Inquieto por el desafío opositor, Gildo Insfrán da marcha atrás con todas las duras restricciones
La unificación de candidaturas de JxC pone al gobernador-caudillo en aprietos electorales; en pocos días desmanteló el sistema más rígido del país contra la pandemia de coronavirus
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FORMOSA.- “Es cierto que no obtuvimos los resultados que esperábamos obtener, pero también es cierto que no perdimos, ganamos, ¿eh?”, dijo el gobernador Gildo Insfrán en una inauguración en el Barrio Guadalupe de la capital formoseña, uno de los lugares donde al oficialismo no le fue nada bien en las últimas PASO.
Los observadores de la política de Formosa coinciden: hacía mucho tiempo que no se lo veía a Insfrán tan preocupado y con temor a sacar otro mal resultado en las próximas elecciones del 14 de noviembre. Acaso una derrota lisa y llana. Las PASO fueron un verdadero baldazo de agua fría para el caudillo peronista que gobierna hace 26 años y ganó seis reelecciones consecutivas, la última de ellas con un margen de 70% a 30% sobre el opositor Adrián Bogado, hace apenas dos años.
El 12 de septiembre el veterinario de Laguna Blanca se llevó un susto cuando su delfín, Ramiro Fernández Patri, apenas sacó unos pocos votos más que la sumatoria de los dos grandes rivales que, además, emergieron con esta pandemia: el exjuez federal Fernando Carbajal; y la concejal del peronismo disidente Gabriela Neme. Fernández Patri obtuvo 151.978 votos (48,15%), mientras que Carbajal obtuvo 90.987 y Neme 60.224, lo cual dio un total de 151.200 votos (48%).
Apenas 767 sufragios separaron al candidato “gildista” de la cantidad que cosecharon los dos opositores que días después, limando algunas asperezas y con la intervención directa de figuras como Patricia Bullrich y Elisa Carrió, aceptaron aliarse de cara al próximo 14 de noviembre.
Gildo perdió en su gran bastión, Formosa capital, donde se concentra el grueso de los empleados públicos, base de su poder político. Fernández Patri obtuvo 51.853 contra 46.451 de Carbajal y 35.717 de Neme. Fernández Patri obtuvo resultados muy magros en las zonas más pobres de la capital, como el barrio Nueva Formosa, donde se entregaron 2.500 viviendas con el instituto habitacional de la provincia y se prometieron 5.000 más.
Todos hacen el mismo cálculo: con otro mal resultado en las generales, además de quitarle uno de las dos bancas a diputado nacional que pone en juego el oficialismo provincial, también generaría una expectativa de cambio real por primera vez en más de un cuarto de siglo.
El temor de Insfrán se vio reflejado en declaraciones fuertes, casi bravuconadas, que sorprendieron a la propia tropa. “Me voy a quedar otros 25 años más”, fue una de las primeras sentencias sorprendentes del gobernador. El formoseño nunca hace alarde de la que es una de sus principales debilidades: su polémica permanencia “eterna” en el poder gracias a la no menos polémica reelección indefinida. Algo que ya se considera “prehistórico” en el resto de las provincias.
A tal punto, que Carbajal tiene preparada una presentación ante la Corte Suprema para pedir que se anule la reelección indefinida, a partir de un fallo de la Corte Interamericana de Justicia que podría reinterpretar el caso Formosa. Pero el exjuez -que ayudó a muchos formoseños a ingresar a la provincia durante la etapa más dura de las polémicas medidas sanitarias de Gildo- aguardará a que pasen las elecciones para esa jugada.
¿Cómo reaccionó Gildo Insfrán para revertir el mal resultado? El caudillo peronista directamente borró con el codo todo lo que escribió con la mano en la cuarentena más exigente de la Argentina. Esa que obligó a miles a dormir a la intemperie para ingresar a Formosa del lado chaqueño del río Bermejo, y que mantuvo en centros de aislamiento a personas sanas que apenas habían tenido un contacto estrecho con algún positivo de Covid.
Esas medidas duras que generaron detenciones ridículas por infracciones mínimas, como un hotelero que llevó una cerveza a una persona sana que hacía la cuarentena obligatoria de 14 días. “Ya no quiero hablar de la pandemia, quiero dejar atrás eso. El que diga que la pandemia no le afectó, está mintiendo, porque nos afectó a todos”, dijo Insfrán el jueves en el Barrio Guadalupe, donde inauguró la Casa de la Solidaridad.
