Javier Milei: el personaje surgido de la TV que seduce a los jóvenes con su discurso violento y antisistema
Economista, asesora a Eurnekian en la Corporación América; es un “outsider” que usó la fama de los medios para progresar; violencia discursiva; se peleó hasta con sus viejos amigos y políticos afines
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A veces lo llaman profesor Neurus, como ese genio loco de pelos parados, creado por Manuel García Ferré, que se enfrentaba a Hijitus en su intento por tomar el poder de Trulalá. Aunque bien podría ser una cruza de Alvaro Alsogaray, el fallecido exmilitar que impulsó el liberalismo en la Argentina desde los ‘50 y Ozzy Osbourne, el rebelde rockero heavy metal vocalista de Black Sabbath. Javier Milei en ocasiones brilla, aunque con un toque de autoritarismo y violencia discursiva. “Insulta, nadie lo niega, tiene sus formas, pero no es tan conflictivo, cuando reacciona es porque lo atacaron primero”, lo defienden en su entorno.
Se ganó denuncias por discriminación contra los discapacitados, violencia de género por tratar de “burra” a una periodista, y hasta sus amigos con los que escribió libros y le dieron albergue y sus socios políticos de la misma línea se enojaron con él. “Necesita un psiquiatra”, dijeron a LA NACIÓN, no sin cierta ironía, un ex amigo y un colega.
Este economista ultraliberal de trato explosivo que se reveló como el candidato que más ascendió en las encuestas de cara a las PASO para seducir al votante joven, es una construcción discursiva, mitad académica y mitad televisiva.
De hecho, el propio Milei fue actor de su propio personaje en 2018 cuando protagonizó su obra de teatro llamada El consultorio de Milei, con Claudio Rico y Diego Sucalesca. Lo dirigió Nito Artaza, otro que saltó del mundo de la farándula al Congreso.
Este mix le permite al candidato de 50 años deslizarse por el mundo corporativo en Corporación América, como asesor (ahora de licencia) de Eduardo Eurnekian donde calcula la viabilidad de nuevos negocios que le proponen al empresario. Y al mismo tiempo es quien ayudó a incrementar el rating en Intratables, o Animales Sueltos, los programas de América TV que fueron los escenarios donde armó el personaje que hoy salta a la política. De esas épocas son su noviazgo con Daniela Mori, una de las fundadoras de Las Primas. Antes pasó por la consultora de Broda. No muy alto, maneja una coupé negra gigante importada, donde suele escuchar música clásica a tope, lo recuerda un compañero de trabajo.
Se formó en economía en la Universidad de Belgrano y despuntó en los medios por invitación de un economista amigo que escribía en Perfil. También dio en esa época su primera entrevista a Infobae TV. Fue la plataforma de su existencia mediática que supo usufructuar. Escribió con su amigo media docena de libros y solo otra decena más.
Hijo de una familia de clase media, con alguna sombra de violencia intrafamilar y un pasado como arquero de futbol lo acompañaron hasta que despuntó en la universidad y en el trabajo. Mezcla de Chacarita Juniors y Wall Street.
En el mundo empresario dicen que es buen economista, pero que se lo fagocitó el personaje, señala un economista de primera línea.
Fue en una parrilla de Palermo Hollywood, a la vuelta de América TV, vecina a las oficinas de la Corporación América donde se cruzó con Alejandro Fantino. El conductor contó que se fascinó y lo invitó a Aninales Sueltos. La rompió. Fueron apoteóticas sus peleas por Keynes (“una basura”, dijo) con Ismael Bermúdez. Un productor del ciclo recuerda hoy en diálogo con LA NACION como en ocasiones le tuvo que llamar la atención a Milei porque el economista terminaba insultando al conductor o a los invitados. De allí a Intratables había un paso. En ese programa fue donde brilló en el rating. “Javier quería entrar en los medios como fuera”, recuerda una especialista en relaciones públicas que lo conoció hace una década.
La tele lo hizo conocido y le permitió desarrollar el panelismo. Hasta que este año se decidió a entrar en política con “La Libertad Avanza”, una alianza que nuclea al MID, al partido Libertario y otras fuerzas. Lo acompaña Victoria Villarruel, presidenta del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTIV). Y el primer candidato a legislador porteño es el youtuber financiero Ramiro Marra, acompañado en el segundo lugar por Lucía Montenegro, presidenta de UNITE.
Marra conoce a Milei desde la facultad, cuando fue su profesor en la Universidad del Salvador. Es su escudero en la lucha política, donde ya había tenido una experiencia con Roberto Lavagna.
