Jorge Altamira: "Cristina Kirchner le está robando el programa a Sergio Massa"
El candidato del Frente de Izquierda busca el "milagro" de entrar al Congreso; apunta contra Macri y UNEN; advierte que la Justicia dejaría libre al ferroviario José Pedraza
Tiene 71 años pero dice ser el candidato "más joven". "No hay nadie que haga tantos kilómetros como yo. Estuve en Salta hace unos días, y eso que soy candidato en Capital", chapea Jorge Altamira apenas ingresa al edificio de LA NACION, diez minutos antes de la hora acordada con este periodista. Sin estar ajeno a las últimas tecnologías, revisa Twitter en su BlackBerry y señala: "Hicimos una elección histórica. Mirá, acá hay un tuit con los resultados finales: 23,12 contra el 6,26 de un peronista".
El histórico dirigente del Partido Obrero habla de las recientes primarias para concejales en la capital salteña como si tuvieran relevancia nacional. Para él, es una clara muestra del avance de la izquierda en los últimos tiempos en todo el país.
Candidato a diputado nacional en la Capital por el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), Altamira obtuvo en las PASO el 4,27 por cientos de los votos porteños. Confiesa que el 27 de octubre necesita el 6 % para lograr una banca, apunta contra el kichnerismo y, en medio de la campaña electoral, advierte que José Pedraza -condenado por el asesinato de Mariano Ferreyra- podría quedar pronto en libertad.
No ahorra dardos hacia sus contrincantes (Sergio Bergman de Pro, Elisa Carrió de UNEN y Juan Cabandié del Frente para la Victoria), a quienes dice haberle escrito una carta que nunca le contestaron. "¿Cómo hablan de la República, de democratizar la palabra y de unidad si me excluyen del debate?", cuestiona.
-¿Se enojó porque no lo invitaron al debate?
-No me molestó porque no es una cuestión personal, pero políticamente fue una expresión de debilidad de los contrincantes. Sólo hubo chicanas y cuestiones superficiales. Uno puede decir diez veces que quiere defender la República, pero toda la estructura política y la Constitución del país no son republicanas. Un ejemplo: la mitad de la legislación argentina está compuesta por decretos-ley de la dictadura.
- Las encuestas lo ubican cuarto en la intención de voto, ¿es un electorado difícil el porteño para la izquierda?
-En Capital hay una izquierda completamente atomizada y así se presentó en las elecciones. Entonces, lo que debería ser el voto para el FIT aparece disputado por muchas siglas. Y eso es un drenaje con respecto a la principal representación de la izquierda, que somos nosotros. Cuando juntemos todos los votos vamos a tener una izquierda que se acerque a los 20 puntos.
-¿Discutió ampliar esa alianza antes de las elecciones?
-En enero le propusimos a [Luis] Zamora que integrara el Frente de Izquierda o que hagamos un frente juntos. Sin mayores explicaciones, lo rechazó. Luego de las PASO le propusimos de nuevo, pero para que sea el primer candidato para legislador porteño. También la rechazó. Es muy interesante cómo un agrupamiento que reivindica la horizontalidad sólo tiene a una persona como referencia política.
Uno puede decir diez veces que quiere defender la República, pero toda la estructura política y la Constitución del país no son republicanas
-¿Eso es una muestra de crisis en la izquierda?
-Tenemos que lidiar con lo que yo llamaría la última fase de disgregación de una izquierda que no tiene envergadura, que no tiene perspectiva. Todo frente político es legítimo en la medida en que su contorno es creíble. Y ver saltimbanquis de un lado a otro, sólo en función de cuántos votos van a tener, nos parece un despropósito.
-¿Le cuesta al FIT traducir en las elecciones el apoyo que tiene en los centros de estudiantes en la UBA?
-Esa pregunta está superada. En la universidad tenemos nueve centros de estudiantes sobre trece, y ocupamos el tercer y cuarto lugar, no más abajo, en cualquier provincia. Yo hago al revés, presento la elección como nacional y veo que hay una profundidad de nuestros lazos en la base. El Pro, con Macri con la cabeza, tiene menos votos a nivel nacional que nosotros.
Cada uno de los candidatos de UNEN se caía del mapa electoral
-¿UNEN no representa a la centroizquierda en la Ciudad?
-UNEN tiene todas la escala musical. Y se vio en el debate sobre la reapertura del canje. Pino Solanas votó en contra, [Elisa] Carrió se abstuvo y los radicales votaron a favor. Es un escándalo porque sobre un tema estratégico, tuvieron tres posiciones. Y el origen de cada uno no tiene nada que ver con el otro. Cada uno de ellos se caía del mapa electoral.
