Gildo Insfrán apeló el fallo judicial que permite la libre circulación y desafía las advertencias de la Nación
La medida se contrapone con un decreto presidencial que impide establecer ese tipo de restricciones; también los formoseños cuestionan la intransigencia del gobernador
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En una actitud que lo muestra acorralado por primera vez desde que comenzó la emergencia sanitaria, el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, apelará el fallo de la Justicia Federal que le ordena dejar entrar y salir libremente de la provincia a todo aquel que tenga PCR negativo, sin necesidad de realizar cuarentena en un centro de aislamiento.
El blindaje del acceso a Formosa es el mayor símbolo del duro régimen sanitario, la medida que más lo diferencia del resto del país. “Insfrán ha llegado a decir que Formosa no es parte de la Argentina y hace del aislacionismo su principal fortaleza”, dijo Adrián Bogado, su rival en las últimas elecciones.
Hasta ahora Insfrán, que gobierna la provincia desde hace 25 años, había asimilado los fallos judiciales adversos a sus medidas sanitarias o las protestas y reclamos de los propios formoseños, haciendo lugar a los cuestionamientos y flexibilizando sus medidas.
Con la apelación, Insfrán parece realizar un desafío abierto a tres bandas: a la Justicia Federal, por el decreto presidencial 168/21 que ordenó la libre circulación entre provincias, y a la voluntad de miles de formoseños que aguardan el momento para poder entrar o salir libremente de la provincia.
Por motivos de estudio, trabajo, por cuestiones familiares o simplemente para hacer turismo, son cada vez más los formoseños que quieren poder viajar sin necesidad de quedar encerrados 14 días. Actualmente no lo pueden hacer porque quedarían encerrados dos semanas en un centro de aislamiento o en un hotel pagado de su bolsillo a su regreso.
“Hace casi un año que no puedo atender mis negocios fuera de la provincia”, dijo a LA NACION un empresario con presencia en todas las provincias del NEA. “Si me voy, a la vuelta me van a poner en cuarentena”, razonó.
Durante la pandemia, miles de formoseños evitaron trasladarse, así como también residentes con familiares en otros lugares del país. El río Bermejo separó a familias enteras de un día para el otro, casi como el Muro de Berlín en la capital alemana en los años 60. En las localidades gemelas de Puerto Eva Perón-Mansilla o General San Martín-El Colorado, la gente celebró cumpleaños o compartió momentos arrimándose a la orilla para saludarse desde lejos.
Otros, con más urgencias, se tiraron a nadar e incluso Insfrán tuvo que cargar políticamente con el primer fallecido relacionado con sus medidas, antes incluso que se registrara una muerte por Covid. Mauro Bogado, de 23 años, se ahogó cuando intentó cruzar a nado para volver a ver a su esposa y su hijita de 3 años.
“Nosotros tenemos que poner la cara y decirles que no a la gente que quiere cruzar y se la agarran con nosotros”, le dijo a la nacion, un agente de la policía formoseña apostado en el puente General San Martín hace diez días, cuando por fin el gobierno de Insfrán dejó ingresar a unos pocos periodistas de Buenos Aires sin necesidad de realizar la cuarentena completa.
Desafío a Alberto Fernández
Con la apelación al fallo de la Justicia Federal, Insfrán también está yendo en contra del último decreto 168/21 del Presidente, que puso límites a algunas medidas que limitan la libre circulación. Ese decreto limita a los gobernadores e indica que solo podrán poner en cuarentena a las personas si son positivos, tienen síntomas o son sospechosos de Covid por un contacto estrecho.
“El gobernador (por Insfrán) ha tomado una serie de decisiones que son restrictivas de la libertad ambulatoria, y que nosotros en el último decreto tratamos de corregir y subsanar por ejemplo que no haya límites para pasar de una provincia a otra y esas cosas que nos parecen desmedidas”, explicó hace cinco días Fernández en una entrevista por televisión.
Para la concejal opositora Gabriela Neme, los próximos días serán cruciales para entender la actitud que tomará Insfrán y si no acata será un motivo suficiente para ordenar la intervención de la provincia.
“Antes no estaba a favor de la intervención de la provincia, pero a partir del abierto desafío de Insfrán al decreto 168/21 del Presidente, me parece que la Nación debe tomar medidas”, explicó la concejal a LA NACION. Neme es la concejal que fue detenida junto a su colega Gabriela Ruiz Díaz en un operativo policial escandaloso en enero pasado, mientras denunciaban las malas condiciones que padecían personas en un centro de aislamiento.
Luego de esa polémica detención y la visita del secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, Insfrán flexibilizó el encierro al permitir que las familias con niños hicieran la cuarentena en sus domicilios. O que las personas puedan optar los últimos 4 días de aislamiento de los 14 en sus casas. También permitió que mucha gente volviera a sus casas y se dejaron de extender las cuarentenas en forma discrecional. Influyó en el giro el malestar social expresado en las calles.
Protestas
La última crisis que enfrentó Insfrán estalló el jueves 4 de marzo cuando instauró por cuarta vez la fase 1 en la capital por 21 contagios reportados ese día. Inmediatamente comenzaron protestas que un día después alcanzaron la mayor virulencia vista jamás contra el mandatario que gobierna hace un cuarto de siglo.
Hubo 104 detenidos, balas de goma y palazos contra manifestantes que en su vida habían pasado por una comisaría. Casi todos tenían menos de 25 años.
Insfrán se asustó y dio marcha atrás en los hechos. Si bien no levantó la fase 1 de la cuarentena permitió que todo el mundo la violara abiertamente.
Los bares abrieron con la precaución de poner las mesas en las veredas y la gente acudió masivamente, demostrando que está harta del encierro. Nadie hizo nada para revertir ese desmadre de la fase 1. Tampoco se prohibió a los comerciantes de rubros no permitidos en esta fase que abrieran sus negocios. “Esperamos que nos multen, pero no podemos dejar de trabajar”, señaló el encargado del bar Orozco, un lugar muy concurrido del boulevard 25 de Mayo.
“Que me cierren si quieren, pero yo tengo que trabajar”, dijo a LA NACIÓN, Estela, la dueña de una peluquería canina. Esta señora por estas horas es una de las miles que observa los próximos acontecimientos con expectativa, ya que hace dos meses quiere viajar a Resistencia a ver a su nieta.
“Si vuelvo tendré que estar encerrada 14 días y no me puedo permitir no trabajar”, explicó.
Un análisis distinto hace Marcos Amarilla, titular de la Cámara de Industria y Comercio de Formosa. “Para mi que el gobierno nacional le está dando a Gildo una salida para salir de esto. Si se libera y explotan los contagios, Insfrán le podrá echar la culpa a otro”, expresó.
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