Javier Milei confía en tener los votos para aprobar la ley ómnibus, pero el gobierno sigue puliendo los cambios
El Presidente descansaba y trabajaba en la residencia; en el gobierno confían en tener el favor de los bloques dialoguistas, pero en el Congreso exigen ver el megaproyecto reformulado por escrito
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Javier Milei está confiado en conseguir los votos que necesita para aprobar la “Ley Bases” la semana próxima. Recién llegado de Suiza y tras interiorizarse de las conversaciones de las últimas horas en el Congreso, el Presidente cree haber logrado el favor político de los bloques “amigables” para obtener un triunfo legislativo. Los diputados potencialmente aliados, sin embargo, todavía quieren ver por escrito muchos de los cambios que pidieron. Aún al Poder Ejecutivo le resta mucho trabajo en materia de letra chica.
Conectado con su mano derecha, Santiago Caputo, durante todo el viaje a Suiza y también durante su periplo de regreso -en Casa Rosada señalaron que la comitiva presidencial contaba con wifi en la escala en Fráncfort y el vuelo comercial hacia Buenos Aires- el Presidente arribó esta mañana al país y se dio unas horas para descansar en Olivos. En las primeras horas del día, algunas fuentes oficiales especulaban con una reunión muy importante en la quinta presidencial con los principales involucrados en los ajustes en el texto de la “ley ómnibus”: el jefe de Gabinete, Nicolás Posse; el ministro de Economía, Luis Caputo y el economista Federico Sturzenegger (autor intelectual de las desregulaciones de la ley), además del estratega político, Santiago Caputo. El encuentro luego no fue confirmado oficialmente.
En principio, después del mediodía, el titular de Diputados, Martín Menem, se dirigió a la Casa Rosada para traba con los funcionarios en el texto del proyecto. Fuentes oficiales reconcían que todavía hay varias evaluaciones por hacer a raíz de los pedidos de los diputados, sobre todo en materia fiscal.
La negociación gruesa en torno al proyecto se dio el jueves al atardecer en las reuniones que mantuvieron el titular de Diputados, Martín Menem; el ministro del Interior, Guillermo Francos y Santiago Caputo con los representantes de los bloques más propensos a acompañar: Pro, UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal. Allí, los enviados del Poder Ejecutivo le presentaron a los legisladores un punteo de ocho páginas con los cambios que el Poder Ejecutivo estaba dispuesto a incorporar y que implicaban “adptaciones en más de cien artículos”.
Las conversaciones avanzaron positivamente (el Gobierno aceptó cambios en puntos neurálgicos del proyecto) pero los bloques hicieron más planteos y no quedaron del todo satisfechos con la profundidad de algunas modificaciones. Muchos temas, dijeron en esos bloques, “quedaron en el aire”. Los representantes del Poder Ejecutivo transmitieron en el Congreso que este viernes les enviarían el nuevo proyecto de ley modificado (“mejorado”, dicen en la Casa Rosada).
“Milei está con confianza y quiere que salga lo antes posible. Creemos que ya están los votos, lo que falta es que no haya ningún cisne negro de acá al martes”, dijo un importante colaborador de la Casa Rosada.
Respecto a los plazos, en la Casa Rosada ya aceptaron pasar la discusión para la semana que viene. La apuesta es que haya dictamen de comisión el martes y sesión el jueves, evitando el tratamiento durante la jornada del paro de la CGT. “Si es por Milei, quiere que los legisladores trabajen el domingo. Pero lo cierto es que te arriesgás a que muchos diputados no lleguen por los vuelos o que falte el personal del Congreso”, dijo un colaborador oficial.
Lo cierto es que el Gobierno, por el imperio de la realidad, cambió sus pretensiones en materia de tiempos y contenido. La semana pasada, en los pasillos de la Casa Rosada apuntaban a que el paro con movilizaciones de la CGT no condicionaría el tratamiento de la ley, y querían aplicarle el mismo estatus que otras marchas, con la aplicación del protocolo de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Pero en las últimas horas reconocieron que resultaría “inconveniente” sesionar con la protesta en la calle.
Además, cambió la actitud de la Casa Rosada hacia el Congreso. Luego de que Milei apuntara a que hay diputados que reciben “coimas” y que el discurso oficial se construyera en un tono muy confrontativo, hoy el portavoz, Manuel Adorni, destacó la colaboración de los bloques amigables. “Queremos destacar el trabajo que se está realizando en la Cámara de Diputados, especialmente, con un sector de la oposición que, de manera razonable, están acompañando y nos han acercado un sinfín de mejoras para hacerle a la Ley Bases”, dijo en su habitual conferencia de prensa.
Letra chica
“Una parte de la oposición está acompañando y trabajando muy duro para que la Ley Bases llegue a buen puerto”, agregó Adorni, que aseguró que los bloques aliados trabajarían “todo el fin de semana” en el proyecto.
Según pudo saber LA NACION, aunque ayer en Casa Rosada antes de la reunión en el Congreso hablaban de “última oferta”, el Poder Ejecutivo también tiene que seguir trabajando en las reformulaciones de la ley ómnibus. En principio, se esperaba que el Gobierno le remita a los diputados el texto de la nueva versión del proyecto, con todos los cambios plasmados. Además, Milei debe definir si acepta los cambios adicionales que reclamaron en Pro, la UCR y Hacemos Coalición Federal.
“Todavía se puede empiojar”, advirtió uno de los diputados que participó de la reunión con Menem, Francos y Caputo, donde este último llevó la voz cantante en nombre del Presidente.
En los apuntes que ayer los enviados del Gobierno les presentaron a los diputados figura la reducción de las facultades extraordinarias de cuatro años a dos (uno más otro prorrogable por el Poder Ejecutivo) y la eliminación de la declaración de emergencia en materia social, de defensa y sanitaria. Además, se quitan las retenciones a las economías regionales y se elimina a YPF como empresa a privatizar.
Por otro lado, se aumenta el corte de los biocombustibles y se elimina la importación de ese producto. También se elimina el capítulo de la ley de sociedades y se hacen cambios en el blanqueo, entre otros puntos, que implican cambios en un centenar de artículos.
Un punto que no quedó por escrito, y que es el más sensible de toda la discusión, es el de las jubilaciones. El Gobierno, que en el proyecto había impulsado la derogación de la fórmula de movilidad actual para pasar a aumentos determinados por el Poder Ejecutivo, ahora les planteó -de palabra- dos caminos a los diputados aliados: o la derogación del artículo de la ley ómnibus (para que siga rigiendo la fórmula actual) o una actualización por inflación (por el Índice de Precios al Consumidor) pero recién a partir de febrero.
Los bloques no quedaron del todo conformes porque apuntaron que en diciembre y enero habrá una fuerte licuación de los haberes jubilatorios.
Además, los aliados plantearon que eximir solo a YPF de las privatizaciones es insuficiente, que hay que seguir analizando el capítulo retenciones por el impacto en la producción de granos y otros productos, y que hay que hacer más cambios en los capítulos referidos a ambiente y cultura.
El otro tema relevante por resolver es el de la reforma electoral. En el Gobierno no querían sacar ese capítulo de la ley y aplazar la discusión para las sesiones ordinarias (como plantearon algunos bloques). Sí mostraron predisposición para quitar los puntos más espinosos, como el sistema de elección de diputados por circunscripción uninominal y la eliminación del piso de cinco diputados por provincia.
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