Ironías de la operación contra el caso de los cuadernos
Un juez acusado de cobrar sobornos podría terminar investigando la denuncia contra los que montaron una operación para desestabilizar al fiscal federal Carlos Stornelli , que está cargo de la causa de los cuadernos . Un periodista de reconocida trayectoria corre el riesgo de ser allanado o detenido en las próximas horas.
Los dueños de algunos medios kirchneristas formarían parte del grupo que ideó y llevó a cabo la maniobra contra Stornelli. Sectores de la política, sobre todo de la Coalición Cívica, dan por seguro que espías de la ex-SIDE que comandaron Oscar Parrilli y, de algún modo, el exjefe del Ejército César Milani diseñaron y ejecutaron también la operación para sacarles a Stornelli y al juez Claudio Bonadio la mayor causa de corrupción de la historia. El caso está cargado de ironías. Los que acusan se han convertido en acusados. Los acusados están promoviendo un escándalo que consiguió ya que se hable más de esa operación que de la corrupción en sí misma.
El juez Luis Rodríguez fue denunciado por Carolina Pochetti, viuda de Daniel Muñoz , un exsecretario de Néstor Kirchner que murió en 2016, de haber cobrado varios millones de dólares para cerrar una causa por enriquecimiento ilícito de su esposo.
El histórico contador de los Kirchner, Víctor Manzanares, precisó en calidad de arrepentido ante la Justicia que Rodríguez cobró ocho millones de dólares para mandar el caso al archivo. La situación de Rodríguez está siendo analizada por el Consejo de la Magistratura, donde hoy se abrirán los sobres que contienen las declaraciones juradas de bienes del juez.
El Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires y varias organizaciones y ONG convocaron el jueves pasado a una multitudinaria marcha frente al Consejo para reclamar la inmediata suspensión de Rodríguez. El abogado Ricardo Monner Sans presentó, además, una denuncia penal contra ese juez. Casualidad o no, lo cierto es que Rodríguez podría transformarse en un protagonista importante de la operación contra Stornelli.
Ese juez cuestionado tuvo la primera denuncia por extorsión, en 2016, contra el falso abogado Marcelo D'Alessio. La hizo el empresario de importaciones Gabriel Traficante (el apellido y la ocupación son incompatibles) y quedó radicada en el juzgado de Rodríguez.
El sorteo
Se trató de una denuncia en el marco de la causa conocida como la "mafia de los contenedores" por el contrabando de 561 contenedores con la complicidad de la AFIP conducida por Ricardo Echegaray. El juez la cajoneó durante casi tres años hasta ahora, cuando empezó a moverla. Pero en los últimos días cayó otra denuncia en sus oficinas. Se trata de un anónimo que describe la operación contra Stornelli; el anónimo lo envió una supuesta empleada de un supuesto estudio jurídico que dice haber escuchado una conversación cuyo contenido es muy parecido a lo que sucedió luego.
El anónimo le fue enviado a Stornelli y este lo mandó a sorteo. Salió sorteado el juzgado de Rodríguez, quien delegó la investigación en el fiscal Jorge Di Lello. Di Lello ya llamó como testigos a políticos y periodistas. Para mañana está citada la dirigente de la Coalición Cívica Mariana Zuvic.
Hay dos causas abiertas en otros juzgados por la operación contra Stornelli. Una es la denuncia de la Coalición Cívica (que firmaron la propia Zuvic y la legisladora capitalina Paula Oliveto) por iniciativa de Elisa Carrió.
Esa denuncia contiene las desgrabaciones de las conversaciones telefónicas de Roberto Baratta, exmano derecha de Julio De Vido, con el exfuncionario kirchnerista Carlos Zelkovicz, y las de otro exfuncionario de Cristina Kirchner, Eduardo Valdés, con el exsecretario de Obras Públicas Juan Pablo Schiavi. Todos muestran en sus diálogos que conocen la operación de D'Alessio contra Stornelli.
Esa causa cayó por sorteo en el juzgado de Bonadio. La segunda causa es la que inició el propio Stornelli contra D'Alessio por defraudación. Esa denuncia es investigada en el juzgado del magistrado Julián Ercolini. Rodríguez está en condiciones de reclamar la unificación de todas las causas contra D'Alessio en su despacho porque él es el juez que tuvo la primera denuncia contra el embaucador.
