Jorge Ferraresi adelantó un regreso preventivo a Avellaneda para cubrirse ante el “efecto arrastre”
La vuelta del ministro a la intendencia busca blindar el municipio ante un escenario nacional adverso, que lo obligaría a remontar los comicios locales con corte de boleta; Sierra, su esposa y jefa de Gabinete municipal, se perfilaba para sucederlo
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Avellaneda no es de los distritos gobernados por el peronismo que aparezcan con mayor intensidad en el radar de posibles victorias de la oposición en 2023. Sin embargo, Jorge Ferraresi decidió dejar el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat para evitar que un mal desempeño nacional del Frente de Todos complique su permanencia en el poder municipal, que ejerce desde 2009. La intención del renunciante funcionario nacional era perfilar como candidata a intendenta a Magdalena Sierra, su esposa y jefa de Gabinete municipal, pero esa chance quedará para otra elección en la que el efecto arrastre no resulte tan perjudicial como lo intuyen para el turno electoral del año que viene.
A pesar de su cargo nacional (asumió como ministro en noviembre de 2020, en reemplazo de María Eugenia Bielsa), Ferraresi nunca dejó de estar presente en Avellaneda. Puso la intendencia en manos de Alejo Chornobroff, que era su jefe de Gabinete, y moldeaba la candidatura de Sierra con miras al futuro electoral. Las previsiones se alteraron y el exministro anticipó una vuelta al distrito que se calculaba para más adelante.
“No es un distrito que uno diga que se puede perder. Pero, si tenés un candidato fuerte como, por ejemplo, [Horacio Rodríguez] Larreta, pegado, en Capital Federal, que puede sacar un 50% y vos, un candidato a presidente débil de 35%, tenés que asegurarte remontar con el 15% de corte de boleta”, argumentó a LA NACION una fuente al tanto de la trama de la salida de Ferraresi del Gobierno. “Si estuviera Alberto Fernández con chances de reelección, podés poner a Magdalena Sierra de candidata. Pero no jugarla en esta elección”, añadió.
Según pudo saber LA NACION de fuentes locales, el regreso de Ferraresi a la intendencia no tomó por sorpresa al oficialismo, pero se esperaba que fuera más adelante. En la dinámica interna no se vislumbran inconvenientes para el jefe comunal. Su reemplazante, Chornobroff, le es “absolutamente leal y fiel”, describieron las mismas fuentes, que no ven riesgo electoral para el peronismo en el distrito.
Juntos por el Cambio no tiene candidato definido en Avellaneda y, si bien a nivel municipal sus dirigentes muestran esperanzas en ganar el distrito, no se trata de una victoria que, a priori, esté en los cálculos de los referentes bonaerenses de la alianza opositora. En la carrera local se anotan, al menos, los concejales Maximiliano Galucci (alineado con Diego Santilli); Lucas Yacob (respaldado por Cristian Ritondo); Fernando Landaburu (precandidato de la UCR local), y Orlando Machado (desde Hacemos, la pata peronista de Juntos por el Cambio apadrinada por Néstor Grindetti y Diego Kravetz). También se alista el exdefensor del Pueblo de Avellaneda Sebastián Vinagre (encolumnado con Patricia Bullrich).
El arrastre nacional que inquieta a Ferraresi se contempla también en la oposición, pero como un punto a favor de Juntos por el Cambio. “Hay un clima social que está atado a lo nacional. A Ferraresi ya no le alcanza con hacer plazas y mostrar lindo el centro. Hay chances de ganar para la oposición, atadas al clima nacional y a la inseguridad que hay en el distrito”, señaló un dirigente enfrentado al oficialismo.
“Nunca se fue del todo. Estuvo de campaña y trató de instalar a su mujer, pero los resultados no son buenos”, graficaron desde la oposición local. “Si vuelve más rápido que lo previsto, quiere decir que los números no le están dando bien. No ha generado liderazgos. Chornobroff no existe, y la esposa [por Sierra] tiene un manejo de lo social interesante, pero no tiene llegada”, completaron desde el mismo sector.
La falta de sucesores fuertes para Ferraresi en el distrito es un punto que remarcan en la oposición. “A la mayoría de la población del distrito si le preguntan quién es el intendente, no sabe que no es Jorge. Él eso lo ve, tiene una presión fuerte y sabe que la única forma es jugar él”, indicaron. “Son alarmas que se le encienden. El gobierno nacional viene fracasando y no quiere quedar pegado a eso”, agregaron las fuentes opositoras consultadas por LA NACION.
En el Concejo Deliberante, Ferraresi gozará de una situación cómoda. El Frente de Todos tiene 15 concejales de los 24. Su retorno a la intendencia de Avellaneda se concretará el martes 1° de noviembre. Para hacerlo, solo debe levantar la licencia que tomó para asumir como ministro.
La posibilidad de que la continuidad del peronismo en el poder se dificulte por el efecto arrastre tiene antecedentes que todavía recuerdan fuentes cercanas a Ferraresi. En 1999, el actual embajador argentino en Venezuela, Oscar Laborde, se transformó en intendente de Avellaneda al vencer, desde la boleta de la Alianza, por 4799 votos al candidato peronista, Baldomero “Cacho” Álvarez. La elección nacional había dejado a la Alianza 12 puntos por encima del PJ, una desventaja que el peronismo no logró remontar en el distrito mediante el corte de boleta.
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