Impotente en el Congreso, el peronismo arma un nuevo relato antilibertario y apela a la movilización callejera
La derrota en el debate de la Ley Bases en Diputados y las proyecciones en el Senado impactan en la principal fuerza de oposición; en medio de internas, apostará a las marchas contra Milei
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Después de que los diputados por Tucumán se fueran del bloque de Unión por la Patria (UP) y terminaran votando -dos veces- a favor de la Ley Bases y el paquete fiscal con el oficialismo, y de que gobernadores como Osvaldo Jaldo y Raúl Jalil llamaran a aprobar ambos proyectos en el Senado, comenzó a discutirse en forma soterrada si el peronismo está realmente jugando a fondo su papel de oposición o si, en cambio, busca posicionarse con un relato antilibertario de cara a 2025 pero sin bloquear las iniciativas fundamentales de la administración de Javier Milei.
Las especulaciones a la orden del día hacen eje en el comportamiento del bloque de diputados de UP, que no buscó sumar apoyo al rechazo a la Ley Bases en otros espacios y se limitó a testimoniar su postura; y en lo que ya se percibe en las dos bancadas peronistas del Senado -el Frente Nacional y Popular y la Unidad Ciudadana kirchnerista- que hasta ahora intentan blindarse frente a las “tentaciones” que les llegan a los gobernadores del PJ, a tal punto que los comparan con los mineros atrapados en Chile y los propios legisladores bromean: “¡Estamos bien los 33!″. Pero que, al mismo tiempo, no parecen tener margen para incorporar a otros senadores a un grupo mayoritario contra los libertarios.
No obstante esa impotencia, entre la dirigencia de UP anida una convicción: el peronismo quedó parado en el Congreso como el único sector relevante que se puso de la vereda de enfrente a Milei. En este análisis interno, los otros espacios políticos salieron más desdibujados: el Pro “ya no se puede presentar como opositor”; la UCR busca poner límites a los libertarios “pero termina apoyándolos”; y el heterogéneo grupo de Miguel Pichetto “paga el costo del juego dialoguista con la salida de los lilitos” de la Coalición Cívica.
En este escenario que proyectan los peronistas, la oposición dialoguista quedará entrampada en una dinámica que girará alrededor de Milei, por lo cual la elección legislativa del año próximo será una suerte de plebiscito sobre la gestión del libertario. Cuando llegue ese momento, sostienen, lo importante será que el panperonismo -la unidad del PJ, el kirchnerismo y el massismo- sea considerado como un verdadero contendiente de La Libertad Avanza.
Mientras tanto, el rechazo a la gestión de Milei quedará en el plano de la dialéctica y la movilización. La reaparición de Cristina Kirchner la semana pasada con un discurso muy crítico del rumbo económico libertario -habló de “sufrimiento inútil” al que según ella se somete a la población- y la idea de Axel Kicillof de organizar “mesas intersectoriales”, tomando como ejemplo la “resistencia a las políticas del macrismo”, son parte de esta lógica de acción. También se sumará Sergio Massa cuando, a fin de mes, presente finalmente su libro acompañado por Jorge Asís.
Claro que todo esto sucede en medio de internas por el futuro liderazgo del peronismo. La más evidente es la que enfrenta a La Cámpora con el gobernador Kicillof, quien viene sumando sectores y dirigentes que no comulgan con Máximo Kirchner. Desde intendentes como Jorge Ferraresi (Avellaneda) hasta organizaciones como el Movimiento Evita, en torno al mandatario provincial se va formando una masa crítica que entiende que hay que pasar la página en el peronismo.
A diferencia de Máximo Kirchner, quien mantiene un perfil extremadamente bajo, como lo demostró al no abrir la boca en la sesión por la Ley Bases, Kicillof se muestra muy activo: viene de participar en la marcha de la CGT el 1 de mayo, cuando incluso fue recibido por la mesa chica de la central obrera en la sede de Azopardo y dio su apoyo al paro general convocado para el 9 de mayo. Su ministro de Trabajo, Walter Correa, y el canillita Omar Plaini ofician de puente de plata para un Kicillof que antes era mirado de reojo por los jerarcas sindicales.
Otro aliado clave de Kicillof con cargo en el gobierno bonaerense, Gabriel Katopodis, acaba de convocar a una “gran movilización para evitar que la Ley Bases sea sancionada en el Senado”. El ministro de Obras Públicas sostuvo que “si hay un millón de personas ese día movilizándose y levantando la voz, seguro vamos a evitar que sea sancionada”. No se trató de una expresión de deseos: ya están en marcha los preparativos para esa demostración.
Vamos a convocar a una gran movilización para evitar que la Ley Bases sea sancionada en el Senado.
— Gabriel Katopodis (@gkatopodis) May 3, 2024
Esta es una ley llena de injusticias, ningún lesgislador o legisladora puede explicar en qué beneficiaría a los argentinos y argentinas.
No es que no hay plata. Esta ley pone en… pic.twitter.com/jh4uWKyQxJ
Aún no está claro cuándo se realizará la sesión por la Ley Bases en el Senado. La primera opción del oficialismo sería el jueves 16, aunque otras voces de la Cámara alta sostiene que una fecha más realista sería el jueves 23. Según pudo saber LA NACION, la primera fecha que se barajó en el peronismo para hacer una gran movilización contra Milei era el 25 de Mayo, para mostrarse como la contracara del Pacto de Mayo, pero la iniciativa fue descartada.
La masiva marcha de los universitarios, el 23 de abril pasado, envalentonó a los dirigentes opositores que, hasta entonces, creían que no había plafón social para manifestar el descontento con la administración libertaria. De hecho, Massa reapareció públicamente ese día. Y ahora, en el peronismo entienden que la movilización que preanunció Katopodis “debería ser multitudinaria, porque la Ley Bases destruye la industria y los derechos de los trabajadores, y solo asegura rentas extraordinarias a empresas extractivistas y a fugadores, que son héroes para Milei”.
Paradójicamente, después de lo que sucedió en Diputados y lo que se proyecta en el Senado, el panperonismo no puede garantizar el rechazo a la ley basal de los libertarios en los recintos legislativos. Tampoco sabe “por dónde viene la próxima bala”, según admitió un dirigente en referencia a los “compañeros” que son tentados por el oficialismo, como ya sucedió con los tucumanos y los catamarqueños. Pero aún así, apuesta a que las marchas, los paros y los discursos de sus principales dirigentes para dejar en claro que está en la vereda de la “oposición real”.