Inédito acto K en Avellaneda: una catarsis militante bajo una térmica infernal y un plan para que Cristina sea candidata
Organizado por Larroque, las agrupaciones kirchneristas participaron de un plenario para recuperar la mística y generar un clamor para que la vice se vuelva a subir a la boleta; dirigentes kirchneristas arengaron a la tropa bajo un calor sofocante; Kicillof y Máximo Kirchner a cargo del acto de cierre
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El aire quema. Carlos Zannini tiene la chomba empapada y Daniel Gollán, a su lado, parece derretido. El procurador del Tesoro y el diputado son dos de los dirigentes que se pusieron al frente de uno de los 15 gazebos blancos que se desplegaron en el predio de la Universidad Tecnológica Nacional de Avellaneda. El plenario que organizó Andrés “Cuervo” Larroque sirvió para inaugurar un clamor para que la vicepresidenta sea candidata pero fue, además, una gran catarsis de militantes kirchneristas.
“Luche y vuelve. Cristina 2023″, fue el título que guió al evento y que, sin eufemismos, se propuso generar un nuevo clima político para que Cristina Kirchner revea su decisión y se postule a presidenta este año. Pero el objetivo fue, además, revitalizar a una militancia que venía muy alicaída y desencantada. Larroque, autorizado por la vicepresidenta, activó con ese fin a una nueva organización, “La Patria es el Otro”, que incluye una decena de agrupaciones ultra kirchneristas.
De acuerdo a un colaborador del kirchnerismo, hacía casi una década que La Cámpora no organizaba un plenario militante de estas características, con un despliegue de más de 15.000 personas. El recuerdo más parecido es el plenario que la “orga” hizo en el Mercado Central en 2014.
“Este es el puntapié inicial de un movimiento popular que termine con la candidatura de Cristina. La idea es generar las condiciones para que la compañera decida encabezar la fórmula presidencial”, dijo un colaborador de La Cámpora.
La vicepresidenta no participó del plenario de Avellaneda pero tampoco impidió su organización. De hecho el viernes, en Viedma, no repitió que no será candidata a nada (como hizo en dos oportunidades), lo que hubiera vaciado de sentido el encuentro militante.
Para el evento militante -que se inició con un acto de apertura de Larroque y el intendente de Ensenada, Mario Secco- se dispuso un fuerte operativo. Cada carpa actuó como una comisión que aglutinó a unos 300 militantes y al frente las largas plateas de las sillas plásticas se ubicaron cuatro o cinco dirigentes reconocibles del universo K. El ex vicepresidente Amado Boudou, el senador Oscar Parrilli, los sindicalistas Omar Plaini y Sergio Palazzo, la funcionaria bonaerense Victoria Donda, el diputado Leopoldo Moreau y el exlegislador Héctor Recalde, fueron algunos de los que ofrecieron discursos de arenga contra la presunta “proscripción” de Cristina.
El acto final y coronación de la jornada fue en la cancha de fútbol del predio. Axel Kicillof, uno de los oradores, dijo: “Hubo vivos que creyeron que se podía hacer un peronismo sin Perón. No se podía, como hoy no se puede hacer un peronismo sin Cristina”. Máximo Kirchner cerró el encuentro. “Buscan descabezar una fuerza política porque saben que es muy dificil instalar candidatos y candidatas a los que la gente les crea en este estado de situación”, lanzó y dijo que “las elecciones tienen un tinte amañado”. Culminó su discurso con un claro mensaje a Alberto Fernández. “Parece mentira q haya compañeros que estén más interesados en ganarle a Cristina en vez de sacar al país adelante”, dijo.
Eduardo “Wado” De Pedro participó en las gradas que se montaron en el escenario junto a medio centenar de dirigentes, pero no tomó el micrófono. El ministro del Interior tuvo que salir a reparar esta semana la indignación que generó en el núcleo duro K la foto que lo capturó junto al ejecutivo del grupo Clarín, Jorge Rendo, en Expoagro. Su figura acapara todas las miradas del universo K porque es quien más se prepara para ser el candidato presidencial del espacio, mientras todos esperan las definiciones de la vice.
Logística y 24 de marzo
La logística que desplegó el kirchnerismo contempló un batallón de militantes vestidos con pecheras negras identificados como “organización”. Únicos encargados de la seguridad de la multitud, repartían botellas de agua y ofrecían a la gente que se mojara la cabeza para paliar el calor infernal. La térmica superó los 41 grados.
“Esto no se trata solo de amar a Cristina o no. Tiene que ver con la patria. El 24 de marzo empecemos a correr la bola y seamos indisciplinados. Marchemos de la plaza al palacio de la Corte Suprema. Se tienen que ir”, se escuchó temprano a un referente de un centro de estudiantes que tomó el micrófono en una de las carpas, apenas oxigenada con algunos ventiladores de pie.
En las comisiones que tuvieron lugar durante la tarde, las proclamas contra la Justicia y el pedido para que Cristina sea candidata se mezclaron con propuestas para exhibir músculo militante en el tramo que queda hasta el cierre de listas, en la tercera semana de junio.
Como parte de ese cronograma, al frente de varios gazebos, de hecho, se colgaron carteles impresos sobre un fondo negro. Rezaban “El 24 de la plaza a la Corte”. La cúpula K había desactivado una movilización en defensa de Cristina Kirchner el Día de la Memoria, luego de que la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, reclamara públicamente que no se mezclara la histórica convocatoria de los organismos de Derechos Humanos con el pedido contra la “proscripción” de la vice. Hubo, incluso, una foto en la sede de Abuelas, en la que participó el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, para ahuyentar cualquier rumor de rispidez entre el kirchnerismo y los organismos.
Pero ahora la consigna –que no tiene el acuerdo de toda la alta dirigencia kirchnerista- se intentó reactivar con la idea de que el 24 de marzo se adose a la marcha la consigna en defensa de la vice y que algunas columnas finalicen la movilización, no en la Plaza de Mayo, sino en el Palacio de Tribunales.
El documento que ofició como disparador del debate en las comisiones trazó un paralelismo entre Cristina Kirchner, condenada en primera instancia en la causa Vialidad, y Juan Domingo Perón, exiliado durante 18 años. “Ayer nada sin Perón, hoy nada sin Cristina”, expresó el escrito que calificó de “mafia” a la Justicia y los medios de comunicación.