Javier Milei y el sindicalismo abren una negociación con emisarios casi desconocidos
Tres dirigentes libertarios se atribuyen conversaciones con la CGT para “articular gobernabilidad” en caso de que el economista llegue al poder
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Carlos González D´Alessandro es el primer candidato a diputado nacional por La Libertad Avanza en San Luis. Obtuvo casi 50% de los votos en las PASO arrastrado por la ola Milei. Se alió al libertario a través de Tercera Posición, la fuerza política que creó Graciela Camaño, quien tomó distancia de esta novedosa alianza electoral que se impuso al peronismo y a Juntos por el Cambio en el territorio histórico de los Rodríguez Saá. González D´Alessandro es licenciado en administración, consultor y está vinculado a la Asociación Gremial de Computación (AGC), uno de los sindicatos que disputa con otras organizaciones la representación de los trabajadores de la estratégica industria informática. Se jacta ahora de ser uno de los nexos de Milei con los gremios del PJ.
“Después del 13 de agosto nos atienden mejor el teléfono y nos llaman cada vez más personas. La construcción de poder se aceleró. La intención es generar gobernabilidad, articular desde el diálogo y no desde la confrontación”, dijo González D´Alessandro a LA NACION. El dirigente aseguró que hubo conversaciones con sindicalistas de la CGT vinculados a los sectores de “los Gordos” (grandes gremios de servicios) y a los autodenominados “independientes” (UPCN, AySA y Uocra). También reconoció vínculos con referentes de las 62 Organizaciones Peronistas, un brazo político-sindical sin mucha influencia que hoy articula el taxista José Ibarra, quien fue aliado de Mauricio Macri y ahora dice que apoya a Sergio Massa.
Tanto en la cúpula de la CGT como el propio Ibarra rechazaron de manera tajante haber abierto un canal de diálogo con el líder libertario o alguno de sus discípulos. Sin embargo, son cada vez más los dirigentes sindicales que comienzan a hacerse la idea de que Milei realmente podría ser el próximo presidente y por eso dieron luz verde para activar un acercamiento, pero para después del 22 de octubre. A esa maniobra, que por ahora algunos sindicalistas ocultan, Luis Barrionuevo se encargó el miércoles de hacerla pública. “Creo que gana en primera vuelta y sin chicote. La gente está harta. Si gana, va a tener minoría en ambas cámaras y va a tener que dialogar con todo el mundo. Se verán los cambios que el quiere y cuáles los podemos adaptar porque ahí entramos también nosotros, el sindicalismo, con la reforma laboral”, dijo en una entrevista con el diario catamarqueño El Ancasti. Milei devolvió ayer la gentileza: “Una voz del sindicalismo dice que estoy en condiciones de ganar. Hay que respetar la democracia”, señaló en radio Continental. El economista apeló a la memoria selectiva: excluyó de esta manera a Barrionuevo de la “casta” y hasta quizás olvidó que conserva el poder en su gremio desde hace 44 años. Camaleónico y desafiante, el referente de los gastronómicos pasó en un santiamén de ser el jefe de campaña del kirchnerista Wado de Pedro a rendirse ante el libertario, a quien comparó con el Menem del 89 con un dejo de nostalgia.
Justamente en el intento de ablandar a los gremios y exhibir a un Milei con perfil más político y negociador que el economista verborrágico que se ve en la televisión, participan activamente familiares directos de Menem. “Mi papá y la familia estamos contentos porque Milei reivindica al gobierno de Menem como el mejor de la historia. Mientras otros tienen vergüenza, el reivindica lo hecho durante la década del 90″, explicó esta suerte de revival Adrián Menem, sobrino del expresidente y quien reconoce trabajar en La Rioja para la Libertad Avanza junto con su hermano Martín y su primo Eduardo, al que todos llaman “Lule”. “Yo acompaño, milito, ellos están más en el armado”, diferenció.
El apellido Menem no solo les facilita a los libertarios el acercamiento con varios jerarcas sindicales que se mantienen en el poder desde los 90, sino que también les allana eventuales acuerdos con dirigentes peronistas de paladar liberal que habían sido desplazados por el kirchnerismo, que encontraron un fugaz refugio en Pro y que ahora tributan para Milei. El martes en la Rural, durante la cena de recaudación de la Universidad del Cema, un exministro macrista comprobó en carne propia el cambio de época que se podría venir. Se asombró al ver que Roque Fernández y Diana Mondino, integrantes hoy del círculo de asesores de Milei, eran las figuras más buscadas para las fotos o el mero apretón de manos. Se había generado algo parecido una semana antes, en el Council of the Americas, donde los empresarios más influyentes hicieron lo imposible para tender un puente con los dirigentes que orbitan alrededor del candidato presidencial más votado el 13 de agosto pasado.
