“Humor negro”: Nicolás Carrizo volvió a justificar los mensajes sobre el atentado a Cristina Kirchner y pidió salir de prisión: “No soporto más”
El jefe de “la banda de los copitos” buscó desligarse de las acusaciones y que se revoque su procesamiento; Agustina Díaz, amiga de Brenda Uliarte, la novia del atacante, pidió que la dejen regresar su casa
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Dos de los detenidos por el atentado a Cristina Kirchner se presentaron ayer ante la Justicia para reclamar que se revoque su procesamiento con prisión preventiva. Nicolás Carrizo, jefe del grupo de vendedores de algodón de azúcar coloreados, dijo que estaba hablando “en joda”, por su “humor negro”, cuando intercambió mensajes con Brenda Uliarte, pareja del agresor de la vicepresidenta; y con Agustina Díaz, quien también solicitó para regresar con su familia.
Carrizo además desmintió una versión de prensa según la cual le había dicho a su exmujer que pronto le iba a pagar la cuota alimentaria porque esperaba cobrar mucho dinero en breve. Esa versión fue usada por el kirchnerismo para respaldar la idea de que alguien estaba por encima de Carrizo en el plan del magnicidio y que lo financiaba.
Pero Carrizo le dijo a los jueces: “Yo sí le pasaba plata a la mamá de mi nene, en mano. Yo sé cómo son los medios, distorsionan todo. Por favor, tomen la decisión correcta. Estoy ahí encerrado pensando por qué hice una joda si yo no sabía. Hasta el momento, lo juro, pensé que Brenda no tenía nada que ver, hablamos de ir en enero a trabajar a la playa,… nunca sospeché que ella era parte de eso, nos dio otra versión. Yo ya me quiero ir, no soporto más”.
Carrizo y Díaz buscaron revertir en la Cámara Federal las evidencias que los ligan al atentado como supuestos partícipes secundarios en el ataque, según entendió la jueza María Eugenia Capuchetti al procesarlos. El abogado de Cristina Kirchner pidió que se confirme lo decidido por la magistrada.
Carrizo le dijo a los jueces en la sala de audiencia de la Cámara Federal, en Comodoro Py, que “no soporta más” estar detenido y que los mensajes sobre el atentado fueron producto de su “humor negro”.
Tras dos horas de escuchar lo argumentos, los jueces Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens decidirán en los próximos días. Leopoldo Bruglia, que integra la Cámara Federal, está de licencia, por lo que no estuvo en la audiencia pero podrá votar tras ver el registro audiovisual de lo ocurrido. El abogado de Carrizo pidió que se le otorgue “la libertad total” a su cliente o se morigere su detención con, por ejemplo, una prisión domiciliaria, y que se declare la nulidad del procesamiento.
La defensa de Díaz reclamó también que se revoque su procesamiento por “prematuro” y “antojadizo” y se disponga su inmediata libertad. Díaz siguió durante casi tres horas la audiencia por videoconferencia desde el penal de Ezeiza, donde está detenida.
Participaron de la audiencia los abogados de la vicepresidenta, Marcos Aldazábal; de Carrizo, Gastón Marano; y de Díaz, Javier Molina.
“No soporto más”
”Estoy ahí encerrado, pensando todos los días por qué hice una joda así. Yo pensé que Brenda (la pareja de Fernando Sabag Montiel) no tenía nada que ver”, dijo Carrizo. Sabag Montiel fue quien gatilló el arma a pocos centímetros de la vicepresidenta la noche del 1 de septiembre.
Carrizo dijo que Uliarte le contó otra versión de los hechos. “Nunca sospeché, yo quiero irme de ahí [por la cárcel]. No soporto más”, le dijo a los jueces, sentado en una de las cabeceras de la mesa ovalada de la sala de audiencias, en cuyo lado opuesto se ubicaron los magistrados.
Desde el penal de Ezeiza, Díaz se dirigió a los jueces para pedirles que “tomen la decisión adecuada” y que le permitan “volver” a su casa con su familia. “Mis papás en ningún momento me dejaron sola, pido volver con mi familia”, concluyó.
Los planteos de los abogados
Al inicio de la audiencia, poco después de las 10, el abogado de Cristina Kirchner sostuvo que “está más que acreditada” la intervención de Carrizo como partícipe secundario en el hecho y pidió “rechazar las nulidades” que planteó la defensa del acusado porque “se respetaron todas las garantías constitucionales”.
“La planificación existió y fue relevante”, dijo Aldazábal, aunque consintió que se rebaje el monto del embargo dispuesto sobre los bienes de los acusados y que se descarte la figura de la “alevosía” en la tentativa de homicidio.
Por su parte, Molina pidió que se revoque el procesamiento al alegar que Díaz “no sabía lo que estaba pasando” y que se encuadre el caso de su defendida como “encubrimiento”, sin que pueda ser punible por relación de amistad cercana con Uliarte.
”A la jueza le faltó coraje” para dictarle la falta de mérito y liberarla, dijo y se preguntó: “¿Uno no puede tener un amigo mentiroso?”, sobre los mensajes que intercambiaban por WhatsApp vinculados a la decisión de Uliarte de atentar contra la vicepresidenta.
Marano, abogado de Carrizo, proclamó la inocencia de su defendido y aseguró que en su procesamiento “se violaron sus garantías constitucionales”. Planteó lo mismo que el acusado, que se trató de “humor negro” el contenido de sus mensajes en el que aludía a matar a Cristina Kirchner.
Carrizo ingresó en la sala de audiencias protegidos por escudos del Servicio Penitenciario Federal y chaleco antibalas.
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