Insfrán ya reconoce ahora lo que antes negaba sistemáticamente: la pandemia afectó a todos. El encierro devastó al pueblo formoseño. “Todo el que dice que a mí la pandemia no me hizo nada, miente. Hasta los que tuvimos la suerte de no tener la enfermedad igual sufrimos un daño, que es un daño mental”, admite ahora el mejor amigo de la flexibilización de todas las actividades posibles.
El lunes 4 de octubre, los alumnos de las escuelas públicas formoseñas caracterizadas por el Techo Azul, como también de las privadas, volverán masivamente y sin más restricciones a las aulas tras casi dos años de virtualidad o el régimen mixto. Una medida que el gobierno nacional había habilitado ya hace más de 40 días, antes de las elecciones primarias.
Apuntando a los más jóvenes, donde perdió muchos votos por el larguísimo encierro, Insfrán habilitó la apertura de los boliches, las fiestas y las reuniones con un aforo del 50 por ciento. Además, liberó toda restricción para ingresar a Formosa, que vuelve a ser una provincia “dentro de la Argentina”.
Para la persona que está vacunada con las dos dosis, ya no se necesita ingresar con PCR negativo y ni siquiera se tiene que hacer un hisopado rápido. Quien tiene solo una vacuna, puede hacer el test rápido y seguir viaje por la ruta 11 a Formosa capital, una ciudad donde durante un tiempo las líneas de colectivos de larga distancia optaron por no viajar por lo durísimo de las medidas. ¿Qué hacían las empresas de buses? Vendían tickets pero los pasajeros debían trasladarse por sus propios medios y a su propia suerte hasta Resistencia, a 300 kilómetros.
Antes para ingresar a Formosa había que sacar un turno en la página web oficial, ir con un PCR negativo de 72 horas (no el rápido), hacer un nuevo test a la entrada y aislarse hasta que éste confirmara el negativo. Todo eso, mientras dos policías se apostaban en la puerta del hotel que la persona que podía pagar elegía a fin de evitar tener que ir a un centro de aislamiento a compartir habitaciones de hasta 20 ó 30 camas con completos extraños.
Insfrán pagó caro todas esas exageraciones que defendió a capa y espada y hoy quiere dejar atrás, como si fuera una pesadilla y no la bandera que levantó para diferenciarse del resto del país.
Otro clásico de Insfrán también apareció esta semana: el aumento del salario a los estatales. Anunció una mejora del 10 % para los empleados públicos, que pasarán a cobrar un mínimo de bolsillo de $42.000. Este incremento se suma al 42% que habían pactado los estatales en febrero y comenzará a pagarse el mes que viene, para que los bolsillos lleguen con algo de “platita” extra al 14 de noviembre. También las asignaciones familiares se incrementaron en un 50 %, en una medida que distribuirá en los bolsillos de los estatales unos $1.250 millones adicionales al mes, según estimaciones oficiales.
Insfrán también aprovechó para sumar caras nuevas a su gabinete, desgastado por las 560 conferencias de prensa diarias e ininterrumpidas que dieron sus ministros, integrantes del Consejo de Atención Integral de la Emergencia Covid-19, con el polémico Jorge González a la cabeza. Insfrán incorporó a Luis Basterra, cesanteado tras la designación de Julián Domínguez. Basterra fue a Cultura y Educación, mientras que Silvia Segovia asumió en Turismo y Gloria Giménez en Comunidad.
Por último, el as en la manga que jugará Insfrán será la Ley de Lemas para las categorías de diputados provinciales y concejales que también se renovarán parcialmente. “Alguien nos enseñó que lo único que vence al tiempo es la organización, así que no se preocupen, la organización en Formosa está”, dijo Gildo a sus partidarios.
Como siempre, la ley de Lemas en las categorías para diputados provinciales y concejales generará una confusión por la gran cantidad de boletas con las tres categorías. Algo que le da la posibilidad a Insfrán de establecer un sistema de premios y castigos entre sus coroneles y punteros y ponerles dinero en el bolsillo para que salgan a buscar votos en los barrios.