Hurlingham, la interna más picante del conurbano, marcada por la pelea irreconciliable entre Zabaleta y La Cámpora
La vuelta del intendente al distrito el año pasado generó una dura resistencia del camporismo, cambios en el gabinete y parálisis en el Concejo Deliberante; la campaña no copa aún las calles, pero la tensión nunca cedió y las PASO peronistas son inevitables
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Cuesta toparse con pintadas o afiches electorales del Frente de Todos en Hurlingham. Aunque el distrito está gobernado por el peronismo, resulta más simple observar propaganda política de las diferentes vertientes opositoras que quieren llegar al poder municipal. La imagen del intendente, Juan Zabaleta, prolifera en paradas de colectivos o en algunos carteles pegados en paredes, pero siempre con consignas vinculadas a su gestión. “Todo el día, todos los días”, es el eslogan en esas imágenes, que nada adelantan sobre una postulación para un nuevo mandato en las elecciones de este año. Locales con imágenes de Néstor y Cristina Kirchner, persianas decoradas con dibujos del “Nestornauta” o unidades básicas que muestran en sus fachadas primeros planos de Máximo Kirchner son las referencias callejeras a La Cámpora que se pueden ver en este pequeño distrito del oeste del conurbano, pero sin candidaturas lanzadas en la vía pública.
Hurlingham, que tiene una superficie de 31 km2 y 187.122 habitantes, respira el letargo de una campaña peronista que aparenta no haber arrancado. Sin embargo, el Frente de Todos local se agita con una interna irreconciliable entre Zabaleta y La Cámpora que se dirimirá en las PASO, tras sumar tensión en capítulos sucesivos que se precipitaron desde octubre del año pasado, cuando el intendente renunció como ministro de Desarrollo Social y retomó su función municipal, en la que lo reemplazaba Damián Selci, uno de los referentes de La Cámpora en Hurlingham, junto a Martín Rodríguez, subdirector ejecutivo del PAMI. Sin duda es el distrito que promete la interna más picante del conurbano.
El jefe comunal está en minoría en el Concejo Deliberante y la oposición denuncia que, por su interna con La Cámpora, ese cuerpo está paralizado hace siete meses. La representación distrital de la agrupación de Máximo Kirchner le echa en cara a Zabaleta un supuesto acuerdo con el bloque de Juntos (que esa bancada niega), le factura viejos rencores de elecciones pasadas y afirma que la campaña no está lanzada a la calle aún porque el clima “está picante” con el oficialismo local. El intendente tiene un gabinete nuevo que nombró tras su complejo regreso y a su lado subrayan que bloqueó todo poder de obstaculización del camporismo. El discurso en el oficialismo va en línea con sus afiches: solo gestión. Pero el enfrentamiento está abierto y en los dos bandos descuentan que se definirá en las elecciones primarias de agosto, en una de las pocas internas que el peronismo bonaerense tendrá en los distritos que gobierna.
“Volver era la idea, el intendente lo tenía pensado. Costó volver, pero el intendente gestiona, toma decisiones. Tiene todos los días una demanda y ninguna vinculada a la cuestión política. Hubo una gestión interina, luego [con el regreso de Zabaleta] se intentó un esquema de gestión compartida que no se pudo hacer. Se armó un equipo de gobierno, que es el que sigue. Nunca vamos a permitir que se trabe la gestión”, señalan a LA NACION en el oficialismo local al recordar el regreso del exministro de Desarrollo Social a la intendencia y la designación de un gabinete nuevo que reemplazó al nombrado por Selci (que había encabezado la lista de concejales del Frente de Todos en 2019, cuando Zabaleta ganó su segundo mandato).
Al regresar, cuentan en el oficialismo, Zabaleta encontró el distrito “con deficiencias en el sistema de seguridad y salud, pero lo resolvió”.
Enero fue un mes convulsionado. Zabaleta puso en la mira el cobro de “módulos de capacitación” que percibían el intendente interino y empleados municipales. Son “sobresueldos” que La Cámpora desmiente. Y, ese mismo mes, el intendente que buscará la reelección desplazó a cuatro integrantes del gabinete vinculados al camporismo, lo que generó las dimisiones también de otros funcionarios. Entre fines de marzo y principios de abril, La Cámpora lo criticó por la conformación de las comisiones del Concejo y por un cruce callejero con una militante.
“Si volvió antes de tiempo y sin charlar nada, es porque algún grado de desesperación había. Nos sentamos a acordar y acordamos, pero él incumplió. Selci debía volver a la presidencia del Concejo Deliberante y lo bloqueó con Juntos por el Cambio. También debía haber una secretaría para el presupuesto participativo y tenía que mantener al secretario de Obras Públicas. Después echó empleados y a los secretarios. Y se aisló de los intendentes del conurbano cuando planteó que había sobresueldos [en la gestión de Selci] y en realidad son ítems adicionales que en todos los distritos se agregan al básico”, resumen fuentes locales de La Cámpora.
Juan Manuel Lorenzo es el presidente del bloque de Juntos en el Concejo Deliberante de Hurlingham y apunta contra el Frente de Todos por la puja que vive. “La interna oficialista entre La Cámpora y Zabaleta afecta en todo sentido. En siete meses, el Concejo Deliberante sesionó solo una vez. Es un papelón, como es un papelón lo que pasó en el inicio de sesiones, con el intendente saliendo por Zoom y con La Cámpora burlándose de él en el recinto. Es un papelón que Hurlingham no tenga presupuesto [se tuvo que prorrogar el de 2022], que no tenga reglamentado un aumento de tasas por Concejo Deliberante”, afirma a LA NACION.
