El show de Javier Milei: votó entre gritos de apoyo e insultos
El precandidato liberal se detuvo ante cada pedido de foto y dejó un mensaje: “Si no nos acompañan, nos vamos a casa”
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Hasta hace muy poco, Javier Milei no se veía dentro del sistema que contiene lo que el llama “la casta política”. Tomo la decisión de dar el paso y competir por un lugar en el mismo juego que él insiste en destruir. El resultado de esa apuesta se define en las urnas durante este domingo. “Iré hasta donde la gente me permita”, confesó tras su votación en la sede de Almagro de la Universidad Tecnológica Nacional.
Está a la espera de que el electorado confirme su apuesta por haberse insertado al “statu quo” para cambiarlo. “Entré para terminar con esta decadencia. Nosotros venimos y traemos propuestas. Si nos acompañan, bien. No nos acompañan: nos vamos a casa. Si no fuera la persona o las ideas, o la combinación de ambas, no hay que estar empecinándose”, admitió.
En su equipo esperan una sorpresa, un porcentaje de votos indiscutiblemente alto. Milei se mostró calmo ante la incertidumbre de las urnas y confiado de un logro: “Creo que independientemente de lo que termine pasando en las urnas, el resultado es muy bueno porque terminamos corriendo el eje del debate. No se discutían las ideas de la libertad hace muchísimo tiempo. El liberalismo estuvo en el centro de la discusión en toda la campaña”.
Apoyos e insultos
Al llegar a Medrano al 900, rápidamente se avivaron de su presencia vecinos en los balcones y votantes en la fila. Simpatizantes y detractores se animaron a expresar apoyos e insultos. “¡Vamos Milei carajo!”, gritó un conductor joven al verlo en la puerta de la universidad, con la cara bordó y las venas frontales marcadas. “¡Salí de acá!” abucheó una señora desde un edificio.
Salteándose la fila ante el tumulto (lo cual generó descontento entre los votantes y particularmente los más adultos) se abrió paso a la mesa 2256. Varias autoridades de mesa y fiscales se acercaron a pedirle un abrazo o expresar su acompañamiento. Una joven con poca experiencia en elecciones le admitió: “Te voy a votar”, con efervescencia y en el medio del salón. La inexperiencia le valió un voto cantado.
Milei no dejó a un fanático descontento. Se detuvo en cada pedido de foto e hizo caso omiso a los reclamos de su equipo de campaña para acelerar el paso y no demorarse. Con su característica pose, levantando las cejas y mostrando los pulgares arriba, dio lugar a cada peatón que quiso retratar el momento. No fueron solo jóvenes: grupos de adultos mayores y policías también pidieron la selfie.
Su día sigue con un almuerzo en familia. Compartió que se reuniría con su hermana y padres para pasar el domingo de comicios. Ellos tampoco se veían venir la candidatura. “No me imaginaba acá ni de casualidad. A mis padres hay partes que les resultan agradables y hay otras partes con las que se dan cuenta de que no es fácil esto”, admitió Milei.
“No tengo cábalas todavía, ¡es mi primera! ¡soy virgen!”, bromeó Milei, entre risas. En su primera vez, vestido con su característico saco de cuero y sonriendo detrás del barbijo aprovechó todo momento de atención. “Es como cualquier domingo, solo que con más cámaras”, se mofó.
Si los votos lo acompañan y consagran su candidatura, Milei planea seguir adelante. Para algunos analistas, un gran resultado podría asfaltar el camino a una proyección nacional y una posible candidatura en las elecciones del 2023. Para el primerizo, es algo lejano por ahora. “Pensar en una presidencia es un exceso de ego. Se construye en el día a día. Vamos a ver cuánto la gente quiere de libertad”.
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