Investigan llamadas de Stiuso en la madrugada de la muerte de Nisman
Hubo contactos entre un teléfono del ex espía, el de un policía retirado de la Federal y el de un custodio del fiscal
La madrugada posterior a la muerte de Alberto Nisman, un teléfono del ex espía Antonio Stiuso se comunicó con el de un policía retirado de la Federal, que, a su vez, hablaba por teléfono con el custodio Luis Miño, que esa noche estaba en lo del fiscal.
Así lo informaron a LA NACION fuentes judiciales y policiales al tanto de los resultados del último análisis sobre las antenas de teléfonos activadas en la zona del edificio Le Parc de Puerto Madero, donde fue encontrado muerto el fiscal.
Los investigadores sospechan que el policía retirado -cuyo apellido es Goncalvez Pereyra- ofició de canal para transmitir información a Stiuso. Planean tomarle declaración.
Según la autopsia oficial, Nisman murió cerca del mediodía del domingo 18 de enero. Fue encontrado muerto después de las 22 de ese mismo día. Apenas pasada la medianoche, uno de los diez Nextel a nombre de Goncalvez Pereyra llamó al teléfono de Miño, uno de los dos custodios que estaban en el operativo en el departamento de Nisman. Pocos minutos después, ese mismo Nextel de Goncalvez Pereyra llamó a uno de los teléfonos que pertenecían a la flota de Stiuso.
Este detalle lo obtuvo LA NACION de fuentes oficiales al tanto del resultado del peritaje, que está a cargo de la División Fraudes Bancarios de la Policía Federal. Dijeron también que a las 5 de la mañana del 19 de enero el Nextel de Goncalvez Pereyra volvió a llamar al de Miño, pero, según surge del peritaje, la llamada no fue respondida.
De acuerdo con los registros de la policía, Goncalvez Pereyra se retiró en 2012. Fuentes de la fuerza dijeron que trabaja para empresas de seguridad privada. En los tribunales creen que trabajó con Miño en "adicionales" (contrataciones de servicios policiales).
El informe sobre las llamadas fue ordenado por la fiscal Viviana Fein.
Uno de los primeros datos que había llamado la atención de los investigadores es que, después de que murió Nisman, se registró un incremento en las comunicaciones entre Stiuso y Alberto Massino, otro ex alto directivo de la Secretaría de Inteligencia.
Massino y Stiuso tenían una relación cercana y ya declararon en la causa como testigos. Massino fue una de las últimas personas que tuvieron contacto con Nisman. Dijo que hablaban muy seguido y contó que la última vez el fiscal le dijo que estaba preocupado porque buscaba con insistencia a Stiuso y no lograba dar con él.
De acuerdo con las pruebas de la causa, Nisman intentó comunicarse con Stiuso, vía Nextel, tres veces el sábado 17 de enero, un día antes de ser hallado muerto. Stiuso no lo atendió. "Tenía el volumen bajo. No lo escuché", declaró ante Fein. No dijo por qué no le devolvió las llamadas.
En cuanto a los custodios, están bajo sospecha desde que se supo que tardaron medio día en averiguar qué pasaba con Nisman el 18 de enero, cuando habían quedado en encontrarse con él por la mañana y el fiscal nunca les contestó.
La diputada Elisa Carrió denunció una "zona liberada", de la que responsabilizó al Gobierno.
Tres de los custodios de Nisman fueron pasados a disponibilidad poco después de la muerte del fiscal y denunciados por sus propios jefes. Ayer, en un despacho oficial dijeron a LA NACION que su destino dependerá de lo que surja del expediente de Fein. "La suerte de los custodios en la fuerza está echada a lo que suceda con la investigación judicial", afirmó una fuente cercana al secretario de Seguridad, Sergio Berni.
Los tres policías son el suboficial escribiente Rubén Benítez, que era el jefe de la custodia y dijo que Nisman le había pedido ayuda para comprarse un arma, y los sargentos Armando Niz y Miño, los dos suboficiales que trabajaron en Le Parc el día de la muerte.
Si bien la sospecha de una "zona liberada" circula desde los primeros días, fuentes de la causa dijeron ayer a LA NACION que por el momento no tienen más pruebas que los elementos que son públicos. Sobre esa base están investigando qué fue lo que pasó.
Piden datos a Uruguay en el caso por lavado
El juez federal Rodolfo Canicoba Corral pedirá colaboración a la justicia uruguaya para investigar la compra de tres terrenos en el complejo Pueblo Mío, en Punta del Este, que están a nombre de la madre de Alberto Nisman, Sara Garfunkel.
Canicoba Corral y el fiscal Juan Pedro Zoni investigan por presunto lavado de dinero a la madre y la hermana de Nisman y a Diego Lagomarsino, el empleado que le dio el arma con la que fue hallado muerto.
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