Javier Milei recibió en Alemania un reconocimiento de los seguidores de su inspirador intelectual
Recibió la medalla Von Hayek, en honor al economista de la Escuela Austríaca por sus aportes al liberalismo global; volvió a decir que quisieron hacerle un golpe de Estado
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HAMBURGO (enviada especial).- En medio de gritos de “¡libertad! ¡libertad!!, una ovación y aplausos de más de 250 personas, el presidente Javier Milei recibió en esta tarde europea la medalla Hayek, máximo honor que suele entregar la asociación liberal del mismo nombre de esta ciudad portuaria del norte de Alemania.
Su presidente, Stephen Kooths, elogió al mandatario libertario definiéndolo “un precursor político” surgido para que la Argentina “salga del callejón sin salida en el que se encontraba debido a los bloqueos del intervencionismo” y esto, “sin promesas populistas”.
“Usted devuelve a sus compatriotas la confianza en sí mismos y eso les da esperanza y valor. Usted no llegó para guiar corderos, sino para despertar leones”, le dijo Kooths a Milei, a quien destacó como un gran conocedor y abanderado de la Escuela Austriaca, entre cuyos héroes intelectuales se encuentra el economista Friedrich von Hayek.
“Usted no es un populista, es un populizador de ideas de libre mercado”, también subrayó el presidente de la Sociedad Hayek, mientras el mandatario argentino, de traje azul y acompañado por su hermana Karina Milei, el diputado de Pro, Fernando Iglesias y el embajador en Alemania, Fernando Brun, lo escuchaba a través de auriculares que transmitían la traducción en español del evento.
“Su autenticidad no tiene precio y no se puede comprar. Usted es políticamente incorrecto, pero es coherente”, aseguró Kooths, que advirtió que es el marxismo cultural su principal contendiente. “El socialismo siempre es un fenómeno totalitario y hoy hace falta una utopía liberal”, dijo Kooths, que si bien admitió que la “motosierra es un símbolo drástico, se trata de podar intervenciones” y la comparó con un “big bang” o una “quimioterapia”. Además, enumeró los primeros éxitos “evidentes” de su gestión: “freno de la inflación galopante y drástica reducción de ministerios”, algo que está transformando a la Argentina en un lugar para hacer negocios.
Kooths comparó a Milei con los “grandes liberales de la posguerra” como Margareth Thatcher y Ronald Reagan. “Usted saca a los liberales de su aislamiento discursivo, su entusiasmo por las ideas de la libertad es contagioso”, concluyó, al gritar, con acento alemán: “¡viva la libertad carajo!”. Entonces el auditorio, por supuesto afín, volvió a estallar en aplausos y gritos de “¡libertad! ¡libertad!”.
A su turno, en un discurso de una hora, varias veces interrumpido por aplausos, en el que hizo bromas y cautivó al público presente con anécdotas, Milei hizo un repaso de su historia, de su experiencia como economista, como panelista de TV luego y de su llegada a la presidencia. Al hablar de la coyuntura, volvió a criticar a “la política, que no nos acompañó en estos primeros seis meses” y la acusó de ser “una máquina de impedir”. “Desde el primer momento intentaron hacer un golpe de Estado, hubo trabas, intentos desestabilización y ataques, pero estamos saliendo”, celebró, entusiasmado.
Resaltó asimismo que “ya está por salir la Ley Bases”, que definió una reforma estructural cinco veces más grande de la que hizo Carlos Menem en la década del 90, “aunque fue mutilada”. “Las reformas estructurales que estamos haciendo son ocho veces más grandes y están saliendo ahora”, se jactó, al destacar que esto hará que la Argentina de un salto en el índice libertad económica de 90 puestos, en niveles parecidos a los que tienen Alemania o Francia. “Pero nosotros queremos más libertad, como Irlanda, que de ser el país más miserable de Europa hoy tiene un PBI per cápita mayor al de Estados Unidos”, dijo. “Estamos aspirando a ser el país más libre del planeta, gracias y viva la libertad carajo!”, cerró, provocando otra vez gritos de “¡libertad! ¡libertad!”.
Al principio de su intervención -que tuvo lugar en un salón con ventanales con vista a los bellísimos muelles de Hamburgo del quinto piso del Hotel Hafen-, Milei agradeció el “reconocimiento a esta lucha que hemos iniciado hace muchos años y que está dando frutos inesperados”. Luego, pasó a relatar cómo llegó a las ideas de la libertad y, luego, a la presidencia del país. “No fui liberal desde el primer momento, pero no me siento mal porque Hayek originalmente era socialista”, dijo, haciendo reír al auditorio e histriónico, al destacar que su ídolo solía decir que “si los economistas supieran economía no serían socialistas”.