-¿El kirchnerismo le compite votos al FIT?
-El kirchnerismo pretende ser de izquierda, pero allí están Scioli, Granados y la gente que viene de la Ucedé. Son gente de la derecha nacionalista. Y la Presidenta también, el día que criticó a las banderas rojas en una manifestación.
-Cristina recordó hace poco lo que sintió Néstor Kirchner por Mariano Ferreyra
-Nunca sabemos qué sintió Cristina sobre Mariano y nunca condenó el asesinato. Siempre habla de su marido y responsabilizó al Partido Obrero. Y sí se montó toda una operación que va a terminar con la liberación de [José] Pedraza.
-¿Advierte que van a liberar a Pedraza? ¿Por qué?
-Se rechazó el concepto de plan criminal en el tribunal y, por lo tanto, del dolo calificado y perpetua se pasó al dolo eventual y a 15 años. Ahora se aceptó la apelación de parte de Pedraza a Casación. Este tribunal, por su composición, va a transformar el dolo eventual a dolo simple, va a reducir la mitad de las penas, se va a aplicar las 2/3 partes y queda libre. Y el Gobierno cumple con la burocracia sindical, a través de un escenario en el que fingió pretender Justicia.
Nunca sabemos qué sintió Cristina sobre Mariano Ferreyra y nunca condenó el asesinato
-¿Cómo ve la candidatura de Pablo Ferreyra para la Legislatura porteña?
-Él va en una colectora formada por el Partido Comunista y por sectores de Ibarra. No tiene trayectoria política para encabezar una lista, alguien lo decidió por él. El objetivo es atacar a la izquierda con el aval del Gobierno, que lleva a cabo un proceso de cooptación luego de tragedias muy fuerte. Jorge Julio López no aparece pero su hijo es candidato, Marita Verón no aparece pero Susana Trimarco va a todos los actos oficiales...
-¿Es de preocuparse la situación de la salud de la Presidenta?
-No es mi responsabilidad dar una opinión sobre la salud de la Presidenta, porque no tengo esa información. Pero sí puso de manifiesto de que es un mito el alegato de que son capaces de construir poder. El vicepresidente pasó a ser un "cero a la izquierda" en una estructura donde la Presidenta es un árbitro inapelable. Eso pone en relieve la fragilidad del sistema político.
-¿El reposo prolongado de Cristina pone en dudas el proceso electoral?
-Para nada. No veo ningún proceso desestabilizador. Los grandes grupos internacionales no conspiran contra la Presidenta; si no, el Banco Mundial no estaría votando en este momento un crédito de 3000 millones de dólares. En realidad, Cristina le está robando el programa a [Sergio] Massa.
-¿Cristina se está convirtiendo en massista?
-Los grupos económicos lo metieron a Massa para que opere el viraje económico y político. Ella no quiere que la corran por ahí. Massa se debilita, porque la gente apuesta a tener lo que tiene a la aventura de un tipo que no sabemos si tiene perspectiva en el futuro. Están compitiendo quién se congracia más con el capital internacional.
-Antes de las PASO hubo paros en la línea B encabezados por Claudio Dellecarbonara, candidato a senador del FIT, y las recientes tomas de colegios porteños fueron ligadas a centros de estudiantes del PO. ¿Fueron estrategia de la izquierda para llamar la atención?
-Rotundamente no. Y ni siquiera puedo mentir. ¿Usted cree que electoralmente se puede tener un rédito? Los usuarios del subte no fueron en masa a apoyar a los delegados y nadie avivó porque las clases se interrumpieron.
-¿Entonces?
-¿Por qué no pensar que fue al revés, una provocación electoral de Macri? El tema educativo se podía discutir hasta 2015. ¿Por qué no esperó a 2014? Estaba provocando. Y en el subte, ocurre lo mismo. Se quiere generar una idea de que los trabajadores son un grupo de conspiradores contra los usuarios cuando el subte es una bomba del tiempo y funciona gracias a los trabajadores.
-¿Se puede debatir eso en el Congreso?
-Esto no se me va a escapar del Congreso. ¿Usted cree que a los 71 años puedo tener otra misión que la de meter al Congreso la mirada de la izquierda? ¿que no quiere materializar la vocación de su vida? ¡Pero para que los otros!
-Pero es una pelea difícil, con respecto al número de las otras fuerzas.
-En un eventual gobierno de transición, la importancia del Congreso es fundamental. En los próximos dos años, el poder Parlamentario va a aparecer como sustitutivo del Ejecutivo. ¿En eso no tiene que estar la izquierda?
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