Internas y números: el “rechazo social” decidió al Gobierno a suspender la Copa América en la Argentina
En la Casa Rosada dicen que el Presidente optó por no realizar el torneo por el “costo político” que tendría en pleno año electoral; el aval que había dado Carla Vizzotti y la advertencia de Nicolás Kreplak
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“No había margen social para seguir adelante. Íbamos a pagar un costo político alto”. La expresión, de boca de uno de los ministros del gobierno de Alberto Fernández que participó de las conversaciones, refleja el pensamiento del oficialismo, que decidió comunicarle a la Conmebol que finalmente no se jugará en el país la Copa América de fútbol, cuyo comienzo estaba previsto para el 13 del mes próximo. Hasta la semana pasada, el Gobierno planeaba convertirse incluso en único anfitrión de todo el campeonato.
Más allá de las declaraciones oficiales -el propio Presidente afirmó hoy que las sedes elegidas para el torneo están en alerta epidemiológica y que no quería “sumar un riesgo” a la actual situación sanitaria-, fuera de micrófono admiten una “decisión política” y sostienen que estuvo motivada en el rechazo social a la realización de la Copa América, incluso entre los votantes del kirchnerismo.
Una encuesta de la consultora Poliarquía, publicada por LA NACION anteayer, advirtió que el 70% de los entrevistados respondió que el país “no debería organizar” el torneo. “La encuesta no la miramos, y riesgo epidemiológico había poco, pero sí era un mensaje confuso para la sociedad”, dijo una fuente cercana al Presidente. “¿Cómo le decís a la gente que no abren las escuelas o los negocios y al mismo tiempo se juega un torneo internacional?”, alegó.
Ese fue -dicen en el Gobierno- el mensaje compartido durante el domingo por el Presidente, su jefe de gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, en conversaciones y chats simultáneos con la ministra de Salud, Carla Vizzotti, su par de Deportes y Turismo, Matías Lammens, y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, otro de los referentes del Frente de Todos que coincidió en la necesidad de “parar la pelota” y suspender la realización de la que podría ser la última Copa América que juegue Lionel Messi. “Todos querían que se jugara, incluidos Máximo [Kirchner] y Axel [Kicillof], pero nos fuimos dando cuenta de que no se podía”, se defiende un funcionario cercano al Presidente.
El domingo por la mañana, sin embargo, Vizzotti había minimizado el riesgo sanitario de la llegada de las delegaciones extranjeras (unas dos mil personas en total, ubicadas en un sistema de burbujas). “El Ministerio de Salud analiza que la cantidad de personas que puede movilizar la organización del evento no es un número tan importante. Cumpliendo los protocolos y siguiendo las recomendaciones, se puede implementar”, consideró la ministra a su regreso de México y Cuba.
La advertencia kirchnerista
De todos modos, el rechazo del kirchnerismo duro había quedado claro antes, con las palabras de Nicolás Kreplak, el viceministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, quien la semana pasada había afirmado: “A veces las organizaciones grandes [por Conmebol] imponen reglas homogéneas para todos y eso puede ser un problema si no entendemos el momento que estamos viviendo. Desde mi punto de vista sería mejor si se pospusiera un par de meses”. Fue el lunes pasado, en declaraciones a radio El Destape.
No escapó tampoco al Presidente y sus referentes que, desde el expresidente Mauricio Macri hasta funcionarios de Horacio Rodríguez Larreta, la oposición criticó en duros términos la realización de la Copa América en la Argentina. Hasta la semana pasada era un hecho consumado que se jugarían partidos de la copa en el país. El jueves pasando, incluso, el gobierno argentino se reunió con la Conmebol para definir si la Copa América se realizaba en forma íntegra en la Argentina.
“En la reunión con directivos de la Conmebol le pedí tiempo hasta el lunes, o sea hoy”, dijo el Presidente en una entrevista para radio Splendid. De todos modos, las declaraciones de De Pedro en la tarde del domingo, en las que se preanunciaba la decisión oficial, alertaron a la entidad que preside el paraguayo Alejandro Domínguez. “Es muy difícil que se juegue la Copa América en Argentina por la situación de alerta epidemiológico”, había dicho De Pedro al canal C5N. Fue la prueba de que el debate interno ya había concluido.
“No diría que desde la Conmebol se enojaron, pero sí preguntaron por qué no les avisamos antes”, confesaron cerca de otro de los ministros que siguió minuto a minuto los vaivenes oficiales, que terminaron en la negativa a organizar el torneo.
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