Javier Milei no mencionó su propuesta estrella, se mostró aplomado aunque con latiguillos agresivos y buscó confrontar con Massa
El candidato presidencial de La Libertad Avanza no expuso sobre la dolarización y buscó incomodar a Bullrich con la economía; se mostró más aplomado que de costumbre en la primera parte del debate; anunció como eventual secretario de Trabajo a un exfuncionario de Macri para atenuar el impacto de su alianza con Barrionuevo
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SANTIAGO DEL ESTERO.– Javier Milei eligió a Sergio Massa como adversario en el primer debate presidencial y soslayó a Patricia Bullrich. Su estrategia en Santiago del Estero fue un espejo de lo que pretende en las urnas, en donde disputa los votos con la candidata de Juntos por el Cambio y necesita que ella no crezca a costa suya. El candidato de La Libertad Avanza se mostró más aplomado que de costumbre en casi todo el debate, aunque sin abandonar los latiguillos agresivos que lo llevaron a ser el favorito, especialmente su denuncia contra la “casta”. A la dolarización ni la mencionó como propuesta.
“¡Un éxito! Patricia perdió todo tipo de centralidad, esto es kirchnerismo versus La Libertad Avanza”, celebró un candidato libertario que estaba sentado en la platea. Había mucha algarabía en el equipo libertario. “Se siente, se siente, Milei Presidente”, cantaron cuando terminó la contienda en una cena reservada.
Al inicio del debate, cuando se dirigió a sus rivales, Milei se mostró forzadamente respetuoso. Llamó “señora” a Bullrich y “señor a Massa”. Eso es lo que habían planeado en su equipo: que no se desencaje -como solía hacer antes de las PASO- pero que busque convencer al votante más blando o indeciso. Hacia el final, en el tramo de las preguntas cruzadas, sin embargo, el líder libertario perdió la compostura más de una vez.
También fue el que dio la nota con la cuestión del reglamento. Se lo vio vociferando con el micrófono apagado quejándose de los otros candidatos y los presentadores terminaron exhibiéndole las reglas que él había firmado. En la transmisión no se escuchó, pero Milei estaba protestando porque Massa y Bregman hablaron fuera de turno.
Milei, que por ser primero era el que corría más riesgos, evitó que le hicieran preguntas incómodas en los tópicos “Educación” y “Convivencia democrática y derechos humanos”, los temas que menos maneja. Eso fue así gracias a que las oportunidades de derecho a réplica se “gastaron” al inicio de la contienda.
No se refirió, sorpresivamente, al “affaire” de Martín Insaurralde, que había sido tema en todas las conversaciones en la previa en la tribu libertaria. “Es un tema obvio”, se justificaron en La Libertad Avanza.
El libertario buscó sacar ventaja en el tema “Economía”, que es en el que tiene mejor dialéctica. Repitió todos los eslógan que viene utilizando en campaña. Dijo que “la Argentina está en decadencia por culpa de la maldita casta política”, y que si el país sigue así “va a ser la villa miseria más grande” del continente. También enumeró sus propuestas, vinculadas a bajar el gasto público y cerrar el Banco Central. Pero no prometió una “dolarización”.
Milei y Massa ingresaron en un juego de confrontación mano a mano y que pareció conveniente para ambos para instalar el escenario de ballotage, mientras buscaban dejar en segundo plano al resto de los candidatos. A Patricia Bullrich, que le hizo una réplica, Milei ni siquiera le respondió.
“Zimbabue, El Salvador y Ecuador, eso es lo que te propone Milei”, lanzó Massa. El libertario le replicó: “Usted está utilizando una falacia, está haciendo un desastre fiscal con el plan platita”. De hecho fueron los primeros en gastar las cinco oportunidades que tenían para utilizar el derecho a réplica.
Un colaborador del libertario aportó: “Logró polarizar con Massa y desarmó a Bullrich cuando le repitió que no se entendía su plan económico”.
Aquí a punto de arrancar el debate con el futuro Secretario de Trabajo (Min. de Capital Humano) Gustavo Morón.
— Javier Milei (@JMilei) October 1, 2023
VIVA LA LIBERTAD CARAJO
CC: @licpettovello pic.twitter.com/9x0hGKuVVe
En LLA optaron por anunciar minutos antes del debate quién será el eventual secretario de Trabajo de un gobierno libertario. Presentaron a Gustavo Morón, que fue superintendente de Riesgos de Trabajo en el gobierno de Mauricio Macri. Según pudo saber LA NACION, fue un intento por neutralizar a los eventuales cuestionamientos por su acercamiento Luis Barrionuevo, un tema que lo incomoda, al punto que reconoció en el debate que el líder gastronómico “es casta”.
Cuando Massa le preguntó por sus agresiones al Papa, Milei no redobló la apuesta contra el Papa Francisco y se mostró arrepentido por sus dichos. “Mis afirmaciones fueron hechas cuando yo no estaba metido en política. Ya pedí perdón por eso”, dijo.
El capítulo “Educación” era uno de los grandes desafíos de Miliei y por eso se lo vio estudiando hasta el último segundo, incluso frente al atril. En el tema “Convivencia democrática y derechos humanos”, Milei optó por repetir sin matices el discurso que en esta materia tiene su candidata a vice, Victoria Villarruel (con ella preparó este tema), que se refiere a los 70 como una “guerra” y que reivindica a las víctimas de Montoneros y ERP. “No son 30.000 los desaparecidos, son 8753”, dijo el libertario.
Cuando terminó la contienda, Milei saludó con la mano uno a uno al resto de los candidatos, aunque a Massa no lo miró en la cara. Después se fue a cenar al Hilton, donde estaba hospedado, con todo su equipo. Varios vecinos se acercaron y comenzaron a cantar “que se vayan todos”. Milei agitó los brazos y cantó con ellos a través de la ventana del hotel.
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