Influencias y favores políticos generan tensión en la definición de los ascensos en el Ejército
Causó malestar en el jefe de la fuerza, el general Guillermo Pereda, la inclusión de militares que fueron incorporados por presiones oficiales; no habían pasado el filtro de la Junta de Calificaciones
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Supuestos favores e influencias del poder político al completar el listado de los ascensos militares propuestos para lograr el acuerdo del Senado generaron malestar en el Ejército. Las inclusiones de tres oficiales para llegar al grado de general y uno para ser designado coronel molestaron al jefe de la fuerza, el general Guillermo Olegario Pereda, por tratarse de personal que no había superado las evaluaciones de la Junta de Calificaciones.
El conflicto demoró la tramitación de los ascensos, cuyos pliegos aún son motivo de gestiones entre el Ministerio de Defensa y la Casa Rosada y todavía no fueron enviados al Senado, donde esperan tratamiento desde hace varias semanas las propuestas de ascensos para la Armada y la Fuerza Aérea.
“El general Pereda se negó en reiteradas oportunidades a que sean incluidos los oficiales agregados porque no superaron los filtros institucionales y fueron incorporados por amistad y conveniencias políticas”, reveló una fuente castrense a LA NACION.
Los ascensos propuestos pertenecen a la promoción 118 del Colegio Militar y debían haber sido tratados en diciembre de 2021, pero durante la gestión de Alberto Fernández todos los años se pospusieron los ascensos en las Fuerzas Armadas.
Militares propuestos
Los nombres añadidos a la lista que había surgido del Ejército, para ser ascendidos al rango de general, son los de los coroneles José María Martínez Rodríguez y Gustavo Rubén Fernández, ambos de la especialidad de Intendencia, y Oscar Roberto Armanelli, exdirector de la Escuela Superior de Guerra y actual decano de la Facultad del Ejército. A ellos se suma el teniente coronel Agustín Marcelo Rodríguez, que fue jefe de la Casa Militar durante la presidencia de Cristina Kirchner, y a quien se propone para el ascenso a coronel, con retroactividad a 2017, con la aparente intención de dejarlo en condiciones de ser promovido más tarde a general.
La inclusión de estos nombres obligó a sucesivos mensajes entre el Ministerio de Defensa y la Secretaría de Legal y Técnica para completar la propuesta de los ascensos.
La primera incorporación resistida por Pereda fue la del coronel Fernández, que cumple funciones en la Subsecretaría de Planeamiento Operativo y Servicio Logístico de la Defensa, bajo las órdenes de Lucía del Carmen Kersul. En esa área del ministerio que conduce Jorge Taiana se gestionan las contrataciones importantes de las Fuerzas Armadas y el uso del Fondo Nacional de la Defensa (Fondef), creado para financiar el equipamiento militar. En la propia fuerza se le cuestiona su participación en la compra de chalecos antibalas que no habrían pasado pruebas de calidad.
Al agregarse el nombre del coronel Fernández se sumó el del coronel Martínez Rodríguez, que le precede en antigüedad.
Uno de los cuestionamientos a la promoción del teniente coronel Agustín Marcelo Rodríguez es que todavía se mantiene abierta una causa judicial sobre gastos en su gestión al frente de la Casa Militar, que dependía de Oscar Parrilli, entonces secretario general de la Presidencia. Rodríguez es hoy jefe de seguridad de la Casa de la Moneda.
Fuentes castrenses insisten en que la figura del coronel Armanelli está asociada al actual jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Agustín Rossi, de quien fue colaborador en su gestión como ministro de Defensa, además de jefe del Regimiento de Granaderos a Caballo. Varios oficiales que habían quedado por encima de él en las selecciones de la Junta de Calificaciones no fueron propuestos para el ascenso.
La situación no es ajena a las tensiones internas en el ámbito militar. Se especula con que algunos de los oficiales añadidos tendrían cierto respaldo en el Estado Mayor Conjunto de Las Fuerzas Armadas, que conduce el teniente general Juan Martín Paleo.
En el Senado, en tanto, se encuentra desde hace varias semanas el pliego del ascenso del propio Pereda a teniente general, el grado que corresponde a la función que ocupa como jefe del Ejército.
La lista original para los ascensos que salió del Ejército con el aval de Pereda no contemplaba a ninguno de los oficiales superiores agregados por gestiones políticas. Incluía a dos generales de brigada en condiciones de pasar a generales de división -Gustavo Alejandro Garcés Luzuriaga, director general de Educación de la fuerza, y Sergio Javier Pucheta, comandante de Adiestramiento y Alistamiento- y a ocho coroneles para ser promovidos a general.
Ellos son Oscar Santiago Zarich, Javier Alberto Palazon, Hugo Alejandro Tabbia y Miguel Ángel Salguero, todos ellos comandantes de brigadas; Carlos Alberto Carugno, director general de Personal y Bienestar; Roberto Casares, comandante de la División de Ejército 2; Omar Horacio Domínguez, director del Hospital Militar Central, y Francisco Javier Oteo, director de Arsenales. Todos ellos se mantienen en el pliego que llegará al Senado, junto a los oficiales incorporados en las últimas semanas.
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