Identifican a una desaparecida en los vuelos de la muerte
NN: Rosa Novillo Corvalán estaba sepultada como tal en Magdalena; segundo caso corroborado de víctimas arrojadas al río.
La verdad se supo 21 años más tarde. Rosa Eugenia Novillo Corvalán, desaparecida durante todo ese tiempo, fue una de las primeras pasajeras de los llamados vuelos de la muerte.
Los detalles del particular método de exterminio aplicado durante la última dictadura militar fueron conocidos a partir de las revelaciones del ex marino y represor arrepentido Adolfo Scilingo.
El caso de Novillo Corvalán tiene un extraño privilegio: es la segunda vez en que se pudo identificar a una víctima que fue arrojada a las aguas del Río de la Plata o del Atlántico en un viaje sin retorno. El primer caso fue el de Floreal Avellaneda, de 15 años, cuyo cadáver fue encontrado por un buque y llevado a Uruguay en mayo de 1976.
Los restos de Novillo Corvalán fueron debidamente identificados la semana última y el viernes fueron sepultados en el cementerio privado de Villa Allende, en Córdoba.
"Ahora, mi alma está tranquila", dijo su madre, tras haber llorado frente a la flamante sepultura. La mujer, de profunda convicción católica, no militó en organizaciones de derechos humanos. Prefirió peregrinar sola para saber qué había sido de su hija.
Hace aproximadamente un mes, uno de sus hijos, Rodolfo, recibió una llamada desde La Plata. Alejandro Incháurregui, integrante del Equipo Argentino de Antropología Forense, le informó que los restos de su hija podrían estar sepultados en el cementerio de Magdalena, en una tumba NN.
Entre los notables antecedentes del Equipo está el de haber trabajado en la identificación de los restos del Che Guevara y de los guerrilleros cubanos y bolivianos que lo acompañaron en su frustrada revolución en el país del altiplano.
Incháurregui pudo probar que ese cuerpo sin nombre que estaba en la sepultura 14, sector G, tablón 1, era el de Rosa Eugenia Novillo Corvalán, a quien en la familia llamaban cariñosamente "Tota".
Militante del ERP
Sofanor, uno de los hermanos, no oculta que ella integró las filas del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), grupo guerrillero liderado por Mario Roberto Santucho.
El hombre está en las antípodas ideológicas de su hermana muerta. "Yo soy un liberal. Pero en nuestra familia hay de todo: radicales, peronistas, socialistas. Pero esto excede la cuestión ideológica. El hallazgo del cuerpo de mi hermana sirve como aliciente para todos aquellos que como nosotros buscan a algún desaparecido. Se trata de una cuestión exclusivamente humanitaria", considera.
Apenas recibida de bachiller en el Liceo de Señoritas de Córdoba, Tota, comenzó a integrar una célula del ERP, junto con Santucho. Cuando el jefe guerrillero cae detenido, la muchacha se da cuenta que están tras sus pasos y en 1971 pasa a vivir en la clandestinidad.
Esporádicamente se comunicaba con su familia para hacerles saber que estaba viva. La detienen en 1974 y queda alojada en la cárcel cordobesa del Buen Pastor, hasta que un grupo comando la libera en enero de 1975, junta con otras detenidas.
La familia dejó de tener noticias de ella en abril de 1976. Hasta que recibieron la llamada de Incháurregui. Ahora se enteraron de que su cuerpo apareció el 6 de diciembre de 1976 en la zona de Punta Indio. El cuerpo tenía tres disparos, por que lo que se supone que la mataron antes de tirarla al río. Una práctica que luego se abandonó para tirar a los detenidos adormecidos.
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