Javier Milei y una hora de stand up de alto voltaje para defender su gestión y atacar a “los degenerados fiscales”
El Presidente habló durante una hora ante empresarios que lo elogiaron cuando prometió “vetar” leyes para sostener el equilibrio fiscal; recibió un shofar de regalo y la bendición rabínica
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“Hay que apoyar, hay que ser constructivo”, pidió el rabino Tzvi Grunblatt, con tono místico y ante un auditorio que rompió en aplausos. Minutos después de la arenga del religioso, sheliaj (enviado) del fallecido gran rebe de Lubavitch en el país, el presidente Javier Milei ingresó en el mismo escenario del Latam Economic Forum. En casi una hora de discurso, con gestos de stand up y ante un auditorio afín, el Presidente se despachó contra los diputados que aprobaron anoche la reforma jubilatoria y desafiaron al Gobierno. Su repetida serie de andanadas contra los “degenerados fiscales” fue solo uno de sus estiletazos contra lo que él denomina “la casta”, y una manera de defender, además, lo realizado en seis meses de gestión.
Parecía que sería un discurso con tono moderado. De hecho, Milei se alegró al ver en primera fila a uno de sus economistas favoritos, Ricardo Arriazu, uno de los oradores en las exposiciones previas. “¡Profesor Arriazu, que honor! Yo ya gané”, dijo el Presidente, mientras el economista lo observaba con rostro serio. Pero la formalidad quedó en el olvido pronto cuando el Presidente comenzó a apuntar contra el gobierno anterior. “Entendieron que éramos libertarios, pero creyeron que comíamos vidrio. Y no, no comemos vidrio”, disparó, y asumió que “la casta nos quería hacer pagar todo (el costo del ajuste) y volver en enero. Pero no le dimos el gusto”, desafió.
En la primera fila, el rabino Grunblatt y Darío Epstein, empresario y promotor del foro, seguían con atención las palabras del presidente, junto al portavoz presidencial Manuel Adorni y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. La llegada de Karina Milei, en mitad de su discurso, tampoco pasó desapercibida. “Llegó el jefe. Hola, Jefe!”, dijo Milei, con el mismo tono impostado al estilo La Renga con el que había dicho su “Hola a todos”, al inicio de su largo desarrollo teórico.
Cuando se centró en la ley jubilatoria y los diputados opositores, Milei endureció el discurso. “¿Han visto lo que son los degenerados fiscales de anoche? Estamos acá parados, y lo vamos a seguir estando”, afirmó. “Les voy a vetar todo, me importa tres carajos!”, desafió, recogiendo los mayores aplausos del empresariado, que incluía muchos integrantes de la comunidad judía. Al final, Milei se llevaría un premio preciado: una Janukiá (candelabro de la festividad de Janucá) y un shofar (cuerno de carnero), de manos del propio Grunblatt.
En relación a la reforma del Estado, Milei reconoció que el plan “iba a generar tensión social y una contracción de la actividad”. Insistió, sin embargo, con la reducción de la planta estatal, ya que-aseguró-”vamos a terminar echando a 75.000 personas, vamos por 25.000″.
Por si no lo había hecho de modo suficiente hasta hoy, Milei volvió a defender a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, complicada por el escándalo de las toneladas de alimentos acopiados en depósitos y a punto de vencer. “Hicimos un tremendo ajuste, y solo tenemos quejas solo de los gerentes de la pobreza”, se jactó. Apuntó a los medios, que “torpedean” a la ministra de Capital Humano por la “pauta” publicitaria, y asoció esa práctica al gobernador bonaerense Axel Kicillof, a quien denominó su “enemigo político”, lejos de los gestos dialoguistas que el jefe de gabinete Guillermo Francos le dedicara a dos ministros de Kicillof, a quien recibiera en Balcarce 50 tan solo hace seis días. “Se encarga de llenar de pauta a los medios para tratar de ensuciarnos”, disparó, en relación al gobernador bonaerense, sin representantes de la oposición sentados en el salón del complejo Golden Center.
Enfático, y además de criticar la “desastrosa” herencia, sostuvo que su “plan a largo plazo” eran el DNU y la ley Bases. Prometió que “a las 800 reformas que vamos a aprobar, se le van a sumar las 200 pendientes cuando esto se apruebe. Y tengo 3000 más!”, enfatizó, ante un nuevo aplauso de la platea. Habló de la “fase 1″.
Volvió a la carga con su decisión de vetar leyes contra el equilibrio fiscal. “(Nayib) Bukele gobernó a pleno veto, y así voy a gobernar yo!”, afirmó, y volvió a recoger aplausos.
“Vamos a ser el país más próspero y libre del planeta”, prometió en el tramo final de su discurso, aunque habló de los 40 años que le llevó a países como Gran Bretaña o Alemania duplicar su PBI. Luego de afirmar que “voy a volver a laburar” después de “cuatro, u ocho años de gestión si todo sale muy bien”, dejó su sello informal en el final.
“Cómo no voy a romper el protocolo”, dijo el Presidente cuando las cámaras se habían apagado para saludar a Arriazu y antes de partir, raudo, hacia la Casa Rosada. Lo mismo hicieron los asistentes y un “fan”, que se quedó durante largo rato en la puerta para entregarle una mochila con la cara de un león, sin éxito.
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