Para Milei es su debut en la lista. Quienes no lo quieren señalan que es un antipolítico, que busca romper el sistema, reventar todo y construir sobre un lienzo en blanco. Como si la construcción de un mundo perfecto empezara con ellos. Lejos de la tradición liberal que reconoce las virtudes de la democracia representativa a lo largo del proceso histórico.
“Javier quiere romper el statu quo, no el sistema. Está en contra del sistema. Quiere romper el Banco Central. Estamos en contra de los políticos y de lo que representan de la política”, lo defienden en su espacio. Desde el kirchnerismo le disparan: “Antidemocrático”, claman, y en lo de MIlei responden: “Javier triunfa porque la gente está cansada de las ideas de siempre, socialistas, del relato k contra el liberalismo”. Milei se cruzó con Horacio Rodríguez Larreta, lo tildó de “zurdo de mierda”, “gusano arrastrado” y “pelado asqueroso”, Larreta respondió: “Sin comentarios”.
López Murphy se sacó. El Bulldog lo hizo desfilar por paneles, conferencias, le prologó algún libro, pero lo puso fuera de si el ataque a Rodriguez Larreta o a Patricia Bullrich. No son lo mismo que el kirchnerismo, dicen en el espacio del este liberal histórico. “Son estrategias diferentes”, dicen cerca de Milei. Pero López Murphy se enoja porque nunca vio esas expresiones de violencia en la tradición liberal mundial y eso que él integra la Internacional Liberal, con líderes de Taiwán, Kuala Lumpur, alemanes, suecos y holandeses.
Con José Luis Espert en cambio andan bien. Se cruzaron emojis de corazoncitos y dedos para arriba. Espert lo respeta por su formación y solidez y ve proyección política, con Milei en la Ciudad y Espert caminando la provincia.
En el frente de Milei dicen que se financia con los 500.000 pesos que le da el Gobierno para las PASO y los 2.000.000 que reparte la ciudad entre los partidos. Que no tienen benefactores que aporten. Corporación América negó ante la consulta de LA NACION haber aportado para la campaña.
Trabaja con voluntarios y dicen gastar poco, no viajan ni pagan publicidad en redes sociales. El cineasta Santiago Luis Oria, nieto del candidato a vicepresidente de Alsogaray en 1983, hizo una película con estética dark, donde un Milei con saco de cuero negro es presentado como el futuro presidente en jingle que entierra la “basura keynesiana”. Ya una editorial firmó un contrato para escribir un libro con su biografía.
El consultor en comunicación política Orlando D’Adamo, director de Communicatio, dijo a LA NACION que, en las elecciones intermedias, de humor social, los “outsiders” sacan ventaja para castigar “y Milei lo es en estado puro. ¿Por qué? Porque no está, como en su momento Reutemann, Palito Ortega, Scioli o actualmente Manes, auspiciado por un partido tradicional. Milei va por la suya y su estilo mucho más que sus propuestas definen sus posibilidades”.
“Llega a cierto electorado joven, desde la pantalla de televisión con un mensaje rebelde, díscolo y sobre todo irreverente. Todas características muy apreciadas por los menores de 30 años. Algo que se presenta distinto, a quién las formas no le importan o le importan para marcar diferencia, aprovechando una nueva versión del que se vayan todos que, en este caso, sería son todos iguales de malos. En un contexto de votantes desilusionados con las fuerzas políticas principales es muy esperable que capitalice votos”, y arriesga: “No sería un fenómeno nuevo. La duración de su vigencia, en cambio, es otra cosa, mucho más difícil de predecir. Los outsideres para mantenerse en el tiempo suelen alejarse de las posturas iniciales más disruptivas, de lo contrario pueden quedar confinados a un pequeño núcleo duro de votantes del que no logran trascender”.
“Hay posibilidad de que en la política triunfe un disruptivo, un Donald Trump y ese soy yo”, recuerda que le dijo una vez a un dirigente de Juntos por el Cambio.
En su espacio hay a candidatas como Delfina Ezeiza de 18 años que reclama el regreso de Videla o la propia Villaruel, que reivindica “a los militares que dieron la vida por todos en los 70”. “Nosotros no nos metemos con esos temas. Nosotros no discutimos los 70 cuando nos juntamos a tomar cerveza con mis amigos. El liberalismo está lejos de Videla y de la dictadura. No entramos en esa discusión”, dice un colaborador de Milei.
¿Pero Milei asesoró en el Congreso a Antonio Domingo Bussi, condenado por delitos de lesa humanidad en Tucumán? “Tenía 23 años. Fue un contrato en 1994”, explican en el espacio libertario. Sin encontrar contradicción en el hiperlibertario, recargado, moldeado a la luz de los sets de televisión, que juega a dinamitar el sistema político.
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