El "Japonés" García: el barón oportunista que deja el poder tras 24 años
Fue radical y ni el acuerdo con Cristina lo salvó de perder en Vicente López; su vida política, un derrotero de alianzas y causas de corrupción
En 1972, Ricardo "Chino" Balbín se reunía con Juan Domingo Perón en Vicente López. Casi 40 años después, un busto del líder del PJ fue inaugurado en ese partido por un "Japonés" que marcó la historia de uno de los distritos más importantes del conurbano.
Enrique García es uno de los pocos resabios de la concertación kirchnerista. Pese a que compartió boleta con Cristina Kirchner, el peso de 24 años ininterrumpidos de gestión le costó la derrota.
El "Japonés" García entregará por estos días la intendencia de Vicente López a Jorge Macri. Desde que asumió en 1987, formó parte de la UCR y luego de la Alianza hasta convertirse en un auténtico radical K. Logró desplegar su hegemonía en cada rincón del partido con algunas medidas polémicas y dos largas causas por corrupción. Después de seis mandatos consecutivos, y a pesar de formar parte de la ola cristinista, el más antiguo de los barones del conurbano dejará el poder.
Ya en las primarias del agosto último, Jorge Macri le había ganado por 6%. Ni la astucia del publicista ultrakirchnerista José "Pepe" Albistur, ni la masiva presencia electoral de Cristina lo salvó de la derrota.
Lejos del retiro, García sostuvo que desde el primer día será opositor de la nueva gestión: "El «Japonés» trasformó el partido: la costa dejó de ser un basural, se multiplicaron los centros médicos y jardines de infantes. El 100% de las calles están asfaltadas", resaltó ante LA NACION Javier Carrillo, ex jefe de gabinete que acompañó a García desde sus primeros pasos.
Vicente López es el único municipio con casi el cien por ciento de los servicios básicos cubiertos y sin deudas: el distrito tiene un 82% de cobrabilidad de impuestos.
La militancia radical de García se remonta a los 70, en su Villa Martelli natal, uno de los barrios más postergados del distrito. Pese al poder de facto, el "Japonés" mantuvo su comité en la clandestinidad: lo camufló como una biblioteca. En 1983 ganó como diputado provincial, apadrinado por el entonces presidente Raúl Alfonsín y cuatro años después llegó a la intendencia de Vicente López.
Pasaron distintos gobierno, pero García se mantuvo como jefe del distrito. Se sellaron diversos acuerdos que marcaron la política nacional, pero García nunca cedió terreno. "Siempre fue muy elegante cooptando opositores", dijo a LA NACION el concejal socialista Carlos Roberto. García siempre prefirió llamarlo "acuerdos".
Pasada una década al frente de la intendencia, García quiso ascender de categoría. En 1999, García protagonizó una dura interna radical con el intendente de San Isidro, Melchor Posse, por la candidatura a la Vicegobernación provincial. El "Japonés" hizo todo por ser el compañero de fórmula de Graciela Fernández Meijide, pero Posse frustró su máximo deseo. Primero, el consenso partidario lo dejó de lado. Pero García insistió: desafió a su vecino con una interna y volvió a perder.
Frepasistas molestos y causas por corrupción
Ese mismo año, un grupo de concejales decidió revisar las cuentas del distrito y motivaron dos juicios que mantuvieron en vilo a su gabinete. Se trató de casi US$ 3.500.000 que salieron de las arcas municipales sospechados de corrupción. Aunque fueron dos causas, los jueces investigaron mecanismos similares: la contratación a empresas apócrifas por servicios nunca otorgados.
La primera denuncia fue la de los supuestos cursos de capacitación contratados por Dora Zorrilla, ex secretaria de Hacienda del municipio y una leal colaboradora de García. Según determinó el fiscal Lino Mirabelli, se contrató por pagos que sumaron más de US$ 1.200.000 a siete sociedades truchas: eran firmas inexistentes o estaban a nombre de personas indigentes.
En mayo de 2010, el Tribunal Oral Nº 2 de San Isidro condenó a Zorrilla a 2 años y nueve meses de prisión en suspenso. Se trató de una pena excarcelable, aunque expuso a la administración de García al ridículo: la funcionaria devolvió el dinero y desligó a los otros imputados, entre ellos el intendente, que fue sobreseído por la Justicia.
En la otra causa, cinco concejales denunciaron irregularidades en la contratación de servicios de data entry. En 2004, el Tribunal de Cuentas bonaerense afirmó que Granara, una de las empresas a la que se le pagó más de $ 1.200.000, no existía y que a otra de las firmas no se le pudo comprobar el trabajo. El expediente fue derivado a la Corte bonaerense, tribunal que nunca dictaminó. "Todas las denuncias terminaron convalidando lo actuado por el intendente. Fueron problemas políticos judicializados", respondió tajante Carrillo sobre las causas.
Con la Alianza no había vuelta atrás. La ruptura con el Frepaso se hizo evidente en una recordada sesión del Concejo de la madrugada del 24 de diciembre de 2004. "Llegaron con carretillas de ordenanzas para aprobar. Eran negocios que pretendían que tengan una aprobación express. Nosotros sólo pedimos explicaciones", recordó Sonia Martín, una aguerrida concejala del Frepaso. En medio de la discusión, los concejales que respondían a García se fueron del recinto. Los cuatro opositores esperaron junto a un escribano. Hasta las 3.30, que se dieron por vencidos. A las 4, los concejales oficialistas volvieron y votaron.
Radical K
En 2003, García había sido reelecto, aunque con menos votos. Su distancia con la UCR bonaerense era inocultable. En 2005, el Japonés creó el Frente Vecinal de Vicente López, sin el sello de la UCR. Un año después decidió estrecharle la mano al kirchnerismo y viajó en la comitiva de Néstor Kirchner a España. Fue entonces, cuando lanzó: "Los que manejan la UCR no tienen un voto y no representan a nadie".
El paso se confirmó en 2007, cuando fue anfitrión del encuentro de radicales díscolos que apoyaron la candidatura a vicepresidente de Julio Cobos. En octubre de 2008, al destapar el busto de Perón, el intendente recibió al matrimonio presidencial y los declaró "ciudadanos eminentes".
Ya en 2009 el macrismo había ganado en las elecciones en el Concejo Deliberante de Vicente López. Llegó 2011 y con Cristina en los afiches el "Japonés" volvió a aventurarse a las urnas.
Las primarias fueron el primer golpe. En octubre redobló la apuesta: empapeló el distrito con mensajes "vecinalistas" y sacó a su equipo a tocar timbres. Tras una pelea voto a voto, Jorge Macri le arrebató el distrito por cuatro puntos.
"El «Japonés» es un animal político que se va a jubilar el día que se muera", afirmó Carrillo. Acostumbrado al poder, García deberá acostumbrarse al sabor de la oposición.
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