Para los sindicalistas pragmáticos y dialoguistas, Milei es hoy más un interrogante que una amenaza. “Me preocupa del resultado [de las PASO] en cómo garantizamos las tres “g”: gobierno, gobernanza y gobernabilidad. Me parece que es muy endeble, débil, la estructura de este candidato”, dijo hace unos días Gerardo Martínez, jefe de la Uocra, en radio Zónica. En su plataforma de gobierno, Milei propone ligeramente una “modernización laboral” y toma como modelo a la Uocra en su idea de reemplazar a las indemnizaciones por un seguro de desempleo. El candidato pretende que entren a tallar en el sistema las compañías de seguros privadas, pero no dejó en claro quién haría el aporte, si el empleador o el empleado. En el Fondo de Cese Laboral de la Uocra es el empleador el que deposita el 12% del salario mensualmente durante el primer año de la relación laboral y el 8% a partir del segundo año. En el borrador libertario no está precisado ni tampoco lo definió Miguel Ángel Punte, un exfuncionario de Macri que es el cerebro de la reforma laboral que Milei tiene en ciernes y de la que se conoció oficialmente hasta ahora muy poco. Hubo un acercamiento en los últimos días entre allegados a Milei y la Uocra para conocer más en detalles cómo funciona el sistema de la construcción.
Se sabe que en caso de ganar Milei, el Ministerio de Trabajo bajaría a rango de secretaría y que sería absorbido por el ministerio de “Capital Humano”, un área que estaría a cargo de Sandra Pettovello y que incluiría, además, a Educación, Salud y Desarrollo Social. Pettovello no quiso responder las consultas de LA NACION y en su entorno dijeron que cumplió la orden de su jefe político de no dar definiciones públicas y extremar el bajo perfil. Los sindicalistas y los empresarios influyentes no saben quién es y eso les genera inquietud e incertidumbre. Tres hombres de negocios ligados a la industria mecánica y a la producción de electrodomésticos se tiraron el lance de recurrir a un especialista de temas laborales que está hoy con Patricia Bullrich para intentar que asesore encubiertamente a los libertarios. No lo lograron.
Así como el puntano D´Alessandro se jacta de ser el nexo de Milei con los popes de la CGT, hay otros dirigentes libertarios que también se adjudican de tener esos contactos. Uno de ellos es Oscar Zago, un exdiputado porteño que fue radical, de Pro y tesorero en el sindicato del gas. Zago fantasea con tallar ante sindicalistas que no lo tienen ni siquiera registrado a pesar de haber estado muchos años al lado de Oscar Mangone, un histórico de los gasistas que supo hacer migas con Hugo Moyano.
El otro que se asoma como puente es Pablo Ansaloni, exdirigente del gremio de los ruralistas de Uatre que es candidato a diputado nacional en la provincia de Buenos Aires en la boleta con Carolina Píparo. Ansaloni ya estuvo en el Congreso entre 2017 y 2021 y mostró allí sus múltiples caras: estuvo en Cambiemos, después en el kirchnerismo y ahora pretende regresar a una banca con la Libertad Avanza. Ansaloni, que tampoco quiso hablar con LA NACION, es investigado por encabezar una presunta asociación ilícita y desviar fondos de la obra social de la Uatre, que está hoy intervenida judicialmente por las irregularidades detectadas durante su gestión. Osprera, la prestadora médica de los ruralistas, maneja unos $3000 millones, según fuentes que manejaron las finanzas del gremio. En la CGT Ansaloni no es bienvenido a pesar de su intento de acercamiento al massismo. Pero mantiene aún llegada y trato con el sector que comulga con Barrionuevo. “Vengo a combatir a la mafia sindical”, dijo Ansaloni hace un mes en una entrevista con el diario La Opinión, de San Pedro. Se aferró a ese latiguillo de campaña tras la muerte a tiros de su chofer a manos de unos sicarios que, según pudo determinar la Justicia, lo buscaban a él.
"Si gana Milei, va a ser una presidencia corta. Nos estamos preparando para lo peor"
Daniel Catalano (ATE-Capital)
Así como hay dirigentes sindicales pragmáticos y dispuestos a dialogar con Milei en caso de que gane las elecciones, hay otro sindicalismo antropófago, capaz de engullirse a cualquier gobierno que no sea peronista. “Si gana, va a ser una presidencia corta. Nos estamos preparando para lo peor”, advirtió el estatal Daniel Catalano en declaraciones a AM 750. Catalano, un dirigente que comulga con el kirchnerismo, es de los que sostiene que Milei está dispuesto a barrer con derechos laborales establecidos por ley y a reducir drásticamente la plantilla de empleados en la administración pública. Son muchos los que piensan como él.
Después de la victoria preliminar en las PASO, la verba inflamada del libertario se percibe más moderada, aunque está aún lejos de convencer a una mayoría sindical que lo mira con desconfianza y dispuesta a poner la guardia en alto. Tensiones a futuro de un país cada vez más incierto.
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