El Concejo está desierto en las primeras horas de la tarde, solo dos empleadas en la recepción que charlan entre ellas cortan el silencio casi total. En los despachos, dicen a LA NACION, ya no queda nadie. Zabaleta cuenta con tres concejales propios, La Cámpora y el kirchnerismo duro tienen una bancada de nueve ediles, mientras que el bloque de Juntos es de ocho integrantes.
La última actividad del Concejo fue el 31 de marzo, cuando se conformaron las comisiones de trabajo legislativo. La Cámpora acusó a Zabaleta de sellar un pacto con Juntos para esa conformación. En el bloque opositor se despegan y afirman que propusieron que las comisiones tuvieran dos ediles de Juntos, dos de La Cámpora y uno del bloque de Zabaleta, y que la bancada del intendente apoyó esa propuesta porque la que impulsaba La Cámpora era de tres concejales camporistas y dos de Juntos, sin participación de los alineados con el jefe comunal.
“Hay un ciclo acabado. Fuimos muy críticos de [el exintendente Luis] Acuña, de lo que fue y ahora vuelve a ser la gestión de Zabaleta, y de la gestión de La Cámpora. Hace diez años que caminamos y hacemos política en Hurlingham: en la primera campaña los problemas eran el bache y la cloaca, pero ahora son la inseguridad y los narcos”, dice Lorenzo.
Hurlingham tiene un presupuesto para este año de unos 13.000 millones de pesos, que resulta de ajustar mensualmente por inflación el presupuesto de 2022. En marzo, el municipio gastó 197 millones de pesos para pagar la recolección de residuos, que suele ser un gasto central de las intendencias. En el oficialismo aseguran que a Zabaleta no se le cerró el financiamiento provincial ni nacional por su enfrentamiento con La Cámpora y que los recursos son suficientes para el funcionamiento del municipio. No creen lo mismo fuentes del distrito ajenas al peronismo.
“La interna hace que el hospital de PAMI no avance, tendría que estar terminado en diez días y ese compromiso no se va a cumplir. Es lamentable porque hay 35 mil abuelos de Hurlingham que no tienen dónde atenderse. Vemos cómo se denuncian en los medios y en redes por manejos de fondos. Los vecinos de Hurlingham somos rehenes de esa interna y, después, lo que pasa es que todos terminan en una misma boleta, como pasó la última vez con Fabrizio Acuña [concejal, hijo del exintendente], con Zabaleta y con Selci”, reprocha Lorenzo, que es concejal desde 2021 y afirma que solo llegó al recinto un proyecto de los 135 que presentó.
En la esquina de O’Brien y Guardia Vieja se construye el hospital de diagnóstico y tratamiento de PAMI, una obra que, junto a las veredas de la avenida Vergara, La Cámpora considera el aporte clave del paso de Selci por la intendencia. La obra del hospital también es seguida con detalle por el gobierno municipal, que asegura que está en marcha aunque con alguna demora, y por la oposición, que descarta que se inaugure en los plazos prometidos. En el lugar se observa movimiento. Según cuentan encargados de la obra a LA NACION, trabajan unas 40 personas. “Se está haciendo revoque, paredes y baños”, señalan ante la consulta de este diario y creen que en junio “se inaugurará una parte”.
El único punto medianamente coincidente entre Zabaleta y La Cámpora es alrededor del hospital. “La obra está a pleno, en junio debería estar funcionando”, aseguran en la organización que lidera Máximo Kirchner. El financiamiento del hospital es del PAMI, cuya titular es Luana Volnovich, también integrante de La Cámpora. “Las obras son del gobierno nacional y de la gente. Todo lo que suma, se sigue. Se envían los fondos, los ejecuta el municipio y se controla desde la Secretaría de Obras Públicas. Alguna demora hay, pero no se hace política [con eso]”, dicen en el municipio.
En La Cámpora aseguran que habrá PASO -con Selci como candidato- y recuerdan viejas situaciones electorales con Zabaleta, algunas que parecen no haber cicatrizado. Le reprochan que pudo hacer campaña con programas nacionales cuando era secretario administrativo del Senado con “Amado [por Boudou]” para posicionarse hasta ganar la intendencia. “En 2015 ganamos todos, le corrimos todos los adversarios locales. Luego empieza su ‘vidalazo’. En 2017 juega con Florencio Randazzo y acá va Martín Rodríguez de concejal. En 2019 era PASO cantada y no hubo. En 2021, Rodríguez y él encabezaron una semana cada uno sus listas, pero arriba se coordinó para que no hubiera interna”, enumeran.
“Posiblemente haya primaria y está bien, los vecinos tienen que opinar”, sostienen en el municipio. La tensión política se nota en los testimonios de los sectores involucrados, pero la calle no está poblada de propaganda electoral. Frente a la municipalidad, hay un local del Partido Justicialista con un cartel de Zabaleta. Otras sedes del peronismo en el distrito tienen solo cartelería del Frente de Todos en sus fachadas. A unas 30 cuadras del municipio está el Ateneo Néstor y Cristina Kirchner, donde se reúne la mesa kirchnerista de Hurlingham y tiene su oficina Selci. La actividad en ese reducto de La Cámpora se reparte entre los llamados y contactos vía redes sociales con los vecinos, las charlas de formación política y los cursos de oficios.
Sobre la avenida Roca, la unidad básica “Diego Armando Maradona” muestra en su frente una foto de Máximo Kirchner junto a la leyenda “Frente de Unidad Peronista Kirchnerista”. Adentro, dicen que solo están “arreglando” el lugar y no en campaña. La oposición parece mucho más lanzada al proselitismo, con carteles que promocionan la candidatura a intendente de Lucas Delfino (actual concejal y presidente del Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires, alineado con Horacio Rodríguez Larreta), de Andrea Giorgini (concejala, identificada con Patricia Bullrich), o nombran a Rafael De Francesco, aliado local de Javier Milei.
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