el juego del exvicejefe porteño. Están los que visualizan que optó por independizarse y los que sospechan que busca congraciarse con Mauricio Macri para no sufrir su veto. Mientras tanto, Santilli recibe en sus oficinas a sus laderos en el territorio bonaerense para desmarcarse del método que aplicó Macri para pactar con Milei. Sus gestos indican que procura construir un liderazgo en Buenos Aires. En la Ciudad tendría sillas para los suyos en la administración de Jorge Macri. Sin ir más lejos, logró colocar a Gustavo Coria en el Ministerio de Seguridad tras la crisis por la escandalosa salida de Eugenio Burzaco en plena campaña.
En el entorno de Macri niegan que haya reclamado puestos codiciados en el gabinete porteño. “No va a pedir ni inmiscuirse. Jorge le dará su impronta”, asegura un confidente del expresidente. En el universo del alcalde electo ofrecen una versión contrapuesta: “Mauricio le quiere imponer”, comentan.
Por estas horas, Macri celebra el impacto de la jugada de respaldar a Milei. Sus allegados consideran que el exmandatario recuperó la centralidad gracias a un movimiento “audaz”, con el que logró anticiparse a sus socios y marcarles la cancha. “Ahora hay tiempo para que la decisión decante [en el electorado]”, apuntan. Evitan hablar de un cogobierno con Milei y repiten que Macri solo le pidió al economista que modere o aclara sus posturas respecto de la libre portación de armas o la venta de órganos. “La única colaboración concreta que le estamos dando es con la fiscalización”, sostienen. Sin embargo, bullrichistas y macristas de Pro dan por descontado fuera de micrófono que tendrán sitios de relevancia un eventual mandato de Milei.
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