Para dar una idea de lo desconocidas que son en la Argentina las ideas de la libertad en ámbitos académicos, también bromeó con que si en el país le preguntan a alguien quién es el economista Ludwig Von Mises, contestan que “es el 9 de la selección de fútbol de Irlanda”. El mandatario confesó, por otro lado, que en la Argentina recibió una formación de la escuela post-keynesiana, con tintes casi marxistas y que fue “contaminado por un montón de malas ideas”, como las del intervencionismo, o que “los empresarios son villanos” y que la inflación es culpa de cualquier cosa menos emisión monetaria. Pero que luego, al descubrir a los pensadores liberales, todo dio un vuelco.
“Las fuerzas del cielo me pusieron en el país de la inflación y de la decadencia”, también dijo, tras recordar sus estudios y detallando cómo fue que quedó fulgurado por los pensadores liberales. Habló luego de su paso por la televisión argentina, donde comenzó a hacerse conocido como panelista, al defener, contra viento y marea, las ideas de la libertad.
“Era yo contra todos. Todos defendían el Estado y los kirchneristas eran bastante violentos para debatir (...). Uno se ve forzado a levantar el tono y me acusaban de estar gritando en los paneles”, recordó. “Muchos de los que me acusaban eran los liberales de copetín”, denunció, al describir que al dar batallas “titánicas” en la TV fue ganando mucha popularidad. “Cuando llegó pandemia, la sociedad empezó a hacer un click. Hubo una revalorización de las ideas de la libertad”, aseguró también, al subrayar el fundamental papel de los jóvenes en su ascenso y de su hermana Karina.
“Todo esto sin mi hermana, ‘El Jefe’, no lo podría haber hecho”, confió, al reconocer que su ingreso en política tampoco fue “tan romántico”. “Es muy lindo ver un partido en la Argentina, las banderas, los cánticos, el choripán, pero hay que sacárselos a los peronistas los choripanes, el choripán es argentino”, comentó, desatando más aplausos.
Como ya había hecho en otras oportunidades, elogió a Patricia Bullrich, hoy ministra de Seguridad y candidata presidencial que se convirtió en su principal socia. “Hoy estoy orgulloso de que sea mi ministra de Seguridad, que está poniendo de rodillas a los malditos delincuentes”, dijo, al recordar que cuando todos lo subestimaban como líder político, ella fue la única que advirtió: “Miren, habría que prestarle más atención, que alguien que se ponga a hablar ante 20.000 personas de Hayek, no es normal”, otra frase que provocó risas y aplausos eufóricos entre los admiradores de Hayek, economista ultraliberal que ganó el Premio Nobel en 1974.
Entre los asistentes, no sólo hubo académicos liberales alemanes, empresarios, políticos y periodistas. También se destacaron algunos jóvenes argentinos libertarios como Stephanie Burghardts, argentino-alemana que contó a La Nación que viajó 1000 kilómetros, desde Koln, donde vive desde hace cinco meses, para ver a Milei. “Soy libertaria y estoy emocionadísima, justo nos cruzamos miradas cuando él llegó, abajo y fue increíble”, dijo esta joven de de 35 años, que también llevaba una bandera argentina y que se vio obligada a dejar la Argentina hace dos años y medio “por la situación económica terrible”, y que ahora tiene esperanzasenía de un cambio. Una elegante señora sentada al lado suyo, brasileña, lamentó entonces que no pasa lo mismo en su tierra: “Brasil aún no ha despertado”. “Tenemos a un presidente que es amigo de Maduro y de toda la m... de la izquierda latinoamericana”, comentó, envidiosa del nuevo rumbo argentino.
Se espera que Milei, que salió evidentemente satisfecho del evento y con una nueva medalla bajo el brazo, por la noche vuele a Berlín. Allí, pese a ser domingo, será recibido mañana por el canciller Olaf Scholz para una reunión de trabajo en la Kanzleramt de la capital.
El diputado del Pro, Fernando Iglesias, que es parte de la reducida comitiva de esta gira que seguirá y culminará el lunes en República Checa, ante La Nación relativizó la ruidosa protesta organizada en esta ciudad en contra de la presencia de Milei, que hizo que el hotel Hafen estuviera blindado y toda la zona que lo rodea, vallada y con enorme presencia policial. “Si toda la izquierda alemana moviliza a 200 personas -comentó, irónico-, hubo más gente en la sala del evento y pese al acceso restringido”.
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