Javier Milei se concentra junto a sus “equipos técnicos” de cara al debate final, que pondrá a prueba su carácter
El candidato de La Libertad Avanza está recluido en su búnker del Hotel Libertador preparándose en los ejes temáticos; envió a su hermana Karina a un reconocimiento; no podrá usar “machetes”
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Con el balotaje a la vuelta de la esquina, Javier Milei se enfrenta este domingo a una instancia decisiva en su anhelo por llegar al sillón de Rivadavia. El tercer debate presidencial, que lo volverá a cruzar con su par de Unión por la Patria, Sergio Massa, se erige como una prueba de carácter para el candidato de La Libertad Avanza, con vistas a un objetivo clave: terminar de atraer a los votantes que supo cosechar Patricia Bullrich, hoy flamante aliada del libertario.
“Viernes y sábado estuvo abocado al debate, por eso no tuvo actividad”, detallaron a LA NACION desde La Libertad Avanza. Desde el jueves por la noche, Milei se encuentra recluido en el Hotel Libertador, su búnker de campaña, ubicado en el centro porteño, en compañía de su hermana Karina y el estratega “en las sombras” Santiago Caputo. Desde allí, Karina fue enviada a la facultad de Derecho de la UBA, a un reconocimiento del lugar donde se desarrollará el debate.
Al igual que en ocasiones anteriores, el economista se prepara en cada uno de los temas que se tocarán, que van desde las relaciones de la Argentina con el mundo hasta los derechos humanos, junto a los distintos representantes de sus “equipos técnicos”, coordinados por su virtual jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
En la Facultad de Derecho de la UBA, Milei deberá llevar a la práctica uno de los consejos que, al menos en público, se encargó de darle su flamante aliado Mauricio Macri. “Él percibe que va a tener que dar más tranquilidades y certezas”, fueron las palabras que le dirigió el expresidente, hace dos semanas, en la entrevista que le dio a Luis Novaresio en LN+, en un mano a mano en el que también abogó para que el libertario “se calme”.
Sin embargo, durante los dos primeros debates, Milei ya intentó mostrarse más sereno que de costumbre, en un intento de equilibrio entre ese aplomo y los latiguillos agresivos contra la “casta” que lo caracterizan. Se trató de un objetivo trazado por sus estrategas que en realidad se cumplió a medias: en la segunda cita, el líder de La Libertad Avanza no pudo evitar enredarse en sucesivos cruces con la candidata de la izquierda, Myriam Bregman.
En esta oportunidad, Milei y Massa deberán intercambiar en el marco de una dinámica distinta a la de los dos eventos anteriores, en un formato similar al que se vio en Brasil entre Lula Da Silva y Jair Bolsonaro en octubre de 2022. No podrán contar con ningún tipo de ayuda-memoria arriba de sus atriles. Ese fue el único punto en el que existieron desacuerdos entre los equipos de campaña de ambos candidatos, por lo que debieron intervenir los jueces de la Cámara Electoral, quienes tomaron la decisión de prohibir la lectura durante el encuentro.
Este viernes, sin ir más lejos, el oficialismo volvió sobre el tema con el fin de extender un manto de dudas sobre la presencia de Milei en el debate. Lo hizo a través de la difusión de un brevísimo comunicado firmado por el apoderado Juan Manuel Olmos, una de las figuras más gravitantes puertas adentro de Unión por la Patria, en el que se rechaza un supuesto pedido de modificación de las reglas por parte de La Libertad Avanza. “Todo opereta”, aclararon desde el entorno del economista liberal-libertario.
En cada bloque temático, ambos candidatos contarán con seis minutos para explicar sus propuestas, pero solo podrán hablar por dos minutos consecutivos, para lograr un intercambio más dinámico y fluido. Según informaron las autoridades, en el caso de que ambos hablen a la vez, el tiempo correrá para los dos y quienes moderan intervendrán para que el diálogo prosiga sin interrupciones. El candidato que esté en uso de la palabra podrá moverse en una zona delimitada por luces led que se encontrarán en el piso de la escenografía: un triángulo formado por la luz blanca que sale de su atril y una segunda, más cercana al borde del escenario, de color azul.
Recta final
La visita a Mendoza de este jueves fue el último compromiso que tuvo Milei antes de la cita del domingo. El paso del candidato presidencial por la provincia cuyana replicó el formato de las últimas apariciones públicas por el conurbano bonaerense: paseó caminando y luego a bordo de una camioneta, para terminar luego subiéndose unos minutos a un pequeño escenario desde donde le dirigió algunas palabras al público presente.
Tras el pacto con Macri y Bullrich, el líder de La Libertad Avanza se enfrentó al desafío de conjugar su estrategia política con su estrategia comunicacional. Para eso, apeló a la sintonía fina a la hora de hablar y así ser más digerible para los electores de Patricia Bullrich y Juan Schiaretti que hasta el momento tuvieron reparos para votarlo. Los libertarios confían que un porcentaje importante de los votantes de esos candidatos que se quedaron en el camino, a la hora de optar en el balotaje, lo harían por Milei.
El primer intento en ese sentido tuvo lugar el fin de semana pasado, cuando Milei encabezó una recorrida por la zona de San Isidro que luego concluyó con un acto en la localidad de El Palomar, en Tres de Febrero. Con una puesta en escena similar a la que acostumbró hasta la primera vuelta electoral, pero con más banderas argentinas y sin motosierras a la vista, el candidato de La Libertad Avanza retomó el contacto con la gente en compañía de su compañera de fórmula Victoria Villarruel.
La semana entrante, Milei viajará el martes a Rosario y el jueves tendrá su cierre de campaña en Córdoba, la provincia que puede ser la llave de la elección. El acto será en la capital provincial, en Patio Olmos, donde esperan una gran concurrencia. En ese territorio deberá conquistar al votante de Juntos por el Cambio y de Schiaretti para intentar inclinar la balanza del mapa nacional.