Vínculos con los servicios
Rodríguez es conocido, además, por sus vínculos con la ex-SIDE de Cristina Kirchner. Resulta que también existe una versión según la cual el celular de D'Alessio pertenece a la dotación de teléfonos de la ex-SIDE.
Fuentes políticas señalaron que se advierte una especial excitación entre los servicios de inteligencia que respondieron a Parrilli y a Milani (es decir, a Cristina Kirchner). Carrió, que no esconde su fastidio por el silencio del Gobierno, ampliará hoy la denuncia de la Coalición Cívica en el despacho de Bonadio con ese dato crucial, entre otros. Carrió recusará también al juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, de inocultable filiación cristinista, y lo demandará penalmente.
Esas dirigentes encontraron otra conversación telefónica de Valdés con Schiavi, que está preso en Ezeiza junto con Baratta. Valdés le desliza al exsecretario de Obras Públicas una frase que es una casi confesión: "Decile a De Sousa que deje de adelantar lo que vamos a hacer".
Se trata de Fabián de Sousa, socio de Cristóbal López (los dos están presos por evasión impositiva), dueño de canales y radios kirchneristas. Después de conocer esa conversación, en medios políticos se descuenta que De Sousa forma parte de la operación contra Stornelli. Lo que no sabe aún es si De Sousa y su socio Cristóbal López son, al mismo tiempo, los que financian la operación.
Nadie hace nada gratis cuando deben intervenir, sobre todo, viejos espías de los servicios de inteligencia. Razones no faltan para invertir plata y tiempo en tumbar de la causa de los cuadernos a Stornelli y a Bonadio.
Dirigentes políticos señalaron que la declaración como arrepentido del contador Manzanares es mucho más devastadora para el cristinismo de lo que cualquiera cree.
El juez Bonadio todavía no homologó las extensas confesiones (más de 23 horas de declaraciones) de Manzanares ante Stornelli. Lo que no explica es el afán de Valdés por anticipar él mismo que están en medio de una operación secreta, que ya de secreta no tenía nada.
Periodismo
En ese infierno de operaciones quedó atrapado el periodista de Clarín Daniel Santoro, quien confió de buena fe en D'Alessio como una fuente de información.
Los periodistas tienen la obligación de escuchar a buenos y malos, a reyes y mendigos. La segunda obligación que tienen es la de chequear esas fuentes antes de publicar la información. No hay en la causa que lleva en Dolores el juez Ramos Padilla ninguna información publicada por Santoro que pueda cuestionarse.
Lo que hay son conversaciones y chats con D'Alessio que el juez convierte en pruebas de la complicidad de Santoro con las supuestas extorsiones del falso abogado.
Una versión que circula en medios políticos y judiciales señala que Santoro podría ser citado por Ramos Padilla a declaración indagatoria, que podría allanar su casa y que hasta podría ordenar su detención en los próximos días.
El allanamiento a la casa de un periodista no es cualquier allanamiento; ahí suelen estar archivos y las fuentes de información protegidas expresamente por la Constitución. Una eventual detención de Santoro sería una grosería judicial de una dimensión incalculable. Un periodista juzgado y preso por la calidad de sus fuentes de información. ¿Un anticipo de lo que sería el cristinismo si retomara el poder? La ofensiva contra Santoro fue repudiada ya por ADEPA, Fopea y el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires.
Santoro recibió el Premio Moors Cabot de la Universidad de Columbia, el Premio Rey de España y el Konex de Platino a lo largo de su trayectoria profesional. Son las tres distinciones más importantes con las que puede ser galardonado un periodista. Es también una buena persona.
Esa cualidad le suele jugar a veces malos momentos, porque tiende a confiar en personas que no merecen su confianza. ¿Significa eso un delito? ¿Debe ir preso por eso? ¿Merece un campaña de desprestigio como pocas veces se vio? Desde ya que no. Su problema es que cayó en manos de una banda de estafadores que no tienen límites ni medidas. Criaturas que nacieron a la sombra de Cristina Kirchner. Ella dice estar en modo buena, pero es evidente que su prioridad sigue siendo la